2007-09-21.
Hugo Araña, Bibliotecario y Periodista Independiente, Corresponsal en la
isla de Misceláneas de Cuba
La Unión de Escritores y Artistas de Cuba, más conocida por la UNEAC,
prepara su próximo Congreso. Para ello efectúa reuniones en diferentes
provincias del país, con el propósito de recabar sugerencias,
proposiciones y temas para debatir cuando llegue el mencionado evento,
que como es lógico se celebrará en el Palacio de las Convenciones habanero.
Y por lo visto en los reportajes aparecidos en la televisión, han
enviado a esos lugares a escritores y artistas de la presidencia, con el
fin de presidir esas reuniones, solo que no hemos visto a ningún joven
en esas delegaciones. Y cuando apuntamos jóvenes, entendemos a los que
se acercan a los treinta y pico. Un asunto, a tener en cuenta.
Pero lo que verdaderamente nos llama la atención y nos sorprende, es que
en cuanta reunión realizada, aparezcan en la presidencia los Secretarios
Provinciales del Partido Comunista, como si a ellos pudiéramos
conceptuarlos como artistas.
Pues si este es un congreso del sector artístico, por muy
revolucionarios que fuesen, (lo que dudamos a pesar de lo contrario que
nos quieren inculcar) sus problemas son sus problemas, y de nadie más.
Entonces, ¿por qué tienen que estar presentes estos secretarios? Al no
ser que ahora, también tendremos que anteponerles el calificativo de
Comisarios Políticos y vigilantes de cualquier posible desviación
ideológica.
A la UNEAC siempre la han presentado como una organización hasta cierto
punto fuera de los cánones del Gobierno, a pesar de su total adhesión al
régimen. Entonces, ¿qué nuevo podrán decir o exponer estos supuestos
invitados? ¿O es que a estos secretarios del Partido Comunista les han
llegado a sus oídos la serie de inconformidades por las que atraviesa la
UNEAC en estos momentos, al saberse de las muchas contradicciones
mantenidas por sus integrantes?
La lucha establecida entre los jóvenes y no jóvenes pertenecientes a la
UNEAC, los cuales mantienen y tienen otros puntos de vistas contra la
vieja guardia, y por ende contra los cánones provenientes de los años
sesentas, ha motivado y motiva una escisión disimulada ante el
conocimiento general de la población y así mostrarla como un ente
homogéneo tanto políticamente como artísticamente.
Y no es así. Recordemos el último incidente conocido y más sonado que ni
siquiera lo sacaron en la prensa plana, contra el escritor José Antonio
Ponte, al ser separado (deberíamos decir expulsado), al considerarlo
como un contrarrevolucionario. Solo porque años atrás, cuando entre los
de la causa de los 75, al poeta Raúl Rivero lo condenaron por supuestos
delitos contra la seguridad nacional, Ponte en una reunión de esta
institución, fue el único que se alzó para protestar por semejante
hecho, mientras las diversas presidencias de la UNEAC que hoy se han
regado por toda la Isla con vistas al Congreso, hicieron como el
avestruz cuando ese bípedo siente cerca el peligro.
Al parecer, y por lo que vamos conociendo, es muy posible que este
próximo Congreso sea igual que los otros. Sin ninguna variación, en que
la supuesta homogeneidad política, su total e irreversible adhesión al
régimen, y los aplausos que las cámaras de televisión se regodearán en
recalcar; pasando sin penas ni glorias en el panorama cultural cubano,
en el que por supuesto, para crear una homogeneidad engañosa, los
Comisarios Políticos o Secretarios del Partido Comunista, se aplaudirán
unos a otros entre sí, se abrazarán como nunca, efusivamente, en una
menage a la deux socialiste.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11721
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