Monday, September 22, 2008

LA DEVASTACIÓN DEL CICLÓN POLÍTICO

LA DEVASTACIÓN DEL CICLÓN POLÍTICO
2008-09-22.
Lázaro Rosa
(www.miscelaneasdecuba.net).- Red Deer, Alberta, Canadá.- El
totalitarismo Castrista es un fenómeno social altamente complejo que no
deja de ser, hasta cierto punto, monstruosamente atractivo.

Las secuelas de este engendro son palpables y evidentes al seno de la
sociedad cubana de hoy: rupturas y odio entre familias enteras,
imposición de una quimera ideológica por encima de los valores más
preciados para el ser humano, la conducta constante expresada en la
tónica de la doble moral etc, etc., etc...

Un país devastado económica pero, sobre todo, moralmente, es la
calamitosa realidad de lo que queda de la nación cubana tras el paso de
los huracanes Gustav e Ike. Parece ser que pudiera aproximarse el
momento final para esta horrenda y cínica dictadura que lleva cincuenta
años de poder político totalmente centralizado repartiendo palos, a
diestra y siniestra, contra todo asomo de disidencia interna que pueda
evolucionar hasta convertirse en un vector de desobediencia civil. Todo
lo anterior con el pretexto de defender su oscura madeja de
fraudulentos, embusteros, logros sociales.

El fenómeno Castrista, antes que nada, sigue jactándose de vanidad y
mostrando sus probadas altanerías. Más que por los desastres naturales
la isla de Cuba, dentro de su extensísimo contexto de tragedias
nacionales, ha venido sufriendo por la sistemática alteración y
extirpación de sus más bellas tradiciones y sanas costumbres morales.
Dicho de otro modo, en el ámbito del civismo, en Cuba no queda ni donde
amarrar la chiva.

¿Qué observamos hoy en día en nuestra maltrecha nación tras el paso, por
largas y frustrantes cinco décadas, de un huracán comunista junto a los
otros furiosos fenómenos naturales que la han atravesado, uno casi
encima del otro, de punta a cabo?

Veremos de qué será capaz el pueblo cubano en un momento como este de
total perturbación nacional, veremos si el miedo sigue siendo el
fantasma vidente que, como denominador común, continúa asfixiando las
nobles aspiraciones de nuestros compatriotas.

Vuelvo a decir que Cuba lleva cincuenta largos años sirviendo como
corredor a rapaces huracanes, el peor de ellos ha sido la demencia del
comunismo y su centralismo desproporcionado con su correspondiente
sobrecarga de acciones represivas contra todos aquellos que intentan de
una manera convencida y pacifista establecer en el país un estado de
derecho.

Lamentablemente, a estas alturas de los tiempos, el pueblo de Cuba
(estoy hablando de su generalidad) parece ser que ha involucionado a la
miopía, la ignorancia y la apatía política.

Estoy más que convencido que ni aún enfrentando ésta terrible situación
de destrucciones y carencias abismales (incluyendo la hambruna) mis
compatriotas serán capaces de reaccionar con todo el valor necesario
para exigirle al gobierno totalitario de la isla (responsable número uno
de la miseria bochornosa y la ignominia que padece la nación) que
abdique al poder político y que se largue corriendo, con el rabo metido
entre las patas, de donde ha permanecido por un medio siglo que se ha
traducido en sufrimientos y humillaciones para nuestra población.

Los cubanos hemos sufrido bajo la fuerza y los embates de varios
ciclones Ike. El primero de ellos, como dije antes, lo hemos notado por
la destrucción moral causada por el abandono y negación de los antiguos
y sanos hábitos de costumbres, que nos fueron legados por nuestros
ancestros, a manos del indolente y vulgar régimen Castrista. Los demás,
como los dos últimos que acaban de arrasar el país, lo hemos advertido
tras la reducción de casi todo el entorno nacional a fango, inundaciones
y violentas demoliciones acompañadas de gravísimas destrucciones materiales.

Quiera el gran y piadoso Dios que todo lo mira desde el cielo que las
cosas puedan resolverse de la mejor manera para nuestros angustiados y
desconsolados hermanos en la isla. Ojalá y todos comiencen a tomarse muy
en serio (sin el desabrido mal gusto del choteo expresado de por medio)
el hecho de quién es el verdadero y gran responsable de sus grandísimos
males y sus abultadas e interminables calamidades.

Hace falta que los habitantes de Pinar del Río le den sus espaldas a las
brigadas de cirqueros, las que les ha estado enviando el ministro de
cultura Abel Prieto, con la finalidad de entretenerlos para que se
olviden y pasen por alto la realidad del infierno que están enfrentando.

Las secuelas y los trágicos resultados de los desastres naturales que
han venido azotando a la isla en los últimos tiempos el régimen de La
Habana no puede resolverlas, simplemente, ciñéndose un traje de payaso
mientras que, por otro lado, se muestra realmente mucho más preocupado
por recrudecer su feroz accionar represivo contra todas aquellas
personas aisladas, u organizaciones, que abogan por un cambio radical en
la nación y con ello el cese de un sistema ideológico inoperante que
continúa sumiendo al país en el caos y la totalidad del absurdo.

A la ya aguda destrucción de la economía nacional por causa de los
cincuenta años de la férrea estatalización, ahora se suman unos 10 mil
millones de dólares en pérdidas materiales tras el paso de los dos
recientes huracanes pero además, como si esto fuera poco, la negativa
del gobierno militarizado del país en aceptar la ayuda de emergencia de
una nación como Estados Unidos.

Siempre me ha quedado muy, muy claro, que para el Castrismo, su
malogrado y enajenante arsenal ideológico, es un factor de mucho más
peso que las necesidades y carencias de toda índole que han venido
padeciendo, soportando sobre sus frágiles hombros, los cubanos en la isla.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=17252

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