Wednesday, April 20, 2016

El socialismo en su peor variante

El socialismo en su peor variante
Un socialismo que se juega su suerte a cualquier charada y hace pagar
caro al pueblo por sus apuestas
miércoles, abril 20, 2016 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba.- Hace unos años, cuando se iniciaba la crisis
económica, Jörn Schütrumpf, un editor alemán, al ver el aumento en las
ventas de literatura comunista en Europa, comentaba que "una sociedad
que siente nuevamente la necesidad de leer a Karl Marx es una sociedad
que se siente mal".

Así, de creer a Schütrumpf, el marxismo, más que una herramienta para el
estudio de la historia, sería algo así como un purgante. Y tendría
razón. ¡Si lo sabremos los cubanos mayores de 50 años! Solo que nosotros
no sentimos la necesidad de leer sobre marxismo, sino que nos obligaron
a estudiarlo como una asignatura más, bastante aburrida, por cierto, que
nos provocó entre otros males, un desordenado amontonamiento de
supercherías.

A mí, que siempre fui un pésimo estudiante de marxismo en aquellos
tiempos en que nos repetían que "el futuro pertenecía al socialismo", me
consolaba saber que ni siquiera los dirigentes, que alardeaban de ser
marxistas, y por añadidura, leninistas, llegaron a entender alguna vez a
cabalidad el marxismo.

Recuerdo cuando Fidel Castro abochornó públicamente a los diputados de
la Asamblea Nacional al recriminarlos porque ninguno supo responderle
qué era el Programa de Gotha. Era pedir demasiado a los afinados
parlamentarios de la unanimidad eterna. Algunos hasta pensaron que lo
del tal Gotha era algún deformante show de la televisión yanqui.

El Comandante, luego del regaño y de exhortarlos a leer más, les explicó
qué era, pero lo más probable es que tampoco él lo haya leído. Si no lo
hizo en su celda del Presidio Modelo, no debe haber tenido tiempo ni
paciencia para leerlo después. Y menos aún El Capital. Ni falta que le
hizo. Total, si tenía los manuales soviéticos…

A través de aquellos dogmáticos manuales de la época estalinista
pretendieron enseñarnos el marxismo. Y no sirvió. Fue como leer Romeo y
Julieta a través de una versión condensada de Selecciones del Reader's
Digest. O escuchar la música de Beethoven a través de las versiones de
Frank Pourcel o Kostelanetz por Radio Enciclopedia. Con la diferencia de
que no podíamos, simplemente, apagar el radio y ya, porque había que ir
a exámenes…

No creo que, aparte de Carlos Rafael Rodríguez y un puñadito de eruditos
masoquistas, muchos cubanos hayan leído, lo que se dice leer, a Marx. El
caso es que, en cuanto a Economía Política, por un motivo u otro, Marx,
complementado y distorsionado por Lenin, Che Guevara, Nikitin y los
caprichos del Comandante, nos enseñó muy poco a los cubanos. Quizás esa
sea una de las causas del desastre que es el socialismo castrista.

Ocupados siempre en apretarnos más el cinturón, de la ofensiva
revolucionaria de 1968 a la reforma raulista que no es tal reforma sino
actualización, pasando por la rectificación de errores y tendencias
negativas —cuando según el Comandante, sí íbamos a construir el
socialismo— y el Período Especial, no atinamos a utilizar el marxismo
para deducir cuándo estuvimos peor. Y no era fácil saberlo, porque el
hambre y la miseria, siempre han estado al lado nuestro, como los más
fieles de los perros.

Así y todo, aprensivos que nos hemos vuelto, los cubanos hemos
desarrollado extrañas supersticiones sobre la economía y el mercado.
Debiéramos estar curados de espantos y supercherías, pero 57 años de
adoctrinamiento no pasan en vano. Algo tenía que quedar de lo que
estudiamos —o simulamos que estudiábamos— en los manuales marxistas que
enviaban los camaradas de Moscú.

A pesar de los timbiriches y las habilidades para los negocios que no
sospechábamos que tenían algunos luego de tantos años de estricta tutela
estatal, no podemos evitar que un erizamiento nos recorra el espinazo
cuando oímos hablar del futuro dejado en manos de las leyes de la oferta
y la demanda y del capitalismo salvaje según lo cuenta el periódico
Granma. ¡Como si hubiera algo más escalofriante que llevar décadas,
amordazados y atados de pies y manos, inmersos en el sálvese el que
pueda del socialismo que naufraga pero no acaba de hundirse!

Cuando se derrumbó el bloque soviético, lo más parecido posible a la
dolarización y las terapias de choque llegó de sopetón a Cuba, sin
Escuela de Chicago y sin que lo solicitara el FMI. Para "salvar los
logros del socialismo", los mandantes verde olivo implementaron lo más
riguroso del capitalismo. ¿El espíritu de Karl Marx les habrá soplado la
fórmula a sus oídos?

Según Darwin, sólo los más aptos y fuertes sobreviven. Los cubanos
demostramos serlo. No sólo la camarilla y la élite sobrevivieron al
Periodo Especial y mantuvieron el poder absoluto. Los cubanos de a pie,
entre chozas, escombros, cientos de cárceles dantescas, calderos vacíos,
cucarachas, mosquitos, marabú, prohibiciones, y mucho policía en la
calle, hemos sobrevivido a la mezcla del socialismo con lo peor del
capitalismo. Sólo que mucho más flacos, tristes y descreídos que cuando
estudiábamos los manuales marxistas.

Gracias a Marx o a pesar de él, el régimen castrista, pese a ciertas
interesadas aventuras con el capitalismo internacional, sigue casado con
el socialismo en su peor variante. Un socialismo chato, gris,
ineficiente y miserable, que se juega su suerte a cualquier charada y
hace pagar caro al pueblo por sus apuestas, lo mismo por el Partido
único que por la planificación centralizada de la economía. Solo que ya
ni en los congresos del Partido Comunista se habla de marxismo. Ni
siquiera como purgante para los ancianos dirigentes con cara de padecer
de estreñimiento crónico y la consiguiente acumulación fecal en sus
cerebros.

luicino2012@gmail.com

Source: El socialismo en su peor variante | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/el-socialismo-en-su-peor-variante/

No comments: