Cuba regula los espacios públicos para instalar negocios privados
Ya hay antiguos centros comerciales, como el habanero "Fin de Siglo",
que desde hace años dan "cobijo" a puestos de vendedores por cuenta propia
EFE, La Habana | 12/07/2011
La "fiebre" del trabajo privado en Cuba y la proliferación de pequeños
comercios en casi cualquier sitio ha llevado a las autoridades a lanzar
una campaña de divulgación sobre los espacios públicos donde se pueden
montar estos negocios en aras a preservar la "imagen urbana", el "orden"
y el "buen gusto".
El Instituto de Planificación Física (IPF), que controla el ordenamiento
territorial, ha editado miles de folletos y pancartas para orientar a
los nuevos trabajadores por cuenta propia y evitar construcciones,
carteles u otros soportes que atenten contra la "imagen del entorno",
informaron hoy medios oficiales.
Muchos cubanos, según admite este martes el diario Granma, desconocen
las regulaciones urbanísticas para establecer su negocio, y no saben
dónde encontrar asesoramiento.
Tras la ampliación del sector privado el año pasado, una parte de los
nuevos "cuentapropistas" emprendió la construcción de mostradores,
muros, bancos y otros elementos en las áreas externas de sus casas o
edificios, para instalar negocios como cafeterías o bazares.
El "cuentapropismo" ha cambiado la fisonomía de ciudades como La Habana,
algunas de cuyas calles se han convertido en auténticos mercadillos
donde se pueden encontrar desde ropa, hasta copias piratas de CDs o
DVDs, artículos del hogar u objetos para practicar la santería.
El presidente del IPF, Graciel Rodríguez, explicó a Granma que toda
"modificación o ampliación" de espacios exteriores con fines laborales
requiere de una autorización, y es obligatorio realizar esos trámites
para colocar "elementos ligeros" de protección solar, soportes gráficos
o carteles.
Además, existe la política de "no hacer masivo el uso de kioscos para
ejercer el trabajo por cuenta propia", sino agruparlos en áreas
"concentradas".
Muchas de estas áreas están instaladas en solares urbanos donde los
"cuentapropistas" pagan un impuesto diario por ocupar uno de los
puestos, explicó hoy Óscar, un habanero que se dedica a reparar calzado
y que paga 20 pesos cubanos al día (unos 80 centavos de dólar) por ese
espacio.
Actualmente, las autoridades de la Isla estudian también construir
bazares en los espacios "ociosos" que existen en las ciudades.
De hecho, ya hay antiguos centros comerciales, como el habanero "Fin de
Siglo", que desde hace años dan "cobijo" a puestos de vendedores por
cuenta propia y que con la ampliación de esta modalidad laboral han
decidido dedicarles más espacios.
Hasta mayo pasado, unas 309.728 personas ejercían el trabajo privado en
Cuba, y de ellas 221.839 (el 71 %) obtuvo su licencia tras la apertura
del sector en octubre de 2010, cuando el Gobierno de Raúl Castro
autorizó la ampliación de esa modalidad como parte de sus reformas
económicas.
Según datos oficiales, la mayoría de las nuevas autorizaciones
corresponde a la actividad de "elaboración y venta de alimentos", que
abarca desde la apertura de restaurantes hasta pequeñas cafeterías o
puestos de venta de comida en la calle.
Entre las licencias más demandadas también está la de "productores y
vendedores de artículos de uso en el hogar", que ofertan productos
diversos desde artesanía hasta ferretería.
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