Tuesday, July 22, 2008

Universalización de la mediocridad

Educación
Universalización de la mediocridad

Cifras y más cifras de graduados universitarios; pero, ¿con cuáles
métodos y a qué precio?

Luis David Pardo, Santiago de Cuba | 21/07/2008

Adelaida exhibe su flamante "título de oro" que la acredita como
licenciada en Derecho por la Universidad de Oriente. Nunca se imaginó
que desde Chivirico, un pueblecito a orillas de la Sierra Maestra,
podría alcanzar tal escaño. Mucho menos intenta responder cuáles son las
llamadas "cuestiones de competencia" de la Ley de Procedimiento Penal.
"¿Eso es de competencia deportiva, mi'jito? ¿Y yo qué tengo que ver con
el deporte?".

Más al norte, en el poblado granmense de Jiguaní, decenas de jóvenes ya
son licenciados en Estudios Socioculturales. Y en Media Luna deambulan
por sus calles más de sesenta licenciados en Cultura Física.

El municipio de Imías está situado a más de ochenta kilómetros de la
ciudad de Guantánamo, sin embargo, los matriculados en la llamada
"universalización de la enseñanza" vencen sus estudios universitarios
sin viajar hasta la sede del Instituto Superior Pedagógico. Ahora son
licenciados en Educación.

A punto de recibirse, en su trabajo de diploma, María S. tomó un consejo
de su tutor: "no se escribe feudo-república, sino pseudo-república". Se
trata de un "profundo análisis sobre la evolución de la enseñanza cubana
desde los tiempos de la Neocolonia hasta nuestros días", según reza el
dictamen técnico de la investigación.

Ejemplos más, ejemplos menos, lo cierto es que en cualquier rincón del
país existe un "aula universitaria"; los profesores pueden ser desde un
bodeguero que imparte Gramática, un médico que de pronto es especialista
en Derecho Romano, o un geógrafo que enseña Psicología Social.

La prensa oficial lo ha destacado en titulares: "Se acaban de graduar
76.000 nuevos profesionales en la Isla, lo que constituye una cifra sin
precedentes".

Seis años atrás llegó el programa, que primeramente se llamó
"municipalización" y luego adoptó el nombre más pretencioso de
"universalización de la enseñanza". Su precursor fue Fidel Castro. En
sus declaraciones de entonces, coincidía con sus predilectos ministros
Gómez y Vecino en que la universidad tenía que viajar hasta todos los
rincones de la Isla. En el trayecto no se previó la falta de espacio
para el talento.

Calidad venida a menos

"No tiene nada que ver la universidad de hoy en día con aquella en la
que estudiamos nosotros", explica Mario, un abogado que ahora funge como
instructor en el plan de la universalización de la enseñanza. "Tengo
alumnos que no saben nada, pero tenemos que promoverlos, todo en función
de los planes".

El fenómeno tocó a las puertas de los más reacios defensores de métodos
más tradicionales de enseñanza. Desde sus cátedras, en los diferentes
Institutos Pedagógicos, se unieron con fuertes críticas al Ministerio de
Educación Superior por promover fórmulas demasiado simplistas para la
preparación de los instructores "de nuevo tipo".

"Han escogido a cualquiera que tenga un título universitario, le dan un
cursito de dos o tres semanas y lo convierten en profesor", comentó a
CUBAENCUENTRO.com un docente del Instituto Superior Pedagógico Frank
País, de Santiago de Cuba.

"Han querido extender algo que de por sí tiene que ser selectivo, no
masivo", concluyó el entrevistado, quien pidió no fuera revelada su
identidad.

Por su parte, el Ministerio de Educación Superior (MES) respondió con
oídos sordos al reclamo de los docentes. "Como la idea surgió de Fidel
(Castro), había que ejecutarla de cualquier manera, pero ya estamos
pagando las consecuencias", declaró un antiguo profesor de la
Universidad de Oriente.

"Lo que más me preocupa no son los miles de nuevos economistas que no
saben cuánto es dos más dos, sino los médicos que se están graduando,
que no saben cómo tomarte la presión sanguínea". Así piensa Martha, una
vecina del municipio Julio Antonio Mella, en la frontera entre Santiago
y Holguín. "Imagínate que en el policlínico de aquí están estudiando
esos muchachos, y no tienen ni jeringuillas para practicar", concluyó.

La tarea de la discordia

Luego del cierre forzoso de decenas de centrales azucareros en el país,
también Fidel Castro tuvo otra de sus brillantes ideas, esta vez bajo el
nombre de "Tarea Álvaro Reinoso".

Resulta normal ver pasear por los senderos universitarios a miles de
antiguos operarios agrarios y fabriles, sin importar su edad ni las
aptitudes. El objetivo principal es encubrir la enorme crisis en que
cayó la producción de azúcar. Durante cinco cursos, a razón de media
jornada semanal, los nuevos universitarios se gradúan en las más
variadas carreras universitarias, que van desde licenciatura en Economía
hasta Ingeniería Industrial.

Un profesor de matemáticas subraya con énfasis: "Cuando comencé fue
traumático, expliqué una fórmula en la pizarra y nadie entendió nada.
Pensé que no estaba utilizando los métodos correctos, pero un alumno me
explicó que ellos eran soldadores y paileros, no científicos".

Aunque provoque risa a los mismísimos especialistas de la UNESCO, este
caso no es aislado. "Lo más triste es que cuando yo estudié teníamos que
quemarnos las pestañas para aprobar, ahora no puedes dejar a ningún
alumno en el camino. Al final, reciben un título igualito al que nos
dieron a los que realmente estudiamos hace veinte años", concluye el
docente.

Universalización, microuniversidades, universidad para todos, tareas,
universidad del adulto mayor, planes, municipalización, reorientación
profesional… La enseñanza universitaria cubana ha caído en el mismo saco
roto de los cálculos ficticios y demagógicos con los que se valoran aquí
el Producto Interno Bruto, el índice de desempleo, y otros tantos otros
parámetros, que al final parecen ser un chiste más del complejo y tonto
empeño por esconder una mentira que flamea a cielo abierto.

http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/universalizacion-de-la-mediocridad-98305

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