Wednesday, November 16, 2005

Salir de Cuba

SOCIEDAD
Salir de Cuba

Jorge Olivera Castillo

LA HABANA, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org) - La tolerancia no sabe convivir con el partido comunista, muere en el instante o se queda en el embrión tras un aborto establecido por decreto oficial.

Lo he comprobado este fin de semana con las azoteas erizadas de policías, prestos a retirarle una transfusión mínima de felicidad a cientos de telespectadores.

Con la sorpresa, muchas personas quedaron a merced del operativo. No les dio tiempo desconectarse de un mundo con sus imperfecciones, pero diferente. Habían logrado escabullirse de los dominios de la pesadilla y gravitar en las atmósferas de un sueño diario y renovado.

Bastó un cable coaxial para escalar el muro y saltar al otro lado, en una suerte de alpinismo que cuenta con miles de practicantes en una Habana estremecida por los miedos y los derrumbes, más allá de los sustos, hubo multas, confiscaciones y arrestos para los transgresores.

Esta vez fueron decenas de residentes en los municipios de Centro Habana y Habana Vieja que determinaron retirarle la confianza a los cuatro canales de la televisión nacional y ofrecer, sin mucho aspaviento, la categoría de huéspedes ilustres a las señales en español con sede en los Estados Unidos.

No sólo es el hecho de la conexión, sino además, que las fricciones entre las ansiedades y los bajos recursos de cientos de candidatos, han detonado una ola de robos que tienen como fin la obtención de al menos un tramo de cable telefónico. Un componente que proporciona un acceso de baja calidad a esas zonas donde la censura pierde protagonismo y las utopías toman una dimensionalidad tangible, bien lejos de la retórica y la propaganda.

Con interferencia llegaban a estos hogares las telenovelas de México, los folletines colombianos, el noticiario sin las cicatrices de la manipulación y los spots publicitarios fuera del alcance de las consignas. Conformidad absoluta, alegrías reflejadas en el iris de los que aprendieron a ver sin los lentes graduados en una sucursal de la mentira.

Ahora ha retornado la pesadumbre. Se nota en las expresiones de los afectados, que extrañan las últimas imágenes, atrapadas en las fronteras de una ilegalidad que se convirtió en una pasión irrefrenable.

Ellos habían encontrado la manera de salir de la Cuba real. Eligieron el interruptor y desecharon la balsa. Con 12 dólares en la mano les era posible disolver la hipótesis de un matrimonio arreglado para la escapatoria y hacer realidad un viaje relámpago a través del satélite.

La confusión salta a la vista y también la esperanza de poder reanudar el vuelo por la periferia de las fortificaciones. Es difícil renunciar a esos espacios, abiertos a la diversidad, a las ilusiones.

Por desgracia, parece ser que la orden es restaurar la disciplina con la inmediatez como requisito indispensable.

Las incursiones de la policía se multiplican por los vecindarios. En el fragor del barullo y las estampidas, surgen los ecos del aburrimiento, el himno de la melancolía. Son los sitios que proliferan en esta porción insular, la música que no cambia de partituras.

Al fin y al cabo, alternativas. Las únicas, en el vórtice de la intransigencia.

http://www.cubanet.org/CNews/y05/nov05/16a7.htm

No comments: