2007-04-06.
Asdrúbal Caner Camejo
El Estado soy yo.
Luis XIV de Francia
La situación desastrosa de la industria azucarera cubana no es nueva.
Está relacionada con multiples factores, sobre todo, a partir de la
Revolución en 1959.
En 1989 comencé las investigaciones para la tesis de mi Doctorado.
Formaba parte del Problema Ramal 534 de la Academia de Ciencias de Cuba,
con el título: "Investigaciones económicas de la agro-industria
azucarera", era realmente un reto para cualquier investigador. La
industria azucarera tiene decenas de indicadores económicos y más de 25
que se necesitan para el análisis de las inversiones y el uso de las
maquinarias y equipos del Complejo agro-industrial.
A comienzos del Siglo XX la industria azucarera cubana tenía una base
latifundista, en manos de empresas americanas, españolas y cubanas en
menor medida.
Según datos del Censo Agrícola de 1946, en Cuba existían 142,385
campesinos que tenían o trabajaban el 24% de las tierras y 18,573
grandes propietarios , que eran el 11% de los tenedores de tierras y
tenían el 76% de éstas. De los campesinos, 94,000 no eran dueños, sino,
precaristas y aparceros que tenían que pagar rentas abusivas.
Por eso, la 1ra. Reforma Agraria podría haber significado una
extraordinaria medida para eliminar el latifundismo, si se hubieran
distribuido las tierras entre los cubanos y haber creado empresas de
hasta 50 caballerias. Era una enorme posibilidad para una gran expansión
del mercado agro-industrial y generado grandes riquezas en el país. Pero
no fue así.
El Gobierno distribuyó menos de un 20% y el 80% restante quedó en manos
de un Estado, que se iba a revelar como la administración más
imcompetente que ha tenido la agro-industria azucarera en toda su
historia desde el Siglo XVIII.
La nacionalización de los ingenios azucareros en manos extranjeras
creaba la posibilidad de que, fueran manos cubanas las que tuvieran esas
riquezas y proseguir un proceso natural de fusión de la agroindustria en
Complejos o Conglomerados, dedicados a producir no sólo azúcar, sino más
de 20 derivados de la caña.
Tampoco fue así. Y aquí comenzó el caos. Como consecuencia de estas
medidas, miles y miles de empresarios, profesionales y técnicos
altamente calificados, salieron de Cuba, dejando a la industria
azucarera en el desbarajuste y la improvisación. Con este desbarajuste
tiene que ver el Embargo de EE.UU., pues no permitía la entrada de
maquinarias y equipos para las reparaciones y nuevas inversiones.
El embargo afectó a la industria azucarera durante unos tres años. En
1964 se firma un tratado con la URSS para el suministro de 8 millones de
toneladas de azúcar hasta 1970, cifra que sólo fue lograda en ese último
año. La industria azucarera no recibía nuevas inversiones desde la mitad
de los años 30, pero se agudizó con el final de la II Guerra Mundial,
puesto que los capitales norteamericanos comenzaron a dejar Cuba, ante
las perspectivas de la reconstrucción europea y los vaivenes del mercado
azucarero y los Convenios Internacionales del Azúcar.
Quiero recordarle a nuestros lectores que, para 1959, la industria
azucarera constituía –perdón, voy a utilizar unas palabras de K. Marx– "
la osamenta estructural" de la sociedad cubana, su columna vertebral.
Uno de los elementos claves del caos azucarero, fue la creación entre
1960-1980, de tres o cuatro tipos diferentes de estructuras
empresariales, en cada una de las cuales, cambiaban los indices
estadísticos agrícolas, industriales y económicos, dentro de ellos, la
Norma Efectiva por Día de Zafra (NEPD) o Potencial, la Norma Por Día de
Zafra (NDZ) o Norma Operacional, la Molida por Día de Zafra (MDZ) y
otras decenas de indicadores.
En la parte agricola, se crearon las Cooperativas azucareras, divididas
en fincas, luego las Granjas del Pueblo, divididas en distritos, luego
las Empresa agrícolas azucareras y, finalmente, en 1980, los Complejos
Agroindustriales azucareros (CAI).
Lo mismo ocurría en la administración Central de la industria. Recuerden
que el Sr. Che Guevara fue designado Ministro de Industrias en 1961 y
creo la Empresa Consolidada del Azúcar hasta 1964, cuando sale para el
Congo y luego a Bolivia. En 1967 se comienzan a separar las industrias
de este Ministerio y surge el Ministerio de la Industria azucarera.
Entre 1960-1977 predominan en la dirección económica del país, las ideas
castro-guevaristas, que llevan al país a la eliminación de todas las
categorías del mercado y prevalecen dos sistemas de dirección, que se
excluyen: el sistema soviético y el sistema del Che Guevara.
Desaparece la estimulación material a los trabajadores y los estímulos
para los crecimientos de las empresas, base del descontrol económico y
la generalizada indisciplina laboral, el ausentismo, baja productividad
del trabajo y otros males crónicos de la economía proletaria cubana.
Estos elementos sentaron las bases para la ruina de la agro-industria
azucarera. No había manera de lograr series estadísticas confiables para
los análisis económico-financieros y, por ende, para una dirección
científica de una industria que tenía, en 1989, 159 factorías azucareras.
Este caos guerrillero, tampoco permitió lograr efectividad y
rentabilidad en un proceso inversionista de todo el sector industrial de
US$ 46,909 millones entre 1959-1985, que hizo cambiar la estructura
ramal de la industria nacional, pero afectada por una dirección
caprichosa, voluntarista y sin fundamento.
La industria azucarera recibió unos 20 mil millones en este periódo,
sobre todo entre 1964-1985, para lograr estabilizar produciones de
azúcar de 7,7-8,7 millones de toneladas. Sin embargo, parejamente a este
acelerado proceso inversionista, se producen fenómenos de caída del
aprovechamiento de la capacidad de molida – salvo en algunos períodos –
del 40% y, que tiene su punto crítico entre 1989-1993, con un 65-70%,
dado por insuficientes reparaciones, bajos rendimientos agrícolas, baja
productividad del trabajo, errático régimen de lluvias, bajas
disponibilidades de caña, etc, etc.
Entre 1994- 2006 se produce la debacle total, con el cierre de más de 71
centrales y producciones entre 3-1,2 millones anuales, similares a los
años 1902-1908. El Sr. F. Castro, el Cañero en Jefe, declaró el año
pasado, que "la industria azucarera era la ruina de Cuba"
Ahora, en 2007, tampoco van a lograr su meta de 1,6 millones de Tm. de
azúcar, según Carlos Lage. El Gobierno siempre tiene a su disposición
una sarta de causas: cuando no es el embargo, es el ciclón y cuando no,
el calor y la humedad o el errático régimen de lluvias. O El Niño o La
Niña… o La Madre de los Tomates. Nunca apuntarán el índice a los reales
responsables y mientras tanto, el libelo panfletario Granma, hablará de
los grandes rendimientos en la producción de globos y condones.
Yo realmente no quiero oir las blasfemias que está gritando Manuel
Moreno Fraginal, el autor de El Ingenio desde su querida tumba.
En la política, el cinismo esconde la falta de valores humanos.
Todo el pueblo de Cuba sabe quién es el verdadero demiurgo de la ruina
del país.
Nota: Los datos de este artículo, contiene algunos fragmentos de mi
Tesis de Doctorado.
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