SOCIEDAD
Tragicomedia a la cubana
Roberto Santana Rodríguez
LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - No supe si reír o llorar
cuando escuché la historia que me relató el colega Juan Carlos Linares
acerca de la multa que le han impuesto las autoridades porque, según las
leyes cubanas, calificadas por él como kafkianas, vive de forma ilegal
desde el año 2000 en la casa de su esposa en el municipio capitalino 10
de Octubre.
La referida multa, impuesta a Linares en octubre de 2005, ascendente a
450 pesos, actualmente duplicada, según el decreto ley 217, se debe a
que no se ha inscrito en el registro del carné de identidad de 10 de
Octubre. De no pagarla puede ir a prisión de uno a seis meses, o un año.
Y, ¿por qué no ha cumplido con este trámite el comunicador
independiente? Porque las cosas de este país son a veces únicas e
incomprensibles. Para estar "legal" en la casa de su esposa, Linares
sólo tiene que cumplir con la mencionada formalidad: inscribirse en 10
de Octubre, pero a los mismos efectos legales no puede hacerlo aunque lo
quiera y necesite, porque su esposa aún no es la propietaria de la
vivienda que ocupan.
Olguita, la dueña anterior de la casa, antes de morir hizo testamento en
favor de la esposa del periodista, pero (y otra vez pero) desde 2003 los
documentos permanecen "engavetados". Además, y para colmo, el titulo de
propiedad, en cuanto al número de habitaciones de la casa, no coincide
con la realidad.
Linares, de vencer este obstáculo, pudiera inscribirse de forma temporal
en l0 de Octubre, porque es propietario de una casa en la Habana Vieja,
y en Cuba no se puede tener más de un habitáculo en propiedad, sólo en
el caso que el propietario pueda demostrar fehacientemente que la
segunda es sólo para veraneo.
Entonces aparecería inscrito en 10 de Octubre, pero la libreta de
abastecimientos seguiría en la Habana Vieja. Tendría que viajar el
hombre todos los meses hasta allá para coger "lo que viene" a la bodega.
Algo positivo, tendría garantizado el ejercicio físico que, pensándolo
bien, no necesita tanto.
También Linares tiene como solución a su acuciante problema habitacional
mudarse con su mujer para la Habana Vieja, y dirá usted, tal vez de
forma ingenua, por desconocimiento de la realidad cubana, vender o
alquilar la casa de 10 de Octubre, pero el casco histórico de la Habana
Vieja es considerado por las autoridades un municipio especial con
interés histórico y turístico en el que no se permiten aumentos de
población.
No se pueden vender casas en Cuba, sólo al Estado, que paga una cifra
que no convence a los posibles vendedores; y sí se puede alquilar, pero
Linares no reúne los requisitos indispensables acordes con la moral
socialista para realizar esta actividad económica. Como hemos dicho, es
un reportero independiente, un proscrito, no reconocido, diferente, que
está en contra del gobierno, delito capital en la Isla.
Hasta que no se desengaveten los papeles Linares está, como decimos los
cubanos, embarcado. Por el momento está considerando algunas
alternativas como nombrar un abogado. Algunos se han negado a defender
su caso.
Sólo la directora del bufete lo atendió bien, dándole palabras de
aliento, porque ella está casi exactamente en la misma situación de
Linares desde hace tres meses en la casa del marido, en espera de que en
cualquier momento le pongan la multa.
Otras opciones tiene Linares, dos de ellas sugeridas por funcionarios
del Poder Popular y del carné de identidad, consistentes en romper de
forma temporal el vinculo que tiene con su esposa en 10 de Octubre, o
visitarla en horarios nocturnos, a escondidas de las miradas vigilantes
de los vecinos que pudieran delatar su presencia en la casa.
Otra posibilidad es negociar la multa en la oficina de cobros con vistas
a pagarla a plazos. Hay que pagarla como sea, para rec1amar.
Mientras tanto, no sé si llorar o reír ante esta tragicomedia a la
cubana que le puede pasar a cualquier compatriota residente en esta
hermosa isla del Caribe.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/09a7.htm
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