SOCIEDAD
Hongos cubanos Volvariella
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - Con los hongos cubanos
Volvariella me ocurre lo mismo que con los faisanes que comenzaron a
multiplicarse por los años sesenta en una granja de Caimito, provincia
Habana, por iniciativa de la señora Celia Sánchez, y que según un
reportaje televisivo del pasado año, la granja estaba en plena
producción. Jamás he visto a la venta faisanes cubanos. Mucho menos
hongos Volvariella.
Que me perdonen los optimistas, pero no tengo ninguna esperanza de poder
preparar en mi cocina una rica receta con hongos cubanos.
Nuestra agricultura tiene un atraso de medio siglo. La principal razón
para que esto ocurra es la posesión de la tierra por parte del Estado,
ese patrón etéreo y amorfo que como carece de ojos no puede hacer
engordar a su caballo.
Hace más de dos años supimos por la prensa nacional que en 1989 el
Ministerio para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica de
Cuba firmó un proyecto con el fin de incrementar el cultivo de hongos
comestibles en tierras cubanas.
También se informó a la población que el hongo que produciría Cuba sería
el Volvariella, una variedad para lo cual también en 1989 comenzaron a
seleccionarse terrenos de las provincias de Pinar del Río, La Habana,
Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus.
Han transcurrido 16 años, y todavía no hemos visto los primeros hongos
Volvariella en nuestros agromercados. Esto quiere decir que no sabremos
jamás cuándo será posible tanta maravilla.
Y digo maravilla porque debo confesar que me gustan los hongos. Los he
comido en Chile, en Alemania, en Japón y en muchos otros países que
visité hace ya bastante tiempo. Además, a veces cometo el disparate de
comprar, cuando lo encuentro, un pequeño pomo de hongos importados a un
costo de cinco o seis dólares.
Los hongos, aparte de ser bellísimos por su colorido y variedad de
formas, son altamente alimenticios. Inclusive después de su cocción
mantienen el contenido de proteínas y vitaminas.
Se sabe también que desde hace siglos muchos países de Asia, Europa y
América ya conocían sus propiedades alimenticias y terapéuticas. Sin
embargo, fue en 1989 que esto fue comprendido y analizado por el Estado
cubano, a través de sus organismos encargados del desarrollo agrícola
del país con fines de mejorar la calidad de nuestra dieta, contribuir a
la creación de puestos de trabajo, y usar parte de su producción para el
consumo de los turistas extranjeros.
Lo que ha ocurrido con la producción de hongos cubanos no sólo se
ignora, sino que además nunca se han visto en los establecimientos donde
compra la población.
A pesar de que Cuba tiene condiciones para este cultivo, pues sólo
requiere de terrenos húmedos y poco iluminados, considerada su técnica
como elemental y muy económica, el gobierno, encargado de su producción,
aún no ha podido incluir este alimento en la mesa del cubano.
En el mundo crecen los campos de hongos sin cesar y sus precios siguen
siendo altos. Un kilogramo de este producto cuesta siete dólares.
También hay determinadas variedades de hongos cuyo valor puede llegar a
mil dólares por kilogramo. En El Salvador, por ejemplo, se sabe que el
valor de una hectárea de hongos es igual a 29 de café.
Según datos de la prensa cubana, de 1976 a la fecha, la producción de
hongos a nivel mundial ocupa el segundo lugar, gracias a que sus
técnicas de cultivo son más simples y baratas que el resto de los
productos agrícolas. La explicación de por qué también esto no ocurre en
Cuba, nadie lo sabe.
Existen 250 mil especies, aunque la preferida parece ser el champiñón.
Ojalá y algún día podamos contar con extensos campos de hongos para
beneficio de nuestra salud.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/12a9.htm
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