SOCIEDAD
La emergente guardia roja del comandante
Guillermo Fariñas, Cubanacán Press
SANTA CLARA, noviembre (www.cubanet.org) - A veces la falta de
información le juega una mala pasada a los cubanos, pues a partir de
1986 las publicaciones de la extinga Unión Soviética convencieron al
mundo de que la revolución más cruenta de la historia fue la bolchevique.
Los lectores del libro testimonial "Cisnes salvajes", de la escritora
china exiliada en Gran Bretaña, Jung Chang, conocen espeluznantes
historias sobre la crueldad de la revolución china, encabezada por Mao
Zedong. Mao, al verse criticado por los camaradas socialistas, con el
espíritu de cumplir lo legalmente aceptado por el poder ya asentado,
cimentó el pretexto para considerar que la revolución cultural, con su
inseparable Guardia Roja, no era criticable.
La Guardia Roja fue un mecanismo unipersonal maoísta para ejercer el
poder, a través del cual se violaban las leyes del estado comunista, y
neutralizar así a los altos dirigentes del Partido Comunista que
trataban de moderar o controlar al líder. Fidel Castro ha dejado
muestras de ser un consumado mantenedor a toda costa del mando político.
Existen los que consideran prematuras y hasta exageradas las
afirmaciones de que la llamada "batalla de ideas" no es otra cosa que la
particular revolución cultural de Castro, sólo porque no logran
identificar socialmente dónde está su Guardia Roja. Sería necesario
aclarar que tanto una institución de este tipo como una revolución
cultural, aunque sean castristas, son necesarias sólo para desviar la
atención de una creciente oposición dentro de las filas de un partido
totalitario en el poder.
Los escogidos en estos momentos son los trabajadores sociales,
instructores de arte, maestros y enfermeros, quienes representan la
punta de lanza para combatir la corrupción enraizada en muchas empresas
del país. Porque, según el mismo Fidel Castro: "Los nuevos ricos que
trabajan en el sector de la moneda dura son los que pueden derribar a la
revolución cubana, por su desmedido egoísmo ante las insatisfechas
necesidades del pueblo."
Actualmente se presenta una ocupación casi militar en las refinerías de
petróleo y las gasolineras donde se vende el combustible en moneda
convertible. Esta "militarización" la llevan a cabo los trabajadores
sociales, o "guardianes rojos".
En la edición del periódico Granma del 24 de noviembre de 2005, Castro
amenazó con que, además de esa emergente tropa de choque, contaba con la
reserva de los estudiantes universitarios, que por el simple hecho de
ser jóvenes, sus conductas serían sanas e incorruptibles. Estas palabras
representaban una advertencia a los dirigentes de los organismos
centrales del Estado, a los combatientes de la Sierra Maestra, la
clandestinidad, la lucha contra los alzados en el Escambray, Playa
Girón, y los guerreros de Angola y Etiopía.
Todo indicaba que el gobernante cubano no confiaba ya en sus viejos
compañeros de viaje y tropelías revolucionarias, por lo que había
decidido amenazarlos con colocar en sus cargos a dirigentes sin ningún
historial, pero manipulables.
Será necesario que se preparen los observadores y analistas de la
realidad cubana, porque el ahora encamado e impredecible barbudo
comandante, ya cuenta con su propia guardia roja, y dijo hace poco en
televisión que todavía da órdenes por teléfono.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/nov06/14a8.htm
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