Saturday, April 23, 2016

VII Congreso Jurásico

VII Congreso Jurásico
[22-04-2016 14:35:48]
Martín Guevara Duarte
Escritor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Hace mucho tiempo que en Cuba no se pueden
rememorar ni pautar los recuerdos, las épocas o las modas por los
períodos presidenciales o los partidos en el poder, como en cualquier
otro país donde es frecuente usar de referente una etapa presidencial
para referirse a un período de años, "desde el tiempo de Alfonsín" o
"cuando se fue Clinton". Sólo unos cuantos octogenarios hablando entre
ellos podrían hacer uso de esos hitos cronológicos.
En su lugar, la épocas en Cuba se pueden medir por la iconografía
revolucionaria en los altares del poder. Y en cada congreso del PCC se
presenta un nuevo debate, ¿qué imágenes deben presidir el escenario? En
cada época se fueron colocando acorde a una mezcla de intenciones, de fe
entre militante y religiosa y por supuesto de mucha conveniencia.

Desde sus inicios saliendo de los pañales Fidel Castro fue un maestro de
la manipulación y de las maniobras en los pasillos palaciegos donde cada
capa resguarda una atenta daga.

Así pasó de profundo creyente católico, al partido Ortodoxo, participó
de una comisión universitaria de apoyo a Juan Domingo Perón desde Cuba y
luego del ataque al Cuartel Moncada, al recibir duras criticas de parte
del Partido Socialista Popular que respondía los lineamientos de la
URSS, lo acusaba de aventurero golpista, volcó más simpatía aún por el
peronismo y su arista antiimperialista norteamericana y soviética.

Creó el movimiento 26 de Julio que no se casaba con ninguna ideología,
pero en especial Fidel declaraba allí donde podía, que él era
expresamente un revolucionario "no comunista", denunciaba que el
comunismo se plasmaba a través de dictaduras, y que él luchaba para re
instaurar la democracia.

Luego cuando Moscú le prometió el oro y el moro, Fidel pasó a ser un
convencido marxista leninista, que desde su infancia no hacía otra cosa
que leer a Lenin. Cuando la URSS se diluyó, pasó a ser más martiano que
marxista, más latinoamericanista que internacionalista proletario, por
ende más bolivariano que leninista.

Claro, estaba el petróleo de Venezuela en el bolsillo de Hugo Chávez.

Luego pasó a ser respetuoso de los jesuitas otra vez, más tarde Raúl
tomó la presidencia bajo la escudriñadora mirada de su hermano
gravemente enfermo pero no distraído en absoluto, y éste a sabiendas de
su escaso magnetismo y poder de seducción, fue mostrando un necesario
pragmatismo que se manifestaba en una creciente simpatía por el área
capitalista, y todo ello concluyó en la representación de un clímax
histórico, tras un romance entre besos y caricias ora con USA ora con
Francia, con la visita del presidente Barack Obama en el pasado 19-22 de
marzo a La Habana.

En un principio hasta Raúl parecía gratamente sorprendido por el
derroche de encanto del mandatario del norte, su aporte de esperanzas al
pueblo cubano de algo genuinamente nuevo, y un discurso preciso,
respetuoso de la soberanía cubana, de los valores cubanos, y quizás
severo pero con la ternura de la amistad que entre ellos habían ido
tejiendo desde el funeral de Mandela, respecto de las libertades
individuales, de mercado y de asociación y participación ciudadana en la
política doméstica cubana.

Pero un ciclón atravesó Cuba una semana más tarde, Fidel salió de su
letargo con una reflexión titulada: "El hermano Obama", para condenar
todo ese encanto, esa simpatía, ese savoir faire de alguien que ya jamás
podría volver a ser él.

Hasta aquí el proceso de endulcoramiento de las figuras referentes de la
Revolución, que pasaron de ser en un principio, Mella y Villena, a ser
de un lado Marx, Engels y Lenin, y del otro lado Mella, Camilo
Cienfuegos y Che Guevara, durante años estos revolucionarios de
diferentes procedencia geográfica, sustrato social y época, vigilaban
atentos el más mínimo desvío ideológico en congresos, seminarios,
reuniones, mítines. En el 4ª Congreso de 1991, que ya se había producido
la escisión del campo socialista, el altar pasó a estar presidido sólo
por Marx y Martí, luego se fueron alternando con Martí, Maceo y Máximo
Gómez, de la Guerra de Independencia, cuando interesaba acercarse más a
Latinoamérica. Ya en el 5ª Congreso en el 1997, regresaron junto a Marx
y Martí, Lenin, Mella y Che.

En el 6ª Congreso en 2011, el panel rezaba 50 Aniversario de Playa
Girón. Últimamente habían desaparecido las figuras del comunismo
internacional, incluso las del comunismo doméstico como Mella y Villena,
y muy probablemente preparando el país para los tiempos que se andaban
procurando por todas las vías, se habrían usado para el VII Congreso del
PCC, próceres más cercanos a los EEUU, pero el alerta que provocó la
simpatía profunda que despertó Obama en la población, los llevó a
enrocarse en un ejercicio de retroceso y hermetismo oscurantista, para
el cual difícilmente Cuba y el mundo vuelvan a estar preparados.

La escenificación de este retorno cíclico a un tiempo perenne, se hizo
colocando en el altar de las imágenes santorales, con una prisa
reflejada en la chapucera presentación, a Carlos Baliño fundador junto a
Martí de los mambises de la guerra de independencia y treinta años más
tarde del PSP ( el Partido Comunista), junto a Julio Antonio Mella que
es el segundo que sale en el cartel, y con un tamaño desproporcionado,
en colores, escorado hacia un lado, a un Fidel Castro cuando aún podía
articular un discurso y esbozar una forzada sonrisa.

Ante el tsunami de la simpatía "Obamense" y la abulia a que invita la
insipidez "Rauliana", decidieron sacar del sarcófago a la momia
"Guarapo" no sólo en imágenes, sino de cuerpo presente en el cierre del
Congreso en primera fila.

A la conclusión del congreso, dejaron claro que han decidido tomar una
actitud profundamente reaccionaria, boqueando por cinco años más
cualquier cambio en el sentido que se venía insinuando, con ataques
retóricos "de cara a la galería" hacia el prematuro y veloz
acercamiento a la presidencia de los EEUU, en la persona de Obama y
recuperando el lenguaje de trincheras ante la sorpresiva simpatía del
pueblo cubano por el presidente norteamericano.
Por supuesto, mientras por lo bajo continúan firmando todo tipo de
contratos con poderosas empresas norteamericanas de capital ciertamente
no comunistas.

Más allá de si esto representa uno de los últimos pataleos de un grupo
de dinosaurios en sus estertores, o si tendrán la capacidad de imponer
nuevamente un largo período de hermetismo y de manejo del país al antojo
de sus ocurrencias y de espaldas a las vicisitudes y relegadas
aspiraciones del pueblo cubano. La interrogante que prevalece es:
¿Hay derecho?

Source: VII Congreso Jurásico - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/571a1aa43a682e0a1cde6631#.VxtjLDB97ic

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