Martes, 12 de Julio de 2011 02:11
Ramón Díaz Marzo
Habana Vieja, La Habana, 12 de julio de 2011, (PD) Los viejos edificios
de Centro Habana y la Habana Vieja son el catálogo del resultado de la
Revolución y de cuál podría ser su final.
Se habla mucho de la restauración realizada en la Habana Vieja, pero no
se dice que las tales restauraciones en su mayor parte se han realizado
en las calles por donde más afluye el turismo, y que el resto de la
Habana Vieja desconocida por los viajeros es un barrio marginal.
Debajo de mi edificio, el antiguo ex Hotel "Montserrat", existe un
bar-cafetería que desde hace 15 años fue remozado y preparado para
operar por divisas convertibles. La pregunta es: ¿a dónde ha ido a parar
tanto dinero? Y las autoridades pudieran declarar que para la educación
y la salud pública gratuita. Es imposible averiguar si ello es cierto.
Ni siquiera pudieran asegurarlo los periodistas oficiales, que no tienen
acceso a ciertas fuentes de información, a pesar de que el General
Presidente Raúl Castro Ruz, en el 6to Congreso del Partido Comunista,
exhortó a su prensa a que escribieran sin miedo, pero con cuidado. Y una
buena investigación periodística sería investigar a dónde va el dinero
recaudado en los hoteles 5 estrellas que rodean al Parque Central y los
hostales que ahora mismo proliferan en la Habana Vieja.
Desde hace tiempo, el tema de los viejos edificios a punto de
derrumbarse se ha convertido en un lugar común en mi agenda como
periodista independiente. Pero hoy el hecho me toca muy cerca, porque se
trata del edificio donde resido desde hace 38 años, donde el pasado
lunes 27 hubo un importante desprendimiento del muro de la azotea.
La parte posterior de mi edificio, que nadie puede ver desde la calle,
está a punto de derrumbarse. En las fotos puede verse como la azotea
está a punto de colapsar.
En la última ráfaga del cicloncito de 60 Kilómetros por hora que pasó en
el mes de octubre del año 2010 durante 45 minutos por La Habana, el
quinto piso quedó inhabitable y a sus vecinos los tuvieron que ubicar en
otros viejos edificios. De los 3 tanques de 500 galones cada uno, que
suministran el agua, uno explotó. Y de milagro en la estampida el agua
no hundió el piso de la azotea y todos los pisos no comenzaron a
desmoronarse por gravedad.
Supongamos que la vida de los habitantes de mi edificio no tiene ningún
valor. Entonces permítanme recurrir al socorrido tema de la reliquia
histórica.
Según la información que tengo, en mi edificio han pasado una o varias
noches personajes importantes en la Historia de Cuba. Les menciono que
existe la versión de que en este ex hotel se hospedó el poeta Rubén
Martínez Villena.
El difunto Manolo, el mesero del "Castillo de Farnes" me contó que el
Sr. Fidel Castro Ruz acostumbraba a comer en ese restaurante
especializado en comida asturiana. Cuando el Sr. Fidel entró a La
Habana, la primera noche donde durmió fue en el ex hotel "Montserrat".
No me consta personalmente que el Sr. Fidel haya pernotado la primera
noche en el edificio luego de su triunfal arribo, pero sí recuerdo que
hasta la década del 70 las fotos del líder de la Revolución, acompañado
de los principales comandantes del Ejército Rebelde, colgaban de las
paredes del restaurante.
Por supuesto que en este edificio también vivió una gloria de la
literatura cubana: el controversial escritor Reinaldo Arenas Fuentes, y
eso sí me consta.
Mas lo importante es comprender que el edificio, en la esquina de las
calles Monserrate y Obrapía, está a punto del derrumbe como llueva un
poco más de lo debido o si en temporada de ciclones a alguna
perturbación atmosférica se le ocurre entrar a la Habana Vieja.
Muchos de mis vecinos, durante años, han tratado de que el gobierno
repare este edificio haciendo las peticiones por los canales
pertinentes. Pero el gobierno se muestra sordo.
Como me dijo una vecina: "En época de ciclón te obligan a salir del
edificio para salvarte la vida, pero cuando no hay ciclón son incapaces
de reparar el edificio".
Por supuesto que los hermanos Castro y toda la nomenclatura nunca han
vivido en barrios marginales ni en viejos edificios. Viven en lujosas
mansiones, algunas construidas antes del año 1959.
De continuar esta política, la capital de Cuba dentro de pocos años será
un desierto de naves para albergados de paso; y sólo Dios sabe cuántas
vidas serán sacrificadas porque al gobierno de los hermanos Castro nunca
le importó reparar los viejos edificios de la capital.
Lo único que quedará en pie serán los modernos hoteles que se han
construido para recaudar fondos. Alrededor de estos "hoteles 5
estrellas" construirán parques, parques, parques... muchos parques para
que nuestra capital sea más bella.
Si no establecen (como si se tratara de una guerra) una urgente
estrategia para salvar a la capital, todo habrá sido en vano.
http://www.primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/1787-antes-del-derrumbe
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