2007 Agence France-Presse
En un discurso de una hora pronunciado en Camagüey y publicado
íntegramente el 27 de julio en la prensa escrita y la radio, Raúl
calificó de "sueños trasnochados" los pronósticos de una transición en Cuba.
Exactamente 14 años después de que su hermano Fidel, ahora convaleciente
de una crisis de salud, anunciara el 26 de julio de 1993 un "paquetazo"
económico para enfrentar la crisis, Raúl apela ahora al racionalismo y
la prudencia como punto de partida en la búsqueda de soluciones económicas.
Fidel, en el poder desde 1959, ha criticado las consecuencias de esas
medidas y las desigualdades que crearon, al punto que, sin ser
revocadas, la mayoría han sido limitadas y reducidas.
Se trata de preservar el legado político fidelista de medio siglo, del
cual Raúl es el más celoso guardián, pero a la vez buscar cambios
económicos que saquen al país de la crisis.
"Lo único que jamás cuestionará un revolucionario cubano es nuestra
decisión irrenunciable de construir el socialismo", manifestó Raúl,
fijando el límite del cambio.
Citó palabras de Fidel que él considera "la quintaesencia del trabajo
político ideológico" cuando el líder enfermo conceptuó que Revolución es
"cambiar todo lo que debe ser cambiado".
"Estamos en el deber de cuestionarnos cuanta cosa hacemos en busca de
realizarla cada vez mejor, de transformar concepciones y métodos que
fueron los apropiados en su momento, pero han sido ya superados por la
propia vida", dijo Raúl.
El general de cuatro estrellas, de 76 años, trazó la estrategia para el
futuro, pero sin revelar el ritmo ni la profundidad de esas acciones.
Reconoció que "el salario aún es claramente insuficiente", pero señaló
que "el Partido (Comunista) y el Gobierno vienen estudiando con
profundidad estos y otros complejos y difíciles problemas, que requieren
de un enfoque integral y a la vez diferenciado en cada lugar concreto".
El estudio de esos problemas "se hace con premura pero sin desesperos ni
muchas declaraciones públicas para no crear falsas expectativas. Alertó
una vez más que todo no puede resolverse de inmediato", dijo.
En cuanto al problema de la producción de alimentos, agravado por el
alza de los precios internacionales de los cereales, granos, y carnes,
Raúl dijo que el país estaba "ante el imperativo de hacer producir más
la tierra".
"Para lograr este objetivo habrá que introducir los cambios
estructurales y de conceptos que resulten necesarios. Ya se trabaja en
esa dirección y comienzan a apreciarse algunos modestos resultados",
dijo sin explicar el rumbo de las modificaciones.
En los últimos años Cuba priorizó la inversión extranjera estatal o de
grandes compañías como la Sherrit de Canadá, que tiene fuertes intereses
en petróleo, electricidad, níquel y otros minerales.
De más de 400 empresas mixtas en 2002, bajó a 280 al cierre de 2005,
cifra que ha seguido mermando, aunque en 2006 se registró un aumento del
capital invertido, según fuentes oficiales.
Raúl informó que se estudia el incremento de la inversión extranjera,
pero "sin repetir los errores del pasado por ingenuidades e ignorancia
en esta actividad y a partir de las experiencias positivas, trabajando
con empresarios serios y sobre bases jurídicas bien definidas que
preserven el papel del Estado y el predominio de la propiedad socialista".
"Insisto en que no habrá soluciones espectaculares", dijo Raúl
conminando a los cubanos al trabajo y al ahorro. "Se necesita tiempo y
sobre todo trabajar con seriedad y sistematicidad, consolidando cada
resultado que se alcance, por pequeño que sea", añadió.
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