Tuesday, November 20, 2007

LA PRIMERA LIBERTAD, LA DE LOS HIJOS DE DIOS

LA PRIMERA LIBERTAD, LA DE LOS HIJOS DE DIOS*
2007-11-20. Congreso Católicos En La Vida Pública, Madrid Nov 2007
Oswaldo Payá Sardiñas, Movimiento Cristiano Liberación

Nadie quiere que la iglesia sea perseguida, pero es un hecho que aún esa
iglesia es más libre que una iglesia que de alguna manera se une o se
somete al poder político. La iglesia cubana no tiene esa experiencia de
poder, gracias a Dios, desde hace más de un siglo, más bien desde hace
casi medio siglo ha sufrido persecución, acoso, exclusiones, represión y
hasta el presente, la acción opresiva de control, injerencia e
intimidación sistemáticas, de los cuerpos represivos, el Partido
Comunista y el propio Gobierno.

El proceso de descristianización de la sociedad y la cultura, en suma el
intento de descristianización forzosa de la vida, no fue un complemento
o adición peculiar del régimen totalitario que se instalaba en Cuba,
sino una de sus componentes esenciales. Fue y es, instrumento de
vaciamiento espiritual de la persona, de aniquilamiento moral, para
sustituirla por la moral socialista que a la larga resultó un vacío en
muchos aspectos de la conducta humana, que quedaron sin referente. La
única moral aceptada y también impuesta, consistió en decir y callar y
en hacer y dejar de hacer, de manera que la persona y su vida fueran
incondicionales al régimen y a su figura dirigente.

Resultado, un grave daño antropológico, por el intento por parte del
régimen de apropiación de todos los aspectos de la vida de la sociedad y
de la persona misma, al menos lo intentan todavía. Se impuso el ateísmo
marxista leninista en escuelas y programas de estudio, se difamó de la
iglesia y se tergiversó la historia, se usó y aún se usa la burla y todo
tipo de degradación de la imagen de la iglesia, en los libros,
periódicos, la radio, la televisión y especialmente en la producción
cinematográfica que en el nuevo régimen renació con la misión ideológica
prioritaria y sistemática de atacar la iglesia, la religión y la
religiosidad de los cubanos.

Seguir dando testimonio de fe públicamente con todas las consecuencias
de burla, exclusión, envió a trabajos forzados, prisión bajo diversos
pretextos, martirio en algunos casos y vivir marcados como enemigos de
la revolución en todos los ámbitos de la sociedad. La iglesia y por
tanto sus laicos continuaron evangelizando y unidos en Cristo a la
Iglesia universal con un sentido de pertenencia radical. La iglesia no
se dividió, ni sirvió de instrumento al régimen, algo que nunca le ha
perdonado.

Toda esa descarga descristianizadora va acompañada de la represión
directa, que incluye desde el fichaje policiaco de cada persona creyente
practicante, hasta hostigamiento y agresiones diversas contra laicos,
sacerdotes y religiosas que muestren inclinación a defender, promover o
tan sólo acompañar a los que está en desventaja por cualquier causa.

Tal como lo hace el fundamentalismo secular, el fundamentalismo
comunista crea las condiciones para el sometimiento total de las
personas y los pueblos, desarmándolos, o peor desalmándolos. Decir que
el régimen totalitario trata de apoderarse de la vida de la sociedad en
todas las dimensiones y de la persona misma, no es una forma de hablar,
es el rasgo más opresivo y deshumanizante de este régimen.

Estamos entonces hermanos ante un problema religioso y un desafío para
los cristianos. Resuenan los tambores, se escuchan las trompetas, que
llaman a liberación.

La opción de luchar y trabajar pacíficamente por la liberación integral,
en nuestra situación opresiva es una opción por el prójimo, desde la fe
y por amor, es la lucha por la dignidad de nuestros hermanos, de sus
derechos es renovarse en la libertad de los hijos de dios y proclamar
ese don divino que es inalienable.

