Horror de presidio por hospital psiquiátrico
Oscar Sánchez Madan
Bitácora Cubana, 3 de noviembre de 2006 – Matanzas
El carácter abusivo del régimen militar castrista y la insensibilidad de
sus irreflexivos funcionarios, sirvieron para complicar aún más, la ya
difícil vida de un ciudadano relativamente joven, nacido con la
revolución de los comandantes barbudos, a quien lejos de enfrentarlo a
los terribles horrores del presidio comunista, al que lo condenaron los
bolcheviques tropicales, debieron haberlo internado en un hospital
psiquiátrico para tratarlo por la enfermedad de alcoholismo, que
lamentablemente padece.
David Medina Horigüela, es su nombre. Carga él sobre sus hombros de
"hombre nuevo" con 42 largos años vividos en el abominable infierno
experimental castrista, infierno en el que se protege más la vida de una
vaca o de una chiva –siempre que éstas sean de propiedad estatal–, que
la de un ciudadano común, quien por supuesto, no pertenece a la
privilegiada y rica nomenclatura oligárquica leninista.
El poblado de Sidra, localidad del municipio de Unión de Reyes, es su
lugar de residencia. Allí se pasaba él los días junto a su esposa; ambos
son propietarios de viviendas independientes, aunque ellos se las
arreglaban para estar siempre juntos y amarse como todo el mundo se ama.
Pero como para los adictos a las drogas, no todo, o casi nada es color
de rosa, un día del mes de octubre del año 2006, cuando David sufría una
de sus tantas crisis, ocurrió algo que nadie, mucho menos él, deseaba.
Se había presentado David ese día en el bar cafetería del pueblo, lugar
donde trabaja su esposa. Ella estaba presente cuando su cónyuge solicitó
al administrador de dicha entidad que le vendiera una botella de ron.
Es necesario aclarar, que más allá del triste padecimiento de David, la
ingestión de bebidas alcohólicas es la principal opción "recreativa" de
un número bastante elevado de personas en Cuba, podría afirmarse que de
la inmensa mayoría de la juventud.
En el momento en que el jefe del establecimiento le aconsejaba a David
que no comprara más ron y que se retirara a su casa a descansar, arribó
al lugar Amado Hernández, alias 'Boca de pomo', un connotado represor de
la disidencia local de más de 60 años de edad, ex magistrado del
tribunal municipal, protagonista de múltiples operativos paramilitares
de vigilancia ejecutados contra sus propios vecinos; incluidos actos de
repudios y desorden público efectuados bajo la vigilancia de la policía
política.
Dicho sujeto ofendió a David con palabras groseras y lo desafió
invitándolo a pelear, al tiempo que este último le decía: "!Yo soy
incapaz de golpear a una persona mayor, Amado!".
Todo ocurrió ante la presencia de una decena de vecinos, que intentaban
acabar la discusión.
Hubo un momento en que el anciano castrista, lleno de odio, se retiró, y
para asombro de los presentes, que lo consideraron totalmente
innecesario, regresó al poco rato armado con un cable eléctrico, con el
que golpeo brutalmente a David, quien sólo esquivó, como pudo, los
golpes. Luego se marchó.
Dos días después, debido a una denuncia que formuló el mencionado
represor, el jefe del cuartel local de la policía, agente Alexis
Terrero, detuvo a David en plena vía pública, cuando todavía éste no
había rebasado la crisis. Luego de sostener con él una fuerte discusión
en su oficina, lo esposó y lo condujo a la unidad de la policía
municipal. Mientras lo conducía, le propinó un fuerte manotazo en el
rostro.
Una joven que casualmente pasaba frente al cuartel, le expresó indignada
al militar: "No lo golpee, ¿usted no ve que está borracho? A lo que el
gendarme contestó: "Usted siga su camino, y no se meta en esto".
La joven tuvo suerte de que no la detuvieran a ella también, o incluso,
la golpeara. Diez días estuvo David en un putrefacto calabozo de la
policía en Unión de Reyes, hasta que lo llevaron a juicio, no por la
denuncia del anciano represor castrista, sino acusado por el agente
Alexis Terrero de haber cometido los supuestos delitos de desacato y
resistencia.
Durante la vista oral sólo se presentaron dos testigos de cargo: un
colaborador de la policía, que custodia el cuartel de Sidra; y una
oficial del Ministerio del Interior, quien declaró, que cuando David no
bebe, se comporta como buen ciudadano.
De acuerdo con el informe de la defensa no se aportaron casi pruebas
para condenar, como condenaron al acusado con tres meses de cárcel.
Ahora los vecinos de Sidra exclaman: "!Qué lástima que a David no lo
internaron en un hospital psiquiátrico para curarlo de su penosa
enfermedad!"
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=3221
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