No, no nos referimos al mero cambio de un dictador por otro, por más que
de eso se trate. Apuntamos más bien al nuevo giro que vislumbramos en el
discurso del encargado "provisional" del gobierno en Cuba, el Jefe de
las Fuerzas Armadas, Comandante Raúl Castro. Su contenido fue en extremo
crítico de la situación económica de su país como nunca antes habíamos
escuchado en casi medio siglo de régimen autocrático presidido por su
hermano Fidel. Los salarios no alcanzan para satisfacer las necesidades
mínimas, la corrupción campea, la pereza cunde por todo el sector
laboral, la producción agrícola es ínfima con respecto a lo que se le
invierte, el suministro de alimentos es calamitoso y la ineficiencia es
característica del sistema.
Hasta allí la autocrítica, pero en ella no se agota el discurso de Raúl
Castro. A diferencia de su hermano, aventura soluciones, previo
diagnóstico de las causas del problema. El nuevo líder a cargo asegura
que, en parte, todo se debe a que no hay suficientes estímulos
pecuniarios para la iniciativa privada, incipiente y controlada, en la
isla. Afirma que debe permitirse a los productores y proveedores de
alimentos y artículos de consumo, percibir más ganancias para que el
sistema mejore. Asegura que es necesario cambiar, porque lo que ayer fue
bueno, hoy puede no serlo.
Autocrítica, estímulo a la iniciativa privada, gestos de normalización
de relaciones con Estados Unidos, todo hace pensar que hay señales de
cambio en Cuba bajo la jefatura de Raúl Castro. ¿Camino chino a la
vista? Puede que sí; pero en gran parte, eso depende de la actitud que
asuma el gran vecino del Norte frente a la evolución de la situación en
la isla.
Todo parece indicar que lo prioritario para Estados Unidos es que le
controlen la inmigración ilegal, más que el tipo de régimen que mande en
Cuba. El que haya o no democracia es secundario y no garantiza lo de la
inmigración. Al fin y al cabo, el muro que erige en su frontera sur es
para detener a ilegales que por oleadas proceden de democracias
formales. Siendo así, Raúl Castro puede sentirse momentáneamente
tranquilo, mientras controle a los balseros. Pero la situación puede
tornársele insostenible internamente a mediano y largo plazo si Cuba no
cuenta con las condiciones mínimas para atender las necesidades más
elementales de su población.
La migración africana hacia Europa es una muestra de lo que puede
acontecer en circunstancias similares. O los cubanos generan en su isla
su sustento, o irán a buscarla a otro parte. ¿Qué tienen que perder?
http://www.pa-digital.com.pa/archive/08022007/opinion01.shtml
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