Antes de nacer el Movimiento Cristiano Liberación, teníamos un grupo de
reflexión informal al que llamábamos "la Peña". Después decidimos
fundar, en 1986 un círculo más formal al que llamamos "Peña Cristiana
del Pensamiento Cubano", en la Parroquia del Cerro, para reflexionar
sobre la realidad cubana a la luz del Evangelio y de la enseñanza social
de la Iglesia. Había mucho silencio, mucho miedo y muchas
racionalizaciones en la sociedad cubana y también en la iglesia.
Nosotros editábamos una publicación de una sola hoja llamada
mimeografiada "Pueblo de Dios".

Quizás la primera publicación libre en Cuba desde que llegara el
comunismo. Hablábamos de la libertad religiosa como algo que debe
ejercerse sin permiso y denunciábamos la opresión en todos los aspectos
de la vida. No pretendíamos hacer teología, simplemente decíamos: Jesús
dice: que demos al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.
Pues resulta que el Cesar quiere nuestras vidas, nuestra libertad, que
son de Dios, dones que nos da gratuitamente por lo que no se la vamos a
entregar al Cesar. Algunos pastores prohibieron que la Peña siguiera
funcionando y que repartiéramos la publicación "Pueblo de Dios."

Decidimos fundar el Movimiento Cristiano Liberación, no bajo la
sombrilla, ni la identidad ni la responsabilidad de la Iglesia, sino
totalmente nuestra. Un movimiento cívico, no confesional, no religioso
ni para religioso, pero inspirado en el humanismo cristiano y en el que
pueden participar todos los que acepten esos valores, practiquen o no
una religión. Otra cosa no desvinculada, es la espiritualidad que animó
y anima a los que fundamos este movimiento y a muchos de sus miembros
católicos.

No puedo negar que esta opción en la vida política y social también
trajo para nosotros, exclusiones e incomprensiones en la misma iglesia,
aunque nunca tratamos de tener su apoyo institucional y mucho menos ser
brazo político de la Iglesia. En primer lugar por fidelidad a la propia
iglesia, que además no debe tener, ni tiene, brazos políticos de ningún
signo. En segundo lugar por distinción de planos. Pero tampoco ha estado
ausente la solidaridad y el acompañamiento en la fe de algunos y
algunas, que en la iglesia siempre arriesgan más por los perseguidos.

La vida en la comunidad católica, es decir en esa familia grande que se
encuentra en la Eucaristía y comprarte muchas vivencias comunes, que
trabaja evangelizando en el barrio, es imprescindible para la vida del
laico cualquiera que sea su vocación y su opción de servicio desde la fe
en el mundo. Si el laico no tiene pertenencia viva a la comunidad a que
me refiero, no se sentirá "enviado" para su misión en el mundo, ni
fuerte para ser coherente con la fe en todos los aspectos de su vida y
corre el riesgo de desconectarse de su fuente.

Un comportamiento verdaderamente épico tienen todos los prisioneros
políticos cubanos con su coraje y consistencia moral. El testimonio de
los prisioneros políticos que son cristianos, también es digno de
admirar, pues han crecido en una espiritualidad, que les sostiene en
medio de ese trato cruel que reciben mientras evangelizan a los que
conviven con ellos y su conducta en medio de la adversidad es verdadera
inspiración para todos nosotros. No quiero hacer reproches, pero en
general no se han escuchado voces de solidaridad con estos hermanos
prisioneros, de parte de los laicos en Latinoamérica y en Europa, con la
excepción de algunas que agradecemos y valoramos mucho.

Nuestro movimiento ha luchado pacíficamente, en medio de la persecución,
promoviendo la liberación personal y la solidaridad como bases para la
lucha cívica. Estamos desarrollando ahora una campaña ciudadana, bajo el
título de Foro Cubano, para impulsar el Proyecto Varela y otras
iniciativas para demandar los derechos ciudadanos. Muchas expectativas e
incertidumbres hay sobre Cuba y en cuba. Muchos hablan de cambios y de
diversos posibles modelos y medidas de parte de los que está en el poder
para continuar el totalitarismo en otros estilos. Nuestra posición es
radical: Demandamos todos los derechos para todos los cubanos por que
somos seres humanos.

