Tuesday, May 30, 2006

El telefono ausente

SOCIEDAD
El teléfono ausente
Juan González Febles

LA HABANA, Cuba - Mayo (www.cubanet.org) - Mi vecino era oficial de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias. Se partió el lomo trabajando para su
revolución. En la actualidad integra los "factores" de la comunidad,
participa activamente en las tareas de delación y otras impuestas por la
Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y el Núcleo de
retirados del Partido de Fidel Castro.

Mi vecino el "factor" no tiene teléfono. Tanto para delatar como para
cualquier otra cosa, debe esperar su turno en el único teléfono público
del barrio. No le ponen teléfono, supe que le dijeron que usara el
teléfono de los "revolucionarios". El protestó, chivatear es un acto
solitario. Lo es tanto como masturbarse, y mi vecino lo último que haría
sería masturbarse en público.

Su esposa lo recrimina constantemente. Para ella, pasó la vida "comiendo
mierda y mira cómo estamos". El hijo de ambos desertó en la primera
embajada cultural que le llevó a España. Al cabo de más de diez años
regresó convertido en ciudadano español. No lo hizo antes por temor a
que no le dejaran regresar a Madrid. Cuando volvió, lo hizo atado a su
temor y a su aprensión.

Para apuntalar el mandato de su ídolo, mi vecino debe sacrificarse y
asumir el costo impuesto por el poder absoluto del Comandante.

El Comandante nos cuesta, por ejemplo:

- Libreta de racionamiento por más de cuatro largas décadas
- Un humillante permiso para entrar y salir libremente de nuestro país.
- Una escolta personal de más de 7000 hombres, que van desde médicos y
peluqueros, hasta el pistolero que le acompaña en sus desplazamientos en
cómodos y climatizados Mercedes Benz.
- Una deuda de $6500 dólares norteamericanos por cubano en edad laboral.
- No disponer de acceso a Internet.
- No disponer de acceso a reproductores de video o DVD.
- No disponer de acceso a cable coaxial.
- No disponer de acceso a aire acondicionado.

Además de lo anterior y por otras razones, para el cubano de a pie no
existe acceso a:

- binoculares
- telescopios
- teléfonos inalámbricos de más de 60 m de alcance
- armas de fuego
- municiones o balas de cualquier tipo
- pólvora
- venenos de ningún tipo
- radios de onda corta
- antenas parabólicas
- booster para antenas parabólicas
- motos acuáticas
- alas delta
- botes

Cada vez que mi pobre y cómplice vecina mira la mesita desierta donde
sueña colocar su teléfono ausente, y piensa en el nieto español que aún
no conoce, recrimina con mayor acritud al "factor". En gesto de desafío,
le sube el volumen al pequeño radiecito de pilas, regalo de Rogelio, su
vecino de los "derechos humanos", que se fue. Ella oye Radio Exterior de
España. Radio Martí no. Cuando esto pasa, hace un mohín de disgusto y
seco como un disparo, le dice: ¡Comemierda!

http://www.cubanet.org/CNews/y06/may06/30a5.htm

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