¨Médicos dejan morir a adolescente¨
Por Dr. Darsi Ferrer Ramírez
Director del Centro de salud y Derechos Humanos ¨Juan Bruno Zayas¨.
La insensibilidad de los médicos que asistieron a Henry Rodríguez
Castellanos, en estado de shock que pudo ser reversible y sin mayores
complicaciones de habérsele ofrecido apoyo vital, le costó la muerte en
el hogar sin recibir atención médica adecuada.
De solo dieciocho años de edad, Henry regresó a su casa en horas de la
madrugada el pasado 6 de Junio en estado de embriaguez, con aliento
etílico, incoordinación motora, excitación, confusión mental y lenguaje
tropeloso.
A medio día, como continuaba dormido y, además, con frialdad de la piel,
respirando con dificultad y no respondía a los estímulos, los familiares
buscaron ayuda en el consultorio de la comunidad.
Después de examinar al paciente la doctora explicó a la familia que,
debido al estado general de Rodríguez Castellanos, con signos de
inconsciencia, hipotensión (cifras de presión arterial en 80/55), pulso
débil y bradicárdico (por debajo de 60 latidos por minutos) su criterio
profesional era remitirlo para el hospital, ya que sospechó que tenía
una intoxicación aguda por la ingestión de bebidas alcohólicas y,
quizás, psicofármacos o drogas.
Aunque la doctora llamó inmediatamente al S.I.U.M. (Sistema Integral de
Urgencias Médicas), la ambulancia apareció al cabo de varias horas,
sobre las tres de la tarde.
Los intensivistas recién llegados volvieron a examinar al paciente,
confirmaron el diagnóstico emitido por la médico de familia, pero a
diferencia de ella decidieron suministrarle un ámpula de Naxolona vía
endovenosa, medicamento que se utiliza para el tratamiento de la
depresión respiratoria y no consideraron necesario trasladarlo al hospital.
Pasadas tres horas hubo que acudir nuevamente al consultorio pues Henry
se mantenía sin reaccionar, con el pulso imperceptible, frío y
coloración cianótica de la piel.
Otra vez la doctora decidió llamar al S.I.U.M. para que trasladaran al
paciente con carácter urgente a un hospital. La respuesta recibida de la
entidad fue que debía esperar porque casi no tenían carros disponibles
para la recogida de enfermos y había más casos que también requerían de
ambulancia.
A los pocos minutos el adolescente Henry Rodríguez Castellanos tuvo
relajación de esfínter (se orinó y defecó), posteriormente dejó de
respirar y no se palparon latidos cardiacos ni los pulsos periféricos.
A pesar de que en el automóvil de un vecino lo llevaron rápido para el
cuerpo de guardia del Policlínico ¨Raul Gómez García¨ y, al llegar, le
realizaron maniobras de reanimación, no pudieron sacarlo del paro
cardiovascular confirmándose finalmente su muerte.
Está descrito en la literatura médica y es de conocimiento elemental
para todo médico que cuando un paciente por cualquier causa (ya sea
química, séptica, cardiovascular, traumática, vascular, neurológica, u
otra) cae en estado de Shock, es porque ese organismo presenta un fallo
multisistémico que compromete funciones vitales e implica serios riesgos
para su vida.
El diagnóstico del Shock no depende de análisis de laboratorio ni de
equipos especiales, sino que puede establecerse con bastante certeza a
través del simple examen físico del enfermo. Por tanto, aún fuera del
medio hospitalario se logra reconocer en un paciente la instauración del
cuadro valorando sus síntomas y signos patológicos.
Un mínimo de responsabilidad profesional y de sensibilidad humana de los
médicos, así como de seriedad del gobierno para asumir con dignidad el
alarmante índice de alcoholismo y drogadicción de la sociedad cubana,
principalmente en la juventud, habría evitado la injustificada pérdida
del joven Henry, además del sufrimiento de otras tantas familias.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2273
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