Le exigen a sacerdote acogerse a plan de “reeducación”
Por Katia Sonia Martín Véliz
Bitácora Cubana, 22 de mayo de 2006 - La Habana
– El jueves 11 de mayo se personó ante el Reverendo Ricardo Santiago
Medina Salabarría el jefe del Departamento Técnico de Investigaciones
(DTI) de la prisión Taco-Taco del municipio de San Cristóbal, provincia
de Pinar del Río, quien dijo llamarse Mario, para exigirle que se
acogiera al plan de “reeducación”.
Ricardo se negó rotundamente, alegando que: ha estado preso por 10 meses
de forma injusta e ilegal; mantendría a toda costa su negativa a ponerse
de pie ante cualquier oficial en los tres recuentos que le hacen a la
población penal en el día; no va a corear lemas alegóricos al proceso
castrista, del cual él disiente; no comería ningún alimento del penal.
Intervino un capitán que se conoce por Wilbert, alegando ser muy
instruido en materia de religión, quien manifestó que esa postura dejaba
mucho que desear de la Iglesia que el Padre Ricardo Santiago
representaba, ''máxime cuando lo hacía a nivel nacional", palabras
textuales, y que eso era una falta de ética.
Medina Salabarría le manifestó que la falta de ética la tenía el
gobierno cubano y la seguridad del estado en contra de su familia y su
persona, pues por ordenes de ellos su familia era objeto de actos de
repudio todos los domingos, de constantes provocaciones, sin importarles
la estabilidad psíquica de 2 niñas de tres años de edad.
Medina aseguró al capitán que él padecía de un quiste en las cuerdas
vocales que lo mantenía afónico desde el 15 de marzo y que hasta el
momento no había recibido asistencia médica especializada, que al
reclamo de su familia a esta necesidad, y derecho que le asistía, a las
máximas autoridades, tanto gubernamentales como al órgano represor de la
seguridad del estado, habían conseguido trasladarlo a un lugar mucho más
intrincado. Asimismo le aclaró que le urgía el tratamiento médico para
la diabetes, pues tenía bastante irregularidad con los valores de
glucosa en sangre.
El capitán Wilbert le dijo que debía ser ahorcado y salió bruscamente
del lugar cuando el sacerdote aceptó que Luis Posada Carriles debía ser
extraditado a Venezuela y juzgado por un tribunal internacional, siempre
y cuando a su lado estuviera el “presidente” cubano Fidel Castro, a
quien le pesaban algunos muertos sobre sus espaldas.
El referido oficial Mario amenazó a Medina Salabarría con que su jaba
sería pesada y calculada en 25 libras para obligarlo a consumir los
alimentos del penal y el religioso le dijo que sería capaz de caer en
hipoglicemia pero no comería el salcocho que ellos le dan a los presos.
Información recibida del P. Ricardo Santiago Medina Salabarría, Vicario
General del Catolicado Ortodoxo Romano Bizantino de Cuba y Pdte. de la
Comisión de Asuntos Religiosos de la APSC, desde la prisión Taco-Taco,
el 12 de mayo de 2006.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=2097
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