Friday, June 09, 2006

Pantalones subversivos

SOCIEDAD
Pantalones subversivos
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Mientras en Reno, ciudad
situada en la zona oeste de los Estados Unidos, se le rinde homenaje por
estos días al creador del jeans más famoso del mundo, los cubanos que
peinamos canas recordamos una triste historia relacionada precisamente
con estos pantalones, y ocurrida durante los años sesenta, la primera
década del gobierno revolucionario, cuando calificó de subversivos los
jeans norteamericanos.

Muchos son los compatriotas míos que no olvidan los problemas que se
buscaron con la policía y con los militantes del Partido Comunista por
usar esa pieza de vestir, llamada vaqueros en los años cincuenta y
pitusa posteriormente, práctica y duradera como ninguna otra, pero
prohibida hasta que el régimen descubrió lo absurdo de dicha disposición
y se hacía de la vista gorda con los jeans.

Eran los tiempos en que si algún extranjero le preguntaba a un amigo
cubano qué quería de regalo, éste respondía rápidamente un jeans yanqui.
Así, comenzaron a entrar en la Isla a través de extranjeros, o eran los
propios cubanos que, en sus viajes al exterior, los compraban como la
cosa más natural del mundo, pero los entraban de forma oculta en sus
equipajes, para que no pensaran mal los aduaneros del Ministerio del
Interior.

A comienzos de 1970, los jeans norteamericanos pudieron más que la
represión emprendida contra ellos y obtuvieron su libertad en esta Isla
tropical, después de un siglo de inventados. Tanto mujeres como hombres,
e inclusive niños, preferían el jeans antes que cualquier otra ropa.

Sin embargo, la palabra blue jeans representa una de las tantas marcas
de este tipo de pantalón, cuyo creador no fue precisamente un
norteamericano, sino un inmigrante letón, de nombre Jacob Davis, quien
en 1871 era el dueño de una sastrería en la ciudad norteamericana de
Reno, Nevada.

Por esa fecha a Davis le encargaron unos pantalones que resistieran el
trabajo rudo de un leñador y le entregaron tres dólares para que se
esforzara en cumplir con el pedido. Después de pensarlo bien, el sastre
escogió una tela fuerte de algodón, de color azul encubridor y cuando
terminó de coser los pantalones usó remaches de metal para reforzar las
costuras que pudieran resultar más vulnerables.

El éxito fue rotundo. En pocos días el inmigrante venido de Letonia tuvo
su pequeño establecimiento lleno de obreros y campesinos, solicitándole
el mismo modelo de pantalón.

En la actualidad, la ciudad de Reno se conoce como cuna del blue jeans
Levi's. Fue allí donde primeramente lo comercializó Levi Straus, otro
inmigrante, pero de Baviera, radicado en San Francisco, quien se asoció
al famoso sastre en 1873 para producir pantalones de mezclilla en
grandes cantidades.

En los años setenta, cuando finalizó la represión contra estos
pantalones en Cuba, vistos por la dirigencia política como una ropa
sospechosamente contrarrevolucionaria -hoy esto nos puede mover a risa-,
las tiendas de área dólar de casi todos hoteles, vedadas a la población
durante más de treinta años, exhibían los blue jeans en sus percheros, y
no hubo cubano que no se las ingeniara para, por medio de un extranjero,
adquirir su pantalón.

Tanto llegó a gustar el blue jeans, que hasta los dirigentes políticos
lo comenzaron a usar sin ningún tipo de reserva o temor, hasta el día de
hoy.

En la actualidad, estos pantalones de origen yanqui representan la ropa
favorita de todos los cubanos, y si una gran mayoría la usa es gracias a
las donaciones que recibe el país, consistentes en piezas de vestir de
segunda mano, aunque cuya venta, que hasta hace poco era en dólares,
ahora se realiza en moneda convertible, una moneda que no reciben, para
su desgracia, los trabajadores de Cuba socialista.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/09a9.htm

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