El paro complica la integración de los ex presos cubanos tras un año en
España
-El Gobierno ha decidido prorrogar seis meses más la ayuda a los disidentes
- Se ha acogido a un total de 115 excarcelados y 647 familiares
- Frente a las dificultades económicas, algunos familiares han vuelto a Cuba
Efe | Madrid
La falta de empleo por la crisis económica se ha convertido en el
principal obstáculo que han encontrado los ex presos políticos cubanos y
sus familiares en su integración en España, cuando se cumple un año
desde la llegada del primer grupo fruto del acuerdo entre el régimen
castrista y el Gobierno español.
El Ejecutivo ha decidido prorrogar seis meses más las ayudas de vivienda
y manutención para que los excarcelados y sus allegados puedan hacer
frente al día a día mientras consiguen un trabajo, han informado fuentes
de Cruz Roja, CEAR y Accem, las tres ONG encargadas de la acogida.
Los primeros siete disidentes aterrizaron en Madrid el 13 de julio de
2010, al día siguiente de que el Gobierno de La Habana autorizara su
liberación. Desde entonces y hasta abril, se ha acogido a un total de
115 excarcelados y 647 familiares -762 personas-, que se mantienen
repartidos en pisos y centros de diversas ciudades españolas.
Once disidentes se han ido de España -nueve a EEUU, uno a Chile y uno a
la República Checa- y otros tres lo harán esta semana, también a Miami,
han apuntado fuentes de la disidencia.
El Gobierno estableció un plan de ayuda para vivienda, alimentación,
sanidad, transporte, material escolar y formación laboral por un período
de un año, canalizada a través de las ONG.
El Gobierno prorroga las ayudas
Debido a que la casi totalidad de los ex presos y familiares no tiene
trabajo, se ha tomado la decisión de prorrogar los subsidios, que rondan
los 1.000 euros, según el tipo de familia.
La condición que se pone es que "las personas formen parte activa de ese
proceso de integración", ha explicado el subdirector para Migraciones de
Cruz Roja, José Javier Sánchez.
Según Sánchez, algunos han conseguido algunos trabajos esporádicos, pero
ningún contrato permanente. "La situación no es propicia", ha reconocido
Sánchez a la vista de la situación económica y el alto desempleo en España.
La integración está dificultada por la crisis
La secretaria general de CEAR, Estrella Galán, ha convenido en que
aunque el colectivo cuenta con la "simpatía" de la sociedad española,
"la crisis les está creando muchas dificultades".
Galán ha señalado que las ocupaciones encontradas "han sido en el
mercado negro" por regla general, porque "muchos, ante el temor a perder
las ayudas, sopesan bastante las ofertas de trabajo".
Otro de los escollos para acceder al mercado laboral es que aún no ha
sido posible homologar los títulos universitarios, "un trámite muy lento
y burocratizado", afirma un portavoz de Accem.
"He tratado de buscar empleo, pero no aparece por ningún lado", se
lamenta Alfredo Pulido, uno de los disidentes que llegó en la primera
tanda y que sigue sin convalidar su título de odontólogo.
'Nada es comparable con una prisión, y menos en Cuba'
Pulido, residente en Jerez (Cádiz), ha asegurado no tener queja del
trato brindado en España -"nada es comparable con una prisión, y menos
en Cuba", pero ha añadido que un empleo le ayudaría a vivir mejor.
Blas Giraldo Reyes, otro ex preso que llegó en julio de 2010, se muestra
pesimista después de dejar incompleto un curso de carnicero y otro de
electricista en Cullera (Valencia).
"El día a día es un poco aburrido, pero al menos no tenemos problemas de
'techo' y alimentación", se ha consolado Reyes, quien quiere irse a EEUU.
Las ONG admiten que la mayor parte de los excarcelados llegó con unas
"expectativas muy altas que no se han podido cumplir".
Algunos de los familiares han vuelto a Cuba
Este sentimiento de decepción ha llevado a algunos familiares a regresar
a Cuba, aunque el régimen castrista ha negado el visado a varios de ellos.
Las mediocres condiciones del hostal madrileño adonde fueron llevados al
comienzo generaron fuertes críticas, aunque la opinión mayoritaria sobre
el alojamiento es ahora de agrado.
Algunos disidentes disponen de ayudas para alquilar dos pisos al
tratarse de "familias muy extensas", apunta Galán, al incluir en
ocasiones a su esposa y a su anterior mujer con sus respectivos hijos y
parientes.
Las quejas que también hubo en los primeros meses sobre el "limbo
jurídico" de los excarcelados se han ido suavizando igualmente.
El Gobierno ha concedido hasta ahora el estatus de refugiado político a
53 disidentes o familiares, y a otras cerca de 400, el de la protección
subsidiaria, un régimen más flexible que el del asilo.
Dos de los excarcelados han tenido hijos en España después de que sus
esposas viajaran embarazadas desde Cuba.
Falta por resolverse la situación legal de los últimos excarcelados,
entre los que habría presos comunes conflictivos que el Gobierno cubano
aprovechó para liberar, según denuncian algunos grupos de la disidencia.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/12/espana/1310481465.html
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