Tuesday, November 24, 2015

El americano que salvó la Revolución cubana

El americano que salvó la Revolución cubana
Un documental rescata la figura de William Morgan, un estadounidense que
llegó a ser comandante guerrillero y que fue fusilado en 1961 por
conspirar contra Fidel Castro
LUIS BARBERO Miami 23 NOV 2015 - 14:14 CET

El estadounidense William Morgan murió fusilado en La Habana el 11 de
marzo de 1961 cuando solo tenía 32 años. Su nombre hoy dice poco, pero a
finales de los años cincuenta del pasado siglo fue célebre porque llegó
a ser comandante de la Revolución cubana que derrocó al dictador
Fulgencio Batista y encumbró al poder a un joven Fidel Castro, contra el
que terminaría conspirando. Tras su muerte, Estados Unidos y Cuba, dos
enemigos irreconciliables en el último medio siglo, coincidieron en
sepultar su memoria, como si fuera un testigo incómodo, la apasionante
historia de un aventurero desconcertante.

Nacido en Toledo (Ohio) en una familia de clase media alta, Morgan fue
un chico rebelde e hiperactivo, que dejó los estudios para ser marino
mercante y luego enrolarse en el Ejército de Estados Unidos, donde fue
destinado a Japón. Allí fue acusado de deserción, por lo que pasó tres
años en una prisión federal. Cuando logra la libertad, estigmatizado,
sin oportunidades, "se enreda con la mafia" de su ciudad, los casinos y
el juego ilegal, afirma Adriana Bosch, que ha dirigido el documental
Comandante americano para la cadena PBS en el que recupera la figura de
Morgan.

Tras esta etapa, el aventurero empieza a trabajar en un circo en un
espectáculo en el que tragaba fuego y se casa con una encantadora de
serpientes con la que tuvo dos hijos y de la que luego se divorció. En
uno de sus viajes con el circo, llega a Miami, que entonces era el
centro del exilio cubano que conspira para tumbar a Batista. Era 1955.
Morgan se relaciona con los exiliados y, gracias a sus contactos con la
mafia, empieza a suministrarles armas. Es en esa etapa cuando "se
enamora de la revolución", afirma Bosch, quien tuvo la primera pista
sobre Morgan en un reportaje que publicó The New Yorker hace tres años y
que, desde entonces, no ha parado de recopilar información sobre este
episodio de la historia.

En 1957, el olvidado héroe decide sumarse a los rebeldes. Intenta llegar
a Sierra Maestra, donde se encuentra Fidel Castro, pero no puede
alcanzar esta zona, por lo que se une al grupo guerrillero que está en
el frente de las montañas del Escambray, en el centro de la isla. "Los
guerrilleros eran campesinos, estudiantes y él, que estaba entrenado por
el Ejército americano, les enseña a luchar", afirma Bosch, quien ha
entrevistado para el reportaje a los escasos supervivientes que vivieron
en primera persona esta época. En los primeros meses de 1958, el frente
del Escambray obtiene sus primeros éxitos, gana territorio y Morgan es
ascendido a comandante por otro de los héroes de la revolución, Eloy
Gutiérrez Menoyo. En esa época, Morgan se enamora de una guerrillera,
Olga Rodríguez, con la que se casó y tuvo dos hijas.

La revolución triunfa el 1 de enero de 1959 y Morgan comparte
protagonismo los principales líderes guerrilleros liderados por Fidel
Castro. Esta victoria preocupa a muchos, entre otros a la mafia de
Estados Unidos, que teme perder el jugoso negