¿Intelectuales?: ¡De Izquierda!
2006-02-19
17 de Febrero de 2006. -Hay una regla que tiene pocas excepciones (que
vienen a confirmarla): todo intelectual que se precie de tal condición,
¡es un intelectual de izquierdas! Lo anterior se hace más patente cuando
ese intelectual proviene del mundo de la literatura --o de las artes en
general-- aquellos profesionales que trabajan el mundo intangible de la
sensibilidad.
El mundo le debe mucho a sus intelectuales-artistas –de hecho son su
espíritu-- por eso vale la pena profundizar en las causas de esta
regla, tratando de analizarla a la luz de onocimientos despojados de
prejuicios sobre su posición ideológica y/o política.
Intelectuales de izquierda son personas comprometidos con los llamados
“movimientos sociales”, que a toda costa quieren cambiar el
accionamiento social actual, haciendo énfasis en las injusticias
patentes existente en el día a día de la sociedad contemporánea.
Intelectuales de otras áreas --fuera del área artística-- son sin
embargo menos proclives a las tendencias de izquierda. Si consideramos
que intelectual es todo profesional que trabaja el mundo de las ideas y
el conocimiento --aprendidos a través de estudios, autodidactas o no--
englobamos en esta categoría a médicos, abogados, ingenieros,
profesores, entre otros, además de evidentemente, al mundo de las artes.
No es necesario discutir que la intelectualidad --igual que la cultura--
no es patrimonio exclusivo de las artes. Por eso destacamos la
diferencia entre los llamados intelectuales que trabajan el mundo de las
artes y aquellos que trabajan el mundo tangible y material de las
realizaciones del día a día, apoyados casi siempre por la ciencia y/o la
tecnología.
Para los profesionales de las ingenierías por ejemplo, es común la
actividad de diseño, a través de la cual se crean nuevos artefactos y
sistemas técnicos de todo tipo, que han posibilitado al hombre construir
el mundo artificial y confortable de que disfrutamos hoy.
Hay sin embargo muchos campos del quehacer humano que no se someten
todavía a las leyes de la ciencia y la tecnología, bien porque su
naturaleza es de otro tipo, bien porque los conocimientos actuales
todavía no han podido penetrar sus secretos: Filosofía, religión, e
artes son campos así, por sólo mencionar algunas áreas fuera de la ciencia.
Sin embargo, la frecuencia con que la ciencia y la tecnología irrumpen
en el mundo real actual con sus nuevas realizaciones, ha creado un
procedimiento mediante el cual, dominando las leyes científicas
correspondientes, es posible diseñar y construir formidables puentes,
enormes edificios, veloces aviones, o enviar un hombre a la luna.
La filosofía, madre de todas las disciplinas asociadas el conocimiento,
vio con tristeza como el mundo científico se alejaba de sus métodos
diletantes basados en la lógica, mediante el establecimiento de un
método hasta hoy unánime, el método científico.
Otras importantes disciplinas no filosóficas --pero menos estructuradas
en sus conocimientos que la física, la química o la biología-- como son
la sociología, la política y la economía, pretenden establecerse como
disciplinas científicas a partir de estudios y principios que
continuamente se generan en estos complejos e importantes campos.
Sin embargo, es fundamental comprender que el carácter científico de una
disciplina no viene asociados a aspectos voluntariosos, como pretende el
marxismo hacer de la filosofía que lo sustenta, basado en la cual,
supuestamente, es posible “diseñar” una nueva sociedad, similarmente
como un ingeniero diseña un nuevo modelo de automóvil.
La filosofía marxista leninista es filosofía y como tal usa como método
la lógica y no el método científico, por lo tanto, no es posible
considerarla como ciencia, es filosofía. El hecho que las realizaciones
de la ciencia hayan sobrepasado con creces a las mejores realizaciones
de la filosofía en la actualidad, no significa que para ganar prestigio
haya que asociarse
necesariamente a la ciencia, como pretende la filosofía marxista leninista.
El marxismo leninismo parte de una interpretación de la sociedad que no
tiene nada que ver con las ciencias y como tal, es puro diletantismo.
Intentar diseñar una sociedad sin tener los conocimientos científicos
sobre la misma, es como tratar de diseñar un motor sin conocer
exactamente los sistemas mecánicos, energéticos, de materiales, etc.
Por eso la sociedad comunista fracasó. Sin conocer las leyes reales que
rigen el complejo mundo de la sociología y de la economía, y armados
solamente de buena voluntad para resolver los “problemas” que se
presentan en el mundo real, se “diseñó” una sociedad que simplemente no
funcionó en ninguno de los diversos países donde fue aplicada.
La sociedad humana está muy lejos de dominar a cabalidad –como domina la
física mecánica por ejemplo-- las ciencias sociales, como para lanzarse
a “diseñar sociedades”, tal y como nos anunciaron los ideólogos del
mundo comunista supuestamente científico.
Ese afán de “nuevos y más justos diseños de sociedades igualitarias”, es
el impulso que lleva a los intelectuales de izquierda, imitando el
trabajo del mundo de las disciplinas científicas o tecnológicas –pero
sin verdaderamente conocer a profundidad el trabajo en estos campos-- a
apoyar el proyecto de engendros sociales, que fracasan terminando en
actos de repudios y paredones de fusilamiento para sus supuestos
“beneficiarios”.
Nuestros artistas e intelectuales, igual que nuestros religiosos,
merecen el aprecio con que justamente cuentan universalmente. Sin
embargo, ningún literato, bailarín poeta o artista plástico, tiene el
derecho de utilizar el prestigio ganado en el mundo donde es reconocido,
para diseñar, cual ingenieros sociales, sociedades fallidas y
totalitarias, porque no hay
conocimiento científico suficiente sobre los procesos sociales implícitos.
Diseñar una nueva sociedad no es tarea de intelectuales. Es una tarea
portentosa y compleja, que solamente será enfrentada en largos procesos
evolutivos y con trabajos serios para el conocimiento científico de la
sociología, antropología y economía política.
La constatación de las injusticias sociales es claro que demanda de
fuerzas opuestas para solucionarlas, pero eso no quiere decir que su
simple existencia sea motor de sociedades improvisadas, supuestamente
justas, que resolviendo un problema específico, crean otros problemas de
más difícil solución, como ya sucedió con el marxismo.
Ninguna disciplina humana es infalible. Sin embargo, en el estadío de
desarrollo actual, sólo el conocimiento verdaderamente científico, no
diletante, puede servir de soporte para nuevos diseños en cualquier
campo, incluyendo sobre todo el de la sociedad humana.
Nota de los distribuidores: NetforCuba.org autoriza la reproduccion y
redistribucion de este correo, mientras nuestra fuente
(www.netforcuba.org) sea citada.
http://www.presslingua.com/web/article.asp?artID=4568
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