Caracas, lunes 24 de octubre, 2005
Internacional
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Wilma se despidió de Cuba inundando el Malecón de La Habana
La Habana.- El devastador huracán Wilma dijo adiós a los cubanos, pero los dejó inundando el emblemático Malecón de La Habana, un sitio reservado por los habitantes de la ciudad para el descanso nocturno, el amor y también su ''muro de las lamentaciones'' ante situaciones críticas.
''Nunca vi nada similar, eran olas gigantes de hasta cinco y seis metros, y el mar estaba muy bravo, es realmente impactante. Cuando el mar se pone así, uno siente miedo'', dijo a la AFP Eloy Font, un economista de 52 años, cuya casa está ubicada a unos 200 metros del Malecón.
En el primer piso del edificio donde vive Font el nivel del agua alcanzó un metro de altura.
La descripción de Font podría parecer exagerada, pero fue confirmada por el Instituto de Meteorología de Cuba (IMC), que también pronosticó que esas condiciones seguirán hasta la madrugada del martes, reseñó AFP.
Las penetraciones del mar que se reportan en distintas zonas costeras de La Habana ''superan los límites de reportes anteriores'', como los de 1977 y 1985, e incluso los de mayo de 1993, cuando La Habana fue azotada por la llamada ''tormenta del siglo'', señaló el IMC.
El fenómeno atmosférico produjo entonces las mayores penetraciones del mar que recuerden los habaneros, pero las de ahora son mayores.
Desde el muro de contención del Malecón hasta unos 300 m hacia la ciudad, se pueden observar plazas, edificios, viviendas, supermercados y entidades estatales anegadas, automóviles sumergidos en agua salada y artículos de todo tipo flotando en calles inundadas.
Wilma, que también provocó daños en Pinar del Río (extremo oeste), privará a los habaneros de disfrutar -como hacen habitualmente- de la fresca brisa nocturna del lugar, que le disputa al Morro de La Habana el símbolo de la ciudad.
Miles de habaneros acuden cada día al Malecón -mañana, tarde o noche- a enamorar a sus parejas, escuchar música, leer o simplemente charlar con sus amigos.
También lo hacen cuando, aquejados por alguna razón, necesitan consuelo o ''ahogar sus penas''. De ahí el nombre de muro de lamentaciones que algunos le otorgan al lugar.
El Malecón se extiende 7 km a lo largo de la costa norte de La Habana, y la idea de su construcción data de 1819, cuando se puso en marcha el proyecto ''Ensanche de Extramuros'', o sea de extensión de la ciudad.
Su construcción fue confiada al más afamado ingeniero de la época, Francisco de Albear, pero se dilató una y otra vez por la falta de financiamiento. Finalmente, el emblemático Malecón de La Habana se terminó en 1958.
http://deportes.eluniversal.com/2005/10/24/int_ava_24A622803.shtml
La Habana.- El devastador huracán Wilma dijo adiós a los cubanos, pero los dejó inundando el emblemático Malecón de La Habana, un sitio reservado por los habitantes de la ciudad para el descanso nocturno, el amor y también su ''muro de las lamentaciones'' ante situaciones críticas.
''Nunca vi nada similar, eran olas gigantes de hasta cinco y seis metros, y el mar estaba muy bravo, es realmente impactante. Cuando el mar se pone así, uno siente miedo'', dijo a la AFP Eloy Font, un economista de 52 años, cuya casa está ubicada a unos 200 metros del Malecón.
En el primer piso del edificio donde vive Font el nivel del agua alcanzó un metro de altura.
La descripción de Font podría parecer exagerada, pero fue confirmada por el Instituto de Meteorología de Cuba (IMC), que también pronosticó que esas condiciones seguirán hasta la madrugada del martes, reseñó AFP.
Las penetraciones del mar que se reportan en distintas zonas costeras de La Habana ''superan los límites de reportes anteriores'', como los de 1977 y 1985, e incluso los de mayo de 1993, cuando La Habana fue azotada por la llamada ''tormenta del siglo'', señaló el IMC.
El fenómeno atmosférico produjo entonces las mayores penetraciones del mar que recuerden los habaneros, pero las de ahora son mayores.
Desde el muro de contención del Malecón hasta unos 300 m hacia la ciudad, se pueden observar plazas, edificios, viviendas, supermercados y entidades estatales anegadas, automóviles sumergidos en agua salada y artículos de todo tipo flotando en calles inundadas.
Wilma, que también provocó daños en Pinar del Río (extremo oeste), privará a los habaneros de disfrutar -como hacen habitualmente- de la fresca brisa nocturna del lugar, que le disputa al Morro de La Habana el símbolo de la ciudad.
Miles de habaneros acuden cada día al Malecón -mañana, tarde o noche- a enamorar a sus parejas, escuchar música, leer o simplemente charlar con sus amigos.
También lo hacen cuando, aquejados por alguna razón, necesitan consuelo o ''ahogar sus penas''. De ahí el nombre de muro de lamentaciones que algunos le otorgan al lugar.
El Malecón se extiende 7 km a lo largo de la costa norte de La Habana, y la idea de su construcción data de 1819, cuando se puso en marcha el proyecto ''Ensanche de Extramuros'', o sea de extensión de la ciudad.
Su construcción fue confiada al más afamado ingeniero de la época, Francisco de Albear, pero se dilató una y otra vez por la falta de financiamiento. Finalmente, el emblemático Malecón de La Habana se terminó en 1958.
http://deportes.eluniversal.com/2005/10/24/int_ava_24A622803.shtml
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