"Lo siento, el dueño busca una persona blanca y joven"
En la Cuba actual, ser negro y pasar los 50 años de edad es casi un veto
para trabajar en los negocios particulares
Viernes, junio 23, 2017 | Jorge Olivera Castillo
En la Cuba actual, ser negro y sobrepasar los 50 años de edad se
convierte en un veto a la hora de optar por una plaza en los negocios
particulares (Reuters)
HARVARD, Estados Unidos.- A la par de los cambios económicos que el
cacicazgo insular supervisa con lupa para evitar que se desnaturalicen
las esencias socialistas del modelo, cobran fuerza fenómenos que
enrarecen las perspectivas de un futuro donde puedan confluir la
democracia, con todos sus atributos, y la economía de mercado.
Me refiero al racismo que reverdece como flores en primavera, en los
predios de esa apertura a medias que reconoce el trabajo por cuenta
propia como un desempeño legal.
Ser negro y sobrepasar los 50 años de edad se convierte en un permanente
veto a la hora de optar por una plaza en muchos de los negocios
particulares que han florecido desde que el Partido determinó otorgar
esas concesiones por razones de supervivencia.
Para recibir el beneplácito de estos empleadores, basta tener la piel
bien clara, preferiblemente el pelo lacio y la nariz aguileña. Buscan el
prototipo de hombre o mujer caucásico y por supuesto que no tenga trazos
de vejez en el rostro, dígase canas o arrugas.
Esto no significa que todos los cubanos con ancestros africanos estén
descalificados para una posible aceptación. Mientras su piel no sea
intensamente achocolatada pueden tener alguna esperanza.
En este juego de azares, las féminas poseen una holgada ventaja. Una
mulata de tez clara puede que sea contratada, en cambio una negra
prieta, con buena suerte, recibe una sonrisa y la sentencia de, "lo
siento no hay plazas".
Hace unos días un vecino que frisa los 58 años, tuvo la amarga
experiencia de recibir la triste noticia de no poder aspirar a ganarse
el pan como cuidador de peces ornamentales para la venta, por ser negro
y viejo.
Su madre, una anciana de 87 años, se enteró de la plaza vacante con un
joven del barrio. Ella se contentó con la noticia, para acto seguido
quedar desconcertada con la advertencia de: "lo siento, el dueño está
buscando una persona que sea blanca y joven".
Lamentablemente tales episodios se pierden en un mar de indiferencia.
Por otro lado, el poco interés de las instituciones estatales por
enmendar estas anomalías deja abierto el camino a mayores fracturas
sociales y culturales, lo que sin dudas llena de incertidumbre la
estructuración de los necesarios consensos para el establecimiento de un
Estado de Derecho, cuando las circunstancias lo permitan.
Algunos insisten en que el problema no es tan grave, otros lo señalan
como un tremendismo sin fundamentos creíbles. Lo cierto es que tras esas
cortinas de humo, crecen los resentimientos de un sector poblacional,
cuyos parámetros de sobrevivencia alcanzan comparativamente niveles de
escándalo.
La miseria y la falta de oportunidades en la obtención de un trabajo
mejor remunerado ha sido un estigma que ha afectado a blancos y negros a
lo largo del proceso político comandado por los hoy envejecidos líderes
del partido único.
Pero, justo es reconocer los perjuicios, solapados o abiertos, contra
los "morenos". Decir que en Cuba existe un remedo del apartheid es una
exageración.
Es imposible que el asunto llegue a esos extremos, pero ojo, si no se
busca la manera de atajar esas posturas racistas, la república que
queremos edificar sobre las ruinas del socialismo, será un desastre.
Source: "Lo siento, el dueño busca una persona blanca y joven"
CubanetCubanet -
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