La ministra Trinidad Jiménez habla de «señales positivas» desde La Habana
ENRIQUE SERBETO / CORRESPONSAL EN BRUSELAS
Día 27/10/2010
La Comisión Europea todavía no sabe cómo van a empezar los contactos con
Cuba. Según fuentes diplomáticas comunitarias, «todo está pendiente de
lo que digan los cubanos» como respuesta a la oferta «exploratoria» que
les lanzó el Consejo de Ministros del lunes en Luxemburgo.
Dado que no fue un acuerdo formal y el mandato que recibió la Alta
Representante, Catherine Ashton, para tratar de establecer ese proceso
es también una encomienda pactada verbalmente, nadie sabe muy bien por
dónde empezarán las gestiones, aunque «se prevé que se circunscriban a
aspectos técnicos».
La portavoz de Ashton, Maja Kocijancic, ha asegurado que la ministra
Trinidad Jiménez les habría hablado de ciertas «señales positivas» desde
La Habana y que por ello «no tenemos por qué pensar que la respuesta
vaya a ser negativa». Sin embargo, cuando se le preguntó directamente,
la nueva responsable de la diplomacia española reconoció que eso no está
tan claro, puesto que por ahora «no tengo ninguna referencia de cuál
puede ser la reacción cubana».
El diario cubano oficial «Granma» de ayer no se hacía eco de la reunión
de los ministros europeos más que a través de la reproducción de una
nota del eurodiputado de Izquierda Unida Willy Meyer, en la que éste
lamenta que se mantenga la posición común. La nota fue enviada por Meyer
como reacción a la reunión de Luxemburgo, pero «Granma» la vincula con
declaraciones anteriores de partidos alemanes de izquierda también en el
mismo sentido.
La última vez que la UE y Cuba tuvieron uno de los encuentros de
«diálogo político» fue en junio en París, después de que la reunión
prevista en Madrid, en abril, fuera anulada para que no tuviera lugar en
el ambiente cargado que siguió a la muerte del opositor Orlando Zapata,
que estaba en huelga de hambre reclamando la liberación de los presos
políticos.
En aquella ocasión el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, le
dijo claramente a su colega español, Miguel Ángel Moratinos, que la
posición común «constituye un obstáculo insalvable para la normalización
de relaciones entre Cuba y la Unión Europea», puesto que el régimen
cubano la considera «obsoleta e injerencista». Por ello, en aquella
ocasión el responsable cubano afirmó que no había ofrecido a Moratinos
ninguna propuesta para mejorar ese «diálogo político», porque «eso es
asunto interno del bloque europeo».
En estos meses, Cuba ha excarcelado y enviado al exilio a 42 prisioneros
políticos, 39 de la lista del grupo «de los 75», cuya detención en 2003
tuvo como respuesta una serie de sanciones diplomáticas europeas, pero
también ha votado en la ONU en contra de los intereses de la UE, entre
otras cosas a la propuesta de aceptar a la organización paneuropea en la
Asamblea General. El Parlamento Europeo ha concedido el premio Sajarov a
la libertad de conciencia a Guillermo Fariñas, conocido opositor que
precisamente obligó a reaccionar al régimen cubano con su huelga de
hambre, solo interrumpida cuando empezaron las excarcelaciones.
Prácticamente todos los presos que han sido expulsados a España se han
pronunciado a favor de que se mantenga la posición común.
Incitar a la subversión
Sin embargo, aunque también es cierto que esa posición común europea
sigue en vigor, los sucesivos ataques que ha recibido por parte del
actual Gobierno español han mermado su contundencia, aunque está por ver
si La Habana opina lo mismo que Trinidad Jiménez cuando dijo que la
decisión de ayer suponía que «queda superada».
La posición común no excluye en ningún modo los contactos políticos con
el régimen, pero establece claramente que la acción europea respecto a
la isla debe estar enfocada a la promoción de las reformas democráticas.
Para la dictadura castrista, eso constituye una incitación a la
subversión del régimen."
http://www.abc.es/20101027/internacional/espera-respuesta-cuba-invitacion-20101027.html
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