SOCIEDAD
Nadie dice nada
José Antonio Fornaris, Cuba Verdad
LA HABANA, Cuba - Febrero (www.cubanet.org) - El desalojo hace dos
semanas de dieciséis funcionarios del gobierno de Cuba del hotel María
Isabel Sheraton, en la capital mexicana, trajo un poco de algazara. A la
noticia se le concedió alguna importancia en los medios. Durante varios
días, tanto dentro de la Isla como en el exterior, el tema consumió algo
de tinta y papel.
Siempre que los gobiernos de La Habana y Washington se rozan en algo hay
noticia, y se comenta en pro y en contra. Acá, en el terruño, algún que
otro periodista independiente calificó la expulsión de los miembros de
la delegación gubernamental cubana de decisión desafortunada por parte
del gobierno estadounidense.
Respeto la libertad de opinión, de pensamiento y de prensa, pero no deja
de llamar la atención ese impulso que a veces manifiestan algunos
colegas de enmendarle la plana al tío Sam en el viejo diferendo que
tiene con el régimen de La Habana.
Esa actitud a veces resulta interesante porque no ha habido forma de que
el gobierno de casa tome un rumbo sensato, y sin embargo, queremos que
el vecino ajuste sus decisiones a la mirada que se da desde esta orilla.
El gobierno cubano hace literalmente lo que le viene en gana, y entre
esa gana está mantener en prisión a más de 300 presos políticos, entre
ellos 26 periodistas independientes, y continuar con un total apartheid
político -y arriba de eso dice que en la ONU no existe democracia y que
hay que democratizarla-, y algún que otro de mis buenos colegas se queja
de que saquen de un hotel propiedad de estadounidenses a un grupo de
funcionarios del gobierno cubano.
En Cuba hay más de once millones de personas a las que no se les permite
alojarse en los hoteles de su país, y prácticamente eso pasa
inadvertido. Casi nadie dice nada.
En enero de 2005 visité varios hoteles en La Habana para comprobar in
situ lo que todo el mundo sabe en este país: que no se nos permite a los
cubanos residentes en la Isla alojarnos en los hoteles. Sólo logré, en
el hotel Victoria, en la barriada del Vedado, que me dejaran pasar al
restaurante si no había muchos huéspedes almorzando.
Yo no tenía dinero ni para hospedarme ni para almorzar, porque en esos
lugares todo se paga en divisa o en la llamada moneda libremente
convertible, pero quise comprobar por mí mismo esa humillante
discriminación.
El 28 de febrero del pasado año presenté en la Fiscalía General de la
República una exigencia legal para que ese acto lesivo a la dignidad
humana, la prohibición de hospedaje por ser nativo, terminara, y para
que los responsables de ese delito que viola la Constitución de 1976
fueran procesados judicialmente. ¿La Fiscalía? Bien, ¿y tú? Mutis total.
Creo que primeramente debemos tratar de resolver la situación en extremo
humillante de que no nos permitan hospedarnos en los hoteles de nuestro
país que, para colmo, se dice oficialmente que son propiedad de todos
los ciudadanos. Y luego mostrar desacuerdo por el desalojo, debido a
cuestiones políticas, de algún cubano, sea o no funcionario del
gobierno, de un hotel cualquiera en otra parte del mundo.
http://www.cubanet.org/CNews/y06/feb06/17a7.htm
No comments:
Post a Comment