Saturday, April 23, 2016

Sin intención de ir a Cuba

Sin intención de ir a Cuba

Los que se fueron de Cuba antes de 1970 no tienen que sacar un pasaporte
cubano
Pero sí necesitan una visa de Cuba para entrar en la isla
Me duele mucho el poco respeto que hoy le tienen a los cubanoamericanos
GUILLERMO I. MARTÍNEZ

Algo extraño me ocurrió esta semana. Un buen amigo a quien respeto y
quiero, me dijo que quería verme. Levanté las antenas bien alto porque a
pesar del mutuo aprecio no es una persona a quien veo con frecuencia. No
creo que nos hayamos reunido más que un puñado de veces en los últimos
10 años.

Fui a la cita con la espinita que la reunión tenía que ver con Cuba. No
me equivoqué.

La reunión de tres horas y media fue precisamente para eso. Me dijo que
la idea de que yo fuera a ver los cambios en Cuba era de él y no del
gobierno cubano. Se lo pregunté más de una vez y en más de una forma.

Me dijo que no. Agregó que para personas de nuestra edad – él es unos
pocos años más joven que yo– era importante ir y ver como estaban
evolucionando en Cuba los cambios anunciados por el presidente Barack
Obama. También me dijo que la cosa era muy sencilla.

Debido a que te fuiste de Cuba antes de 1970 no tienes que sacar un
pasaporte cubano. Pero sí necesitas una visa de Cuba para entrar en la
isla. Agregó que él quería que yo entendiera dos cosas: Si Cuba no
quiere que vayas sencillamente te niegan la visa y la cosa termina ahí.
Por otra parte agregó que de decidirme a ir tenía que entender que el
Bill of Rights que protege a los estadounidenses es una cosa que Cuba no
entiende. Si vas, me dijo, tienes que saber que dejas esos derechos que
protegen a los estadounidenses en el asiento de tu avión.

Tenía mucho interés en que yo fuera. Fue una conversación amable,
amistosa sin aspavientos o palabras duras. El trataba de explicarme las
razones por las cuales yo debía ir a la isla donde nací y le explicaba
mis razones para no ir.

Me preguntó que si ir me daba miedo. Le contesté honestamente que sí,
que me preocupaba un poco, pero que en 1978 había ido a Cuba dos veces
como periodista. La primera a una conferencia de prensa que daba Fidel
Castro para la prensa extranjera (principalmente para los periodistas
del sur de la Florida) porque ellos estaban organizando un diálogo con
un grupo de 75 cubanoamericanos para hablar de los presos políticos en Cuba.

Me invitaron –todavía tengo la invitación de Ramón Sánchez Parodi–
encargado de la Sección de Intereses de Cuba en Washington. Quería que
yo participara en el diálogo. Le respondí que los periodistas no podían
participar en noticias que ellos después tendrían que cubrir y les dije
que no podía participar en el evento. Entonces me pidieron que fuera
como periodista.

Fui dos veces. En la primera asistimos a una conferencia de prensa de
Fidel y después me les escapé a mi "manejadora" del MINREX a ver a un
primo preso en una cárcel de poca seguridad. Me regañaron pero la cosa
no pasó a tener consecuencias.

En el segundo viaje fui invitado directamente por el gobierno cubano a
ser uno de los primeros periodistas en entrar y entrevistar a presos en
el Combinado del Este. Allí, entre otros, entrevisté a Alfredo
Izaguirre, amigo de la infancia. A él lo condenaron por participar (o
dirigir) un intento por matar a Fidel. Por ser miembro de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) a Alfredito no lo fusilaron y le
impusieron una condena de 30 años de cárcel.

También vi a Tommy Fernández Travieso arrestado con Virgilio Campanería
y Alberto Tapia Ruano. A estos dos últimos los fusilaron a mediados de
abril por conspirar contra la revolución. A Tommy le conmutaron la pena
porque era menor de edad. Aquí en Miami todavía está Tommy y su hermano
y compañero mío, el sacerdote jesuita Ernesto Fernández Travieso.

Era un momento muy importante para Cuba. Las organizaciones de los
derechos humanos luchaban contra el régimen acusándolo de ser el país
con el mayor número de presos políticos per capita en el mundo. Aunque
parezca increíble, eso le dolía mucho al gobierno cubano.

Tanto le dolía que en septiembre de ese año comenzaron a darle la
libertad y el famoso papel blanco para poder emigrar a 3,600 presos
políticos. En realidad no sé si fueron 3,600 o 3,800, presos a los que
soltaron y le dieron permiso –con sus familias– a irse de Cuba.

Eso para el gobierno cubano no era gran cosa. Siempre puede soltar a un
preso político hoy y arrestar a otro al día siguiente.

Le dije a mi amigo que no tenía intención de ir a Cuba. No se me ha
quedado nada por allá. Las propiedades no me interesan. Y tengo la dicha
enorme que mis dos hijos y cuatro nietas viven muy cerca de mi casa.

Cuba me duele todos los días. Lo que ha hecho Obama, la discriminación
que permite Carnival Cruise Lines en ir y exigirle a los
cubanoamericanos (y aunque no lo crean a sus hijos nacidos en Estados
Unidos) pasaporte y visa de Cuba. Carnival no garantiza que los dejen
desembarcar en Cuba o si desembarcan que los detengan.

Me duele mucho el poco respeto que hoy le tienen a los cubanoamericanos.
Pero ya yo soy mucho más americano que cubano. Me interesa más el
proceso electoral de este país que el triste congreso recién celebrado
en Cuba.

Debo admitir que mucho me duele lo que ocurre en el país donde nací.

Periodista cubanoamericano.

Guimar123@gmail.com

Source: Sin intención de ir a Cuba | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article73336857.html

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