Fernando Ravsberg
BBC Mundo, La Habana
Nada parece haber cambiado en Cuba desde que hace un año el presidente
Fidel Castro cediera los cargos a su hermano, el general Raúl Castro,
ministro de Defensa y su mano derecha.
Incluso los medios de prensa nacionales siguen presentando al más joven
de los Castro como vicepresidente del gobierno y segundo secretario del
Partido Comunista, a pesar de que oficialmente es presidente y primer
secretario.
La presencia de Fidel Castro, aún tras bambalinas, tiene un peso tan
grande que parece difícil que algo se pueda mover en el país sin su
beneplácito y muchísimo menos contra su voluntad.
A pesar de la atención que despierta en muchos medios de prensa, resulta
totalmente irrelevante que Fidel Castro aparezca o no en público, lo
verdaderamente importante es que sigue estando presente en la toma de
decisiones.
Desde las gradas emite criterios, da orientaciones y define las grandes
estrategias que se juegan sobre el terreno, varios funcionarios de
gobierno fueron víctimas de sus críticas publicadas en todos los periódicos.
La mano de Raúl
Así, muchos tienen en Cuba la percepción de que nada ha cambiado y tal
vez ese sea el principal éxito del primer año de gobierno de Raúl
Castro, haber logrado mantener a la población en calma y a la cúpula
gobernante unida.
Contra todos los pronósticos, un año después de que Fidel Castro cediera
el mando, el país sigue funcionando. No se produjeron los anunciados
levantamientos sociales ni las pugnas por el poder.
Pero mantener la paz no ha sido lo único hecho por el ministro de
Defensa. Durante este año ha ido removiendo de sus cargos a diferentes
dirigentes y ubicando personas de su confianza. Un proceso que se había
iniciado mucho antes.
Es verdad que la máxima cúpula de gobierno es casi intocable porque
todos fueron nombrados por el Comandante el 31 de julio de 2006 pero en
el resto la estructura de poder hay cada día más hombres allegados a Raúl.
Por otra parte, el ministro de las fuerzas armadas está intentando poner
un poco de orden en una economía carcomida por la corrupción de muchos
de los empresarios y la indisciplina laboral del grueso de la población.
Las campañas anticorrupción se han intensificado y las leyes se aplican
con más dureza mientras un nuevo código laboral entró en vigor para
ganar más eficiencia en las empresas estatales.
La sombra de Fidel
Fidel Castro fue siempre un hombre de mucha suerte -lo prueban los
cientos de atentados fallidos de la CIA- y ahora, al final de su vida,
lo reafirma esta transición, sucesión, continuidad o como quiera llamársele
Como proyecto a mediano plazo se inició una investigación sobre la
propiedad en Cuba, constituyendo una comisión nacional
multidisciplinaria de investigadores para analizar el tema y presentar
propuestas.
Es la primera vez que se pone en tela de juicio el sistema económico
cubano, fundamentalmente estatal, abriendo el espacio para formas de
propiedad que puedan generar una mayor productividad.
Es posible que esto sea el preludio de cambios económicos pero lo que sí
parece quedar claro es que, si se realizan, se harán lentamente,
midiendo a cada paso y sin provocar conmoción social.
Fidel Castro fue siempre un hombre de mucha suerte -lo prueban los
cientos de atentados fallidos de la CIA- y ahora, al final de su vida,
lo reafirma esta transición, sucesión, continuidad o como quiera llamársele.
Lo cierto es que gracias a la enfermedad, su salida del gobierno se
produjo en el mejor de los escenarios, el que le permite controlar desde
bastidores el funcionamiento de un gobierno estructurado según su propio
criterio.
Nota de BBCMundo.com:
http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/hi/spanish/specials/2007/fidel/newsid_6914000/6914158.stm
Publicada: 2007/07/26 12:09:15 GMT
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