Roberto Santana Rodríguez
7 de noviembre de 2007
La Habana, Cuba -- Las operaciones "rastrillo", "macetas", "gato en
jaba" y las que se quieran instrumentar no surten ni surtirán, pienso,
efecto positivo alguno.
Por más "operaciones y operaciones" que acometen las autoridades, no
obtienen, a saber, los resultados apetecidos, los problemas que agobian
al cubano, lejos de mejorar, se mantienen y tienden a empeorar por día.
La operación rastrillo, emprendida múltiples veces por la policía
nacional con el objetivo de combatir y erradicar las ventas ilícitas que
realizan los llamados "merolicos", verdaderas quincallas ambulantes,
nada resuelven.
Al siguiente día o pocas horas después, por no decir en el mismo momento
en que los uniformados abandonan el lugar, reaparecen los pertinaces
merolicos con sus múltiples ofertas.
Hasta cajas de muertos venden, desde micocilen, bolígrafos, relojes
digitales, calcetines, maquinillas de afeitar, zapatos, chancletas,
pulóveres, accesorios de bicicleta, bisutería de todo tipo, hasta pan,
espaguetis, queso blanco y sazonador.
Otro tanto sucede con los revendedores de pesos convertibles, que a
pesar de multas, detenciones, citaciones, decomisos, siempre regresan a
las cercanías de las tiendas recaudadoras de divisas o Shopping para
seguir con su rutinaria ocupación, comprar a 24, vender a 26.
Los "macetas" o nuevos ricos, especie de fauna depredadora sin
escrúpulos de ningún tipo, oportunistas, que como dice el viejo refrán
están pescando en río revuelto, siguen ahí, como plaga social,
enriqueciéndose cada vez más.
Porque se puede hacer negocios, si este fuera un país libre y
democrático, obtener ganancias y vivir de forma decente, pero lo
injustificable e inhumano es amasar fortunas provenientes de la
indolencia, el robo, la especulación y el sufrimiento del prójimo.
Nada positivo han conseguido las autoridades con la aplicación de la
operación "gato en jaba", por llamarla de alguna forma, y que consiste
en que los agentes del orden público revisen cuanta jaba, saco, cartera,
bolso o similar adminículo les resulte sospechoso para ver su contenido,
a bordo de los autobuses, en puntos de control o en plena vía pública.
Sólo el descontento y la inconformidad de la población se recogen en
tales operaciones, "!Que abusadores, con tantos delincuentes en la calle
que no logran coger y vienen a quitarle lo que lleva en la jabita ese
pobre infeliz!", dicen indefectiblemente los testigos de semejantes
incidentes.
Y me dirán que se lucha contra el tráfico "ilegal" de ¿langosta?, ¿carne
de res?, ¡Señores! ¿En qué país está casi o prohibido el consumo (para
la mayoría de sus nacionales) de estos sabrosos alimentos?, sólo en Cuba
probablemente.
Lo mismo sucede con las operaciones que emprende la policía nacional
apoyada por carros de ETECSA, empresa de telecomunicaciones de Cuba,
para desmantelar las antenas satelitales, llamadas por el pueblo como
"el cable".
A los pocos días las aguas toman su nivel y la gente sigue viendo los
"canales" como si tal cosa, nada se resuelve.
Operaciones, operaciones y no se obtienen a saber los resultados
apetecidos. Los males siguen ahí, lacerando al cubano de a pie,
contribuyendo a que la sociedad actual sea cada vez más caótica y
surrealista.
¿Soluciones?, las veo muy claras, lejos de ir a las ramas como se hace
en la actualidad, se debe ir a camisa quitada a la raíz de los problemas.
CAMBIOS en los diseños establecidos se piden a gritos, libertad
económica, liberalización de las fuerzas productivas, impulso a la
iniciativa privada; vendrían muy bien.
Por el momento, mientras se materializan estos sueños, se podrían dar
licencias a todo aquel cubano que desee trabajar por su cuenta y riesgo
y lejos de restringirle en sus aspiraciones, ayudarles en todo lo
posible con el suministro de recursos, de insumos y de asequibles impuestos.
Entonces estoy seguro de que no harían falta tantas operaciones. Habría
problemas que resolver, por supuesto, los normales de toda sociedad
humana civilizada.
Sin perfeccionismos, que son imposibles de lograr, estaríamos en la
seria aspiración de convertir esta Isla en un país libre y próspero,
civilizado, la tacita de oro, mejorada, que Cuba siempre fue.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=5750
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