El Pan Polémico
2006-04-02
Raras veces en un noticiero televisivo cubano, aparece un reporte donde
se enfoca un tema crítico que afecte al cubano de a pie. Y cuando lo
transmiten, es porque ya escapa del comentario popular y llegó a las
altas esferas del gobierno.
El de esta vez, se enfocó hacia y sobre la calidad del pan normado a la
población en la ciudad de La Hababa. Pero pudiera extenderse también al
que se consume en el resto de la Isla.
El reportero se auxilió para que no quedara dudas y no se pensara que
era un invento, en las opiniones vertidas por diversos ciudadanos.
Ninguno ofreció la más mínima opinión satisfactoria. Todos fueron
unánimes: el pan que adquieren, aún el ofertado a un precio más elevado,
que debiera tener mayor calidad, es tan malo como el otro.
Ácido, de tonos verdoso, de una consistencia parecida al chicle, no
aguanta su calidad a las doce horas de ser comprado, constituyeron la
mayoría de los comentarios de los entrevistados. Y para colofón, para
ponerle la tapa al pomo, un famoso humorista del patio, en un monólogo
que se ha hecho muy popular, donde la ironía y la sátira están
presentes, lo calificó como “el antipan".
Sin embargo, para buscar los matices necesarios el reportero se dirigió
a la Empresa Cubana del Pan y entrevistó a su representante Mario
Arencibia por conocer sus puntos de vista de por qué el pan tenía esas
condiciones. Este le argumentó que su organismo proveía a todas las
panaderías de los elementos necesarios para que el citado alimento
saliera al mercado con la calidad requerida.
Pero lo que Arencibia no dijo y ocultó a sabiendas, es que la corrupción
que existe en los centros de elaboración, que la grasa para elaborar el
producto, los mismos trabajadores lo venden en el submundo del
contrabando y así obtener un poco de dinero que compense a los bajos
salarios que reciben.
Mientras, la población continúa con sus quejas. Lo mismo en las mismas
bodegas que en las asambleas cederistas de las cuadras. Y dicho por los
mismos afectados, a veces lo que hacen es cojer el pan para alimentar a
los animales avícolas o porcinos que tienen en sus patios. Otros ni se
toman el trabajo de hacer las colas cuando el susodicho llega a los
centros de expendios, y los que compran el más caro, rápidamente lo
tuestan para que no se les eche a perder.
Podemos añadir que ese pan de cualquier precio, mal confeccionado y con
sabores desconocidos pero muy lejos del que debiera tener, a veces es el
primordial sustituto del almuerzo o la comida en muchos hogares de la
Isla, para mitigar o engañar al estómago, cuando éste reclama que le
caiga algo en su interior.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=5084
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