H. G. Wells en La Habana
En una jugarreta de la Máquina del tiempo, de H. G. Wells, la “porra
machadista” heredera de los piquetes de voluntarios españoles del siglo
XIX ha regresado a nuestra realidad cotidiana.
Hace aproximadamente un mes una turba asedió a la economista opositora
Martha Beatriz Roque en su casa, con un gran despliegue de amenazas y
obscenidades. El uso de la grosería como arma política violó todos los
códigos legales y morales que pautan (o deberían pautar) nuestra vidas.
Aunque los “mítines de repudios”fueron usados indiscriminadamente en el
año 80, tenían diferencia con los actuales. Aquellos procuraban
comprometer a la población con las políticas oficiales, estos que osan
proclamar el disgusto generalizado ante el caos reinante. Para hacerlo
se apoyan en “leyes de plastilina” y en “asustadores profesionales” que
trabajan de modo selectivo y amoral.
No creo que sean solo una muestra de “pornografía pública”, descubren la
”gran agonía”. Son los estertores, como lo fue la Primavera Negra del
2003, del desfalleciente poder que nos desgobierna. Por suerte, hasta
las peores películas terminan, porque ya va siendo hora de que se
encienda las luces.
Roberto Miranda Díaz,
Relaciones Públicas Movimiento Liberal Cubano.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=5835
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