Esto que parece elemental es lo que está en peligro de ser escamoteado y
nuestro movimiento insiste radicalmente en que el primer valor es la
persona misma, más allá de ideologías, modelos y poderes. Por lo tanto
los cambios sólo son para bien si implican el reconocimiento de todos
los derechos por las leyes. Hemos lanzado una visión de cambio en el
Programa Todos Cubanos, bajo el signo de la libertad, la participación
democrática, el dialogo y la reconciliación.

Muchos nos critican porque afirmamos que la dimensión del perdón es
inseparable de la verdadera liberación, y por que defendemos la sociedad
de todo tipo de fundamentalismo, el político, el religioso, y también
del fundamentalismo mercantil y de toda realidad opresiva que ponga el
poder político, económico o de cualquier índole por encima de la persona
o menoscabe su dignidad y condición humana.

También nos atacan acusándonos sólo porque invocamos a Dios cuando nos
sale del alma. Nosotros hemos tenido la experiencia de que la fe no
puede ser arrancada de nuestras almas, ni silenciada por ningún poder
por represivo y violento que sea, aún cuando este poder sea tan
totalitario que se apodere del ambiente social en su totalidad, por lo
que no creemos que tampoco, la fe o la creencia religiosa puede ser
impuesta ni inducida desde ningún poder, tampoco el del estado.

Las personas tienen derecho a creer y no creer, a practicar religión y a
no hacerlo, pero por eso mismo es un derecho para los que creemos
profesar nuestra fe y expresarla y vivir consecuentemente con esta
públicamente. Hay una trampa, un contrasentido del secularismo
profesional, que es afirmar como un supuesto derecho el silenciar a los
creyentes y negarnos nuestro autentico derecho a expresar nuestra fe y
actuar en consecuencia en todos los ámbitos de la vida. Eso es
inaceptable. El laico cristiano no puede perder su libertad interior por
miedo o por intereses, pues ya no podrá dar testimonio. Tampoco debe
dejar de expresar su fe oportunamente, simplemente por que en el
ambiente han impuesto la regla de que hablar de Jesucristo o de la fe
"es de mal gusto."

La fe puede expresarse siempre con respeto al prójimo, a su vida y a su
dignidad y al bien común sin violencia y sin imposiciones, pero con
total libertad y es esa libertad la que niegan el fundamentalismo
comunista y el secular. Niegan esa libertad, que es la primera libertad,
la que tienen todos los seres humanos por ser hijos de Dios, creyentes o
no, para después arrebatar las demás libertades y toda la libertad.

Hago un paréntesis para comentar: acabo de recibir una estatuilla de
madera del Quijote, con escudo, lanza, bigote grandísimo y todo, me la
envía desde la cárcel Regis Iglesias, uno de los líderes del Movimiento
Cristiano Liberación que está condenado a 18 años de prisión. En la
parte inferior de la base de la estatuilla, Regis escribió unas frases
del Quijote que expresan exactamente el porque del Movimiento Cristiano
Liberación:

"Porque me parece duro caso, hacer esclavos a los que Dios y naturaleza
hizo libres."

Que sabio y liberador son estas frases del Quijote para nuestro tiempo,
en que muchos poderes pretenden esclavizar al ser humano, tratando de
suprimir a Dios en sus vidas y alterando la propia naturaleza humana.
Pero no se desesperen, que siempre, y la historia lo demuestra, el ser
humano, y también ahora, responde rescatando su naturaleza y caminando
al encuentro de Dios que es el autor de esa naturaleza y que imprime a
todos sus hijos esas primeras e imborrables vocaciones: la del amor y la
de la libertad.

Eso es liberación.

Para más información o para obtener una copia del comunicado, favor de
contactar: Francisco De Armas, Julio Hernández, Representantes
Internacionales, Movimiento Cristiano Liberación, (787) 549-1805,
fdamcl@cs.com
* Ponencia de Oswaldo Payá que leyó su representante en Europa, Carlos
Payá, en el Congreso "Católicos y Vida Publica," que organizó la
Fundación San Pablo CEU en Madrid.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12691

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