Cuba: señales de algo que viene
ARIEL HIDALGO
En un artículo anterior –ni recuerdo cuándo–, afirmaba que la dirigencia
acudía, cada catorce o quince años, al éxodo masivo como válvula de
escape de las tensiones y eludía así una protesta masiva. Como la
frustración popular continúa manifestándose de forma individual en los
intentos de abandonar el país por cualquier vía –mucho más factible que
cambiar las cosas adentro–, se les complace abriéndoles las puertas para
provocar estampidas multitudinarias como lo fueron Camarioca, Mariel y
Guantánamo. Pero del éxodo de Guantánamo hasta el presente han pasado 22
años. ¿Significa que ha desistido de este recurso? Según datos del
departamento de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en
los primeros cinco meses del presente año han arribado 27,644 cubanos y
se espera que a este ritmo la cifra supere los 66 mil a fin de año, una
dosificación del éxodo que evita un conflicto con su vecino del norte.
Pero no pasa inadvertido para nadie que los cubanos de estas nuevas
oleadas migratorias de los últimos tiempos, saliendo para Suramérica y
cruzando fronteras hacia los Estados Unidos, cuentan con celulares y
hasta se comunican por internet con sus familiares en Miami. Esa
dirigencia ha intentado frenar, o al menos retardar la generalización
entre la población, de la nueva tecnología de las telecomunicaciones
porque todo se vuelve transparente y nadie puede ya monopolizar la
información que fluye velozmente por todas partes, ni el contacto entre
los ciudadanos estén donde estén. Por otra parte, cualquiera con una
simple computadora es capaz de montar su propia microempresa, una
tecnología en franca contradicción con las estructuras piramidales
centralizadas. Nunca como ahora se cumple tan claro aquello de que el
desarrollo de las fuerzas productivas (la tecnología), al desarrollarse,
entra en contradicción con las relaciones de producción, en este caso la
propiedad estatal, lo cual, según el propio Marx, generaba siempre un
clima revolucionario. Los blogs personales para difundir todo tipo de
opiniones, se han ido multiplicando por todo el país. Hoy, con el modelo
de centralismo monopolista de Estado, ya completamente agotado, lo que
realmente hace esa dirigencia es aplazar algo que por el proceso natural
de las cosas tendrá que producirse.
La subdirectora del diario oficial Granma advirtió en una reunión a
puerta cerrada de la Unión de Periodistas de Cuba que se estaba formando
una tormenta perfecta y advirtió sobre posibles protestas públicas
debido al regreso de los apagones. "Señores, este país no aguanta otro
93, otro 94". Por transcribir estas palabras en su blog, un popular
periodista de Holguín fue expulsado de los medios oficiales, tras lo
cual, periodistas de varias regiones del país salieron en su defensa.
Recientemente, un grupo de periodistas oficiales de Santa Clara
subscribió una carta conjunta solicitando el derecho a publicar en los
blogs privados. Por todo lo anterior, las medidas represivas no se
hicieron esperar y varios periodistas oficiales fueron expulsados de sus
empleos. Como puede notarse, los pocos logros alcanzados en este campo
no se han debido tanto a concesiones del Estado-Partido como a las
conquistas de una sociedad civil emergente mediante la práctica
constante de un derecho. Pueden expulsar a diez o veinte periodistas,
¿pero qué harán cuando los discrepantes frontales en el gremio sean cien
o doscientos?
El propio presidente Raúl Castro había advertido en abril en vísperas
del Congreso: "No podemos quedarnos con los brazos cruzados ante la
irritación de la población". Pero los acuerdos tomados respondieron a un
intento de su máxima dirigencia de apaciguar a su segmento más
intransigente, y concluyó sin dar soluciones a las más acuciantes
necesidades.
Si no se toman las medidas indispensables, puede generarse la
ingobernabilidad, y protestas y disturbios harían que el sector que
hasta ahora ha sostenido a esa dirigencia sea más receptivo a las
propuestas de un replanteamiento de los postulados de la Revolución
realizado por fundaciones, cátedras y blogueros de izquierda sobre un
socialismo democrático. Si ante la ingobernabilidad la dirigencia no
hace los cambios, los cambios desharán a esa dirigencia, abajo la
impaciencia empujará a los más indignados a las calles, y es muy posible
que entonces se intervenga al único gran propietario que aún queda, el
Estado.
No digo que esto ocurra en estos meses, quizás ni siquiera el próximo
año, pero como van las cosas, no demorará mucho más, en una fecha en que
ya nadie recordará haber leído este artículo.
Escritor e historiador.
concordiaencuba@outlook.com
Source: Cuba: señales de algo que viene | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article106225032.html
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