Entrevista al sacerdote opositor Ricardo Santiago

Entrevista al sacerdote opositor Ricardo Santiago

Por Shelyn Rojas
Bitácora Cubana, 6 de noviembre de 2006 – La Habana

El Padre Ricardo no tiene barba y su voz no truena. No imaginaba un
sacerdote ortodoxo como él.

Conversé con él en su apartamento de Centro Habana, menos de 24 horas
después de ser liberado. Con voz pausada y agradable, pero firme, junto
a su esposa, respondió mis preguntas.

¿Puede expresarme las impresiones que tuvo estos 15 meses en prisión?

R: Disfruté el presidio, es algo contradictorio, pero hay que vivirlo.
Cuando te violan tus derechos, sacas una fuerza interior increíble por
la fe, el amor a la patria y a tus hermanos. Esta fuerza interna te da
el valor de hacer lo que no hiciste en la calle. Experimentas la
libertad, es extraordinaria.

Ellos trataron de separarme como sacerdote. Sin embargo, allí pude
llegar al pueblo de Dios. Hay mucha necesidad de justicia entre los
presos, por las condenas en los procesos judiciales que son desmesuradas
y por el dolor de las familias.

Siento no haber vivido una etapa de mis hijas. Esa etapa cuando empiezan
a hablar, cuando más necesitan protección y amor.

¿Cuál fue el momento más difícil que usted vivió en la prisión?

El 31 de diciembre dieron visita especial, fue más larga. En el momento
de la despedida, una de mis hijas se me abrazó al pie. Llorando me dijo
– ¿Papi tu te vas para mi casita?– Todas mis energías fueron
descompensadas. El oficial que se encontraba cuidando la visita me
expresó que no podía ver aquello que estaba sucediendo. Se alejó, como
reconociendo la injusticia que se estaba cometiendo.

¿Cuáles son sus planes futuros?

El día primero de agosto del año 1994 hice una promesa. Todas mis
fuerzas iban dedicadas a la lucha pacífica por la democracia y la
libertad de mi país. Mientras yo viva como hombre de fe, todas mis
fuerzas continuarán consagradas a la iglesia de Cristo. Y mientras
exista como sacerdote, cumpliré esa promesa a cabalidad. No tenemos
planes concretos de nada con respecto al exilio. Es una determinación
que no se puede tomar a la ligera. Tratar de recuperar todo el tiempo
perdido con mi familia.

¿Cómo ves la perspectiva política actual y venidera?

Yo creo que el pueblo está tomando conciencia de la necesidad de un
cambio en Cuba. Hay que vivir dentro de una prisión para ver cómo se
manifiestan los presos y los familiares.

El cambio en Cuba tiene que ser una realidad inminente. Estamos más que
convencidos de eso. Necesitamos primero que el pueblo sepa cuál es el
verdadero cambio. Que se le caigan las vendas de tantos años de
totalitarismo sembrado. Muchas personas se declaran opositoras y se
encuentran en el anonimato, perdidas. No tienen una educación cívica,
por la desinformación que es total. Pero sí, el pueblo está consciente
de la necesidad hacia una transición, una democratización y una patria
con verdaderos principios de libertad.

Seguiré luchando, sin temor de volver a prisión. Mientras sea por la
libertad de todos los cubanos. Que todos tengamos los mismos derechos.

¿Desea enviar un mensaje a todos los cubanos?

Un mensaje tanto al pueblo de Cuba, los que sufrimos aquí y los que
sufren en el exilio. Tenemos que unirnos, para lograr la libertad.
Debemos tomar ejemplo de la Virgen de la Caridad. En su imagen, en una
mano nos muestra la cruz, símbolo de valor, signo de lo que estamos
viviendo ahora; en la otra la salvación con su propio hijo.

Tenemos que pasar esa cruz. Por este dolor, que nos da el valor. Debemos
unirnos todo el pueblo y los exiliados. Nos legaron una oración de
comunión. Tomemos conciencia y responsabilidad de la necesidad del
pueblo. De lo contrario, nunca vamos a alcanzar lo que es la libertad y
la democracia en nuestro país.

Ver nota relacionada: Libertad inmediata a reverendo opositor
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