¡Y ahora un Microwey!
Roberto Santana Rodríguez
LA HABANA, Cuba - Febrero (www.cubanet.org) - Mercedes sueña ahora con
adquirir un microwey, como parte de los equipos electrodomésticos que
está vendiendo el gobierno al pueblo dentro del marco de la revolución
energética que comenzó en 2006.
Si, un microwey, como se le llama en Cuba al práctico horno microondas.
Electrodoméstico presente en las cocinas de muchos países, con
excepciones, claro. En Cuba representa todo un lujo, disponible
solamente para los funcionarios de jerarquía.
En verdad, el aparatico se las trae. Pude verlo en la casa donde
Mercedes cumple sus funciones de doméstica. Lleno de botoncitos por
todas partes, el microwey sirve, para esto, para lo otro. Y lo mejor,
pita y todo.
Resulta que la nuevamente esperanzada Mercedes, todavía más después de
recibir su flamante refrigerador HAIER de dos puertas, doble temperatura
que costó 6 mil pesos, y que aún no ha comenzado a pagar su hijo en
mensualidades de 120, espera comprar el microwey porque, según le
dijeron estaba "asignado" a los afortunados que cumplieran con el
requisito de poseer una cocina de gas.
Esto se lo dijo a Mercedes un amigo que a su vez se enteró por el
delegado del poder popular de su cuadra, lo que fue suficiente para que
la mujer se ilusionara: "Figúrate mi´jo, yo con un microwey, preparando
fast food y todo lo que venga", le dijo a su vástago mientras le
brillaban los ojos detrás de sus espejuelos.
Otra ilusión de Mercedes es el televisor que aún no llega. Le dijeron
que es una marca superior al Panda. Mientras tanto, Mercedes vio
sucumbir su abnegado Orizón de los 80 del siglo XX. Nada, la pantalla,
al requerir más alimentación, se llevó 3 triplicadores que cuestan 15
chavitos cada uno.
Quiera Dios que Mercedes pueda adquirir su horno microondas.
-Vamos a poner los pies en la tierra -dijo el delegado del poder
popular-, el aparato hay que pagarlo cash.
-¿Cuánto costará?
-No se sabe todavía, pero se venderá en moneda convertible. ¿Qué pensó?
Por el momento el televisor y el "microwey" están volando. Que aterricen
o no es otra historia. Mientras tanto Mercedes sueña con tenerlos y se
las arregla con el blanco y negro Goldvisión de su hijo y con los demás
adminículos que le vendieron. La olla arrocera sigue siendo la reina.
Nuevamente y como siempre digo: ¡Suerte para Mercedes!
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