Monday, October 11, 2010

Farmacias tristes en Cuba

DETERIORO DEL SISTEMA DE SALUD
Farmacias tristes en Cuba
- La penuria que sufre la isla afecta al suministro de decenas de
medicamentos, incluidos varios de los más usados
- El 90% de las materias primas para elaborarlos son importadas
Lunes, 11 de octubre del 2010
HUGO L. SÁNCHEZ
LA HABANA

En dos partes, a la manera de quien separa naipes en una pareja de
jugadores, la farmacéutica va dividiendo las recetas que un médico le
acaba de indicar a su paciente, ahora frente al mostrador y con una
expresión en el rostro de pocos amigos o más bien ninguno: ya sabe lo
que le espera.
Al terminar, la dependienta devuelve casi todas las recetas y se queda
solo con una. Por respuesta, dice del resto: «Están en falta» o «solo se
encuentran a nivel de hospital» y, si entra en confianza, agrega: «No
las hay ni en los centros espirituales».
La escena ocurre en la farmacia de la esquina de Concordia y Campanario,
pero se repite en La Habana a cada hora, cada día y cada vez con mayor
frecuencia: la lista de los medicamentos que escasean en ocasiones pasa
del centenar y los médicos cubanos -que se precian de ser buenos y lo
son- a la profesión le han tenido que añadir las artes del mago para ir
aliviando males.

La isla del asma
A fin de tratar de amortiguar la situación, por lo menos en algo, la
aduana nacional, que solo permite entrar en el país hasta 20 kilos, está
aceptando 10 adicionales en medicinas y otro tanto de alimentos, que,
por igual, no abundan.
El más común de los fármacos perdidos quizá sea la benadrilina
(difenhidramina) o polaramine, como se le conoce en otras tierras. Es un
antihistamínico de mucho uso en esta isla de humedad y asmáticos, y
pudiera asegurarse que sería difícil hallar a un cubano, entre los 11
millones que la habitan, que no lo haya requerido alguna vez en su vida.
En Cuba se distribuye un total de 868 fármacos y, de ellos, 585 son de
producción nacional, en la que el país emplea 100 millones de pesos
anuales, algo así como 3,5 millones de euros.
En cuanto a la benadrilina, pues ya no existe ni en las farmacias
especializadas, un bonito término empleado para decir que en esos
lugares solo se vende por divisas y resulta muy caro todo, lejos,
lejísimos del bolsillo de la mayoría de la gente de aquí.
En cambio, en las demás, las droguerías -la más importante durante la
república fue la del catalán Ernesto Sarrá, el segundo hombre en tener
un automóvil en Cuba-, donde se compra en pesos, la moneda nacional, los
medicamentos están subsidiados y resultan en realidad muy baratos.
Las autoridades han asegurado que de ahora a diciembre irán
satisfaciendo las demandas, pero no han revelado el motivo real de esta
carencia de fármacos. Es de suponer que falten, como muchos productos
más, debido a la crisis de liquidez en que se encuentra sumido el país.
La isla requiere importar más del 90% de las materias primas para
elaborar medicamentos.
O, quizá, la razón de esta carestía se pudiera hallar interpretando la
frase de Fidel Castro: el modelo cubano ya no funciona ni siquiera aquí.
Resulta que el país gasta en materia de salud -gratuita junto a la
educación, la otra de las dos principales joyas de la corona
revolucionaria- el 10% del Producto Interior Bruto (PIB) de esta nación
empobrecida, castigada por medio siglo de embargo estadounidense -hay
niños ciegos por la falta de un medicamento que en su momento no
permitieron comprar en EEUU- y una enorme colección de disparates
económicos.

Campeones de la paciencia
La salud constituye, de tal manera, uno de los sectores más poderosos en
cuanto a recursos financieros que, al decir del diputado y comentarista
de temas económicos para la televisión Ariel Terreno, son «mal
administrados» debido a la «desorganización» imperante en ese sector.
La nueva carestía trae aparejado el mal recuerdo de los primeros años de
la década de los 90 del siglo pasado, luego de la caída del comunismo en
Europa, cuando para completar un tratamiento de antibióticos los vecinos
de una manzana iban reuniendo pastilla a pastilla, casa por casa.
Ahora la gente espera a que vuelva a entrar el transporte de suministros
a ver si vino la benadrilina u otro medicamento de los que faltan:
antidepresivos, analgésicos... Si no, tranquilo que la distribución será
en los próximos ocho días -así es el lapso de reposición de reservas-, o
16, o quién sabe... porque también el saber esperar tiene su poco de
entrenamiento, y en eso de tener paciencia, mucha paciencia, los cubanos
son los campeones mundiales.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/20101011/farmacias-tristes-cuba/526687.shtml

No comments: