"Peligro de muerte y secuelas por atención médica deficiente".
Por Dr. Darsi Ferrer Ramírez*
Bitácora Cubana, 10 de junio de 2006, La Habana
La joven de 27 años, Yordanka Abat Paz, perdió su embarazo deseado,
estuvo en peligro de muerte y presenta daños permanentes en su
organismo, como resultado del proceder inadecuado e irresponsable que
sufrió en el hospital, de manos de los médicos que la asistieron al
buscar ayuda profesional por presentar un cuadro de hiperemesis gravídica.
En el año 2004, la Sra. Abat fue ingresada en el Hospital Materno ¨Hijas
de Galicia¨, en la ciudad de la Habana, con diagnóstico de Hiperemesis
Gravídica (vómitos provocados por el embarazo) y gestación de nueve semanas.
Le indicaron el tratamiento usual: hidratación por venoclisis y
medicamentos parenterales (vía sanguínea) que atenúan los efectos de las
hormonas causales de los vómitos.
Pasada una semana, al no evidenciarse ninguna mejoría en su estado de
salud, con intolerancia gástrica hasta para la asimilación por vía oral
de las soluciones líquidas, los ginecólogos decidieron interrumpir la
gestación mediante legrado uterino.
A pesar del legrado los síntomas persistieron, lo que determinó la
realización de un análisis sanguíneo de gonadotropina coriónica, cuya
cifra indicó una concentración propia de embarazo. Para corroborar el
resultado le hicieron un ultrasonido transvaginal donde no se visualizó
la referida gestación.
Los especialistas concluyeron en su valoración médica que la paciente
presentaba un embarazo extrauterino y, por tanto, la sometieron a una
intervención quirúrgica de urgencia.
Días después de la cirugía Abat Paz fue dada de alta hospitalaria por la
favorable evolución que tuvo, pero antes los doctores le explicaron que
la sometieron a operación sin necesidad, pues se confirmó en el salón
que no tenía ningún embarazo fuera del útero.
La Sra. Paz fue ingresada nuevamente en ¨Hijas de Galicia¨ a los tres
días de estar en su casa, aquejada de malestar general, fiebre de 39 –
40 grados celsius, dolor bajo vientre, taquicardia y secreción vaginal.
Luego de una semana de tratamiento con antibióticos de amplio espectro,
por medio del examen vaginal los médicos determinaron que mantenía en la
cavidad uterina restos del legrado que le habían practicado
anteriormente y, por ello, ordenaron llevarla otra vez al salón para
volverla a legrar.
Cuando Yordanka se recuperó de la anestesia fue informada que a
consecuencia de la septicemia (infección generalizada) encontraron un
marcado deterioro en los órganos de su aparato ginecológico, lo que los
obligó a extirparle el útero, las trompas y los ovarios, como medida
extrema para evitar peores complicaciones.
La paciente fue trasladada para la sala de cuidados intensivos del
Hospital Clínico Quirúrgico ¨Díez de Octubre¨ reportada de muy grave,
donde cuatro días más tarde le diagnosticaron una oclusión intestinal y,
acto seguido, la sometieron a otra intervención quirúrgica de urgencia.
Cuando por fortuna, al cabo de dos meses, logró salir con vida y
abandonar el hospital la remitieron para la consulta de patología de
cuello del Materno ¨Hijas de Galicía¨, allí el doctor que la examinó le
aseguró que no era necesario mantener un seguimiento, que podía vivir
una vida plena con la única limitante de que no podría tener más hijos.
En la actualidad, debido a la menopausia post-quirúrgica Yordanka padece
de frecuentes crisis de artrosis por la falta de calcio en su organismo,
además, presenta dispareunia (dolor al tener relaciones sexuales),
infección vaginal a repetición, oleadas de calor e irritación nerviosa,
con la agravante de no contar con atención médica adecuada.
El Dr. Jacinto, jefe del programa materno-infantil del mencionado
Materno, fue el encargado de darle respuesta a la queja emitida por
Yordanka Abat ante las autoridades de salud.
El galeno reconoció que hubo errores de parte de los médicos que la
atendieron, pero le pidió que valorara que, como otros seres humanos,
esos profesionales están a expensas de equivocarse y, además, le hizo
énfasis en que tomara en cuenta que debía agradecer todos los servicios
que la revolución había puesto de modo gratuito en función de
restablecerle la salud, según sus palabras, "generosidad del estado que
no la tendría en ningún otro país".
La legislación jurídica vigente en Cuba no contempla la indemnización
por el estado de los daños producidos a pacientes en los casos de
negligencias médicas. Las personas que resultan víctimas de ese tipo de
situaciones, como en el caso descrito, solo tienen por opción resignarse
ante lo sucedido.
* El Dr. Darsi Ferrer es director del Centro de Salud y Derechos Humanos
¨Juan Bruno Zayas¨.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2237
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