Yosvani Anzardo Hernández
2 de julio de 2007
Holguín, Cuba – bitacoracubana - Recientemente recibí la visita del
"hombre nuevo", nacido y forjado por la "revolución", pero además
moldeado a su imagen y portador por tanto del estigma de la degeneración.
Es un ejemplar de unos 48 años de edad y reside desde hace poco más de
un año en Arizona, Estados Unidos, país al que viajó como refugiado
político, condición que heredó de su padre, viejo luchador
anticastrista, respeto por quien no menciono el nombre del hijo, quien
me hizo una visita de cortesía porque me quiere, según él.
Visiblemente afectado me contó que los americanos son unos estafadores,
pues él vio un anuncio donde decía que ponían casquillos dentales de
oro, gratis, y él entro, le pusieron tres y lo asombroso es que días
después le llegó a la casa una factura por 1400.00 dólares. Créanme, el
hombre está muy afectado.
También pensaba que a su llegada a Estados Unidos le regalarían una casa
y un montón de dinero, y lo más importante, nunca pensó tener que trabajar.
En verdad lo más inverosímil de todo es que un hombre de su edad con un
padre opositor nunca haya podido sobreponerse a la influencia estatal
castrista, y hoy, aunque continúa asegurando no ser comunista, defiende
el sistema que tanto criticó y de cuyo seno salió por decisión propia y
porque era el sueño de su vida.
Para remate se encontró con Jorge Miguel, hijo de uno de mis vecinos,
viejo colaborador de la seguridad. Este otro ejemplar vive en Miami y
aseguró que el mejor regalo que le habían hecho el día de su cumpleaños
era ver por televisión a su comandante en jefe, Fidel Castro.
Lo que ninguno de los dos dijo es que se quedarían en Cuba, aunque
siempre dicen que lo harán cuando tengan dinero. Todo esto me recuerda a
Susi, una perrita sata que desde cachorrita nunca salió del patio de mi
casa y cuando tenía cuatro años si la sacabas al portal comenzaba a
temblar, le podías servir un manjar en la calle, que ella prefería pasar
hambre por tal de no salir de la casa.
También sucede algo parecido con las personas que pasan años en prisión
y cuando son puestos en libertad no saben vivir en la calle y prefieren
volver al medio que conocen.
Pero más ilustrativo es el de los mendigos y pordioseros. Los sueños de
estos es tener una buena comida, un lugar confortable donde dormir y no
tener preocupaciones, pero si le das todo eso, que no es más que hacer
realidad sus sueños, la mayoría regresa a su forma de vida pues en ella
no tienen responsabilidades ni necesidad de trabajar; es mejor para
ellos vivir de las miserias que les regalen aunque sea indigno.
Podría exponer muchos ejemplos pero no lo creo necesario, pues lo que se
puede decir con una palabra no necesita dos, y solo deseo acotar algo:
se ha de tener la autoestima alta para vivir en un mundo libre, se ha de
ser dueño de su destino para vivir en un mundo libre, debemos
reconocernos físicamente esclavos, si pretendemos vivir, mentalmente en
libertad.
Agencia de prensa Jóvenes sin Censura
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=5079
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