Por culpa del etanol
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba - Abril (www.cubanet.org) - Los imperialistas todo lo
hacen a lo grande, eso ya se sabía. Pero ahora se han excedido y van a
matar de hambre a tres mil millones de personas, la mitad de la
población del planeta, con sus planes para la producción de etanol.
De lo anterior no cabe duda, porque lo dijo en un artículo publicado en
el periódico Granma -ese diario nunca miente- el mismo señor que quiso
drenar la Ciénaga de Zapata, el mayor humedal de Cuba; implantó una
libreta de racionamiento que perdura después de 45 años; aseguró que
Cuba iba a producir más leche y queso que Holanda -no tenemos ni queso,
ni leche, ni carne, y casi ni vacas- y ha tenido en su poder por medio
siglo el 80 por ciento de las tierras de Cuba, sin haber podido lograr
que haya en los mercados, de forma permanente, aunque sea tubérculos.
Aunque el articulista no lo dice, los tres mil millones de víctimas
fatales, es de suponer que sean latinoamericanos, los africanos negros,
y también un poco de asiáticos, porque si no, la cuenta no da.
Hasta ahora habíamos escuchado decir hasta la saciedad que los
imperialistas lo que deseaban era apoderarse de las riquezas del mundo,
fundamentalmente del petróleo, pero la situación ha cambiado. Hay que
lamentar que esto se haya producido sin transición, porque no se nos
había preparado mentalmente para el bacatazo, y mucho menos para
morirnos de inanición.
Ahora hay que comenzar a cambiar los letreros de "Señores imperialistas
no les tenemos ningún miedo", por otros que digan: "Señores
imperialistas sean un poquito condescendientes porque estamos
ho-rro-ri-za-dos".
Claro, que en todo esto de tantas zonas del planeta que estarán
despobladas por el accionar del voraz imperialismo, hay un pequeño
detalle donde no juega la lista con el billete, porque el comercio
espolea constantemente a los imperialistas. ¿A quién le van a vender sus
productos? Porque ellos van a seguir fabricando autos y también, casi
seguro, otros artículos que utilicen el etanol u otro bio combustible,
pero no habrá gente a quien vendérselos.
Seguro que si el articulista de Granma vuelve a la carga, y les señala
ese asuntito a los imperialistas, ellos se van a percatar de la
contradicción, y van a dejar a un lado esa decisión de matar de hambre a
tres mil millones de seres humanos.
El nuevo periodista, con tanta credibilidad, está en la obligación de
orientar a los imperialistas sobre este delicado asunto, de mucha
gravedad para la especie, porque lo primero que puede ocurrir es que el
éxodo de los isleños crezca vertiginosamente hacia cualquier país
capitalista desarrollado, ya que el etanol no va a llegar con su guadaña
a esas naciones.
Aunque tal vez, y meditando un poquito más sobre la cuestión, al
articulista le ha ocurrido en este asunto lo mismo que le sucedió hace
unos años en una visita que realizó al hospital en ampliación Miguel
Enríquez, cuando mandó a tumbar dos paños de azulejos, porque según él,
las pequeñas lozas eran de diferentes colores. Lo que realmente sucedía
era que tenían desigualdad en el matiz porque algunas estaban recién
colocadas y, por supuesto, mojadas.
A modo de colofón, sugiero que todos los que en algún momento hayan
pensado, creído, afirmado o imaginado remotamente que este señor era
genial, sigan con la gasolina y no utilicen el etanol.
fornarisjo@yahoo.com
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