Tuesday, April 11, 2006

Resucitar en Cuba

SOCIEDAD
Resucitar en Cuba
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba - Abril (www.cubanet.org) - El jefe del equipo médico
del gobierno cubano, Eugenio Selman-Housen, aseguró que Cuba reúne las
condiciones necesarias para que nuestros ancianos lleguen a los 120
años. Pido disculpas al galeno, pero no creo que eso sea posible.

Es cierto que Cuba ha envejecido en las últimas décadas, tanto como el
mundo, pero esto no ocurre porque los cubanos se alimenten bien, lleven
una vida sana y reciban una atención médica de primera. Ha envejecido
Cuba porque, entre otras razones, la tasa de crecimiento poblacional
continúa presentando un importante descenso.

Es posible que los ancianos cubanos puedan cumplir con ciertos
requisitos con el fin de prolongar su vida: beber agua fresca con
frecuencia, tomar poco café, nada de bebidas alcohólicas y trasnochar lo
menos posible. Hasta ahí esto podría cumplirse al pie de la letra,
aunque se vean por las calles a muchos de nuestros abuelos convertidos
en alcohólicos.

Desde los años cincuenta de la centuria pasada los avances de la
medicina pronosticaban un gran optimismo para el siglo XXI: resucitar a
personas que sufren ataques cardíacos, algo muy frecuente y rutinario en
nuestros tiempos de gran estrés. Tal y como los ahogados son traídos de
vuelta, estas personas pueden resucitar con un masaje en el corazón o
por medios técnicos, algo que requiere de una rápida intervención.

Pero, ¿cómo lograr que un cubano que sufre un infarto o paro cardíaco
llegue a tiempo a un centro hospitalario, si Cuba no cuenta con un
servicio óptimo de ambulancias?

A pesar de que quienes pertenecen a la tercera edad tienen más
posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas, en la prensa nacional no
se divulgan las estadísticas de muertes.

Es muy común ver a un enfermo en la calle en busca de cualquier vehículo
que lo lleve al hospital, puesto que esperar una ambulancia resulta muy
difícil. Precisamente estos accidentes del corazón requieren de atención
inmediata.

El dolor del infarto, por ejemplo, es intenso y prolongado, como un
fuerte golpe en el pecho. Puede doler la espalda, los dientes y la
mandíbula. Pero a veces el dolor se traduce en dificultad para respirar,
mareo, náuseas, vómitos, desfallecimiento y sudoración.

¿Qué puede hacer un infartado en Cuba que no sea salir a la calle
adolorido y desesperado en busca de un chofer generoso que quiera
auxiliarlo porque la ambulancia no llega a tiempo?

Otra de las razones por las que no se puede pensar que existen
condiciones para una esperanza de vida más allá del promedio
establecido, 75 años, es precisamente la pésima alimentación que le
brinda el Estado a nuestros ancianos, la falta de motivación y de
higiene en nuestro medio ambiente. Estos factores son determinantes para
una buena salud.

Si agregamos el problema de las ambulancias al deteriorado sistema de
salud cubano, y al hecho de que al llegar a la medianía de edad el
corazón es el primer músculo que empieza a fallar, es ilusorio hacer
profecías acerca de prolongar la vida de nuestros ancianos más allá de
un siglo.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/apr06/11a7.htm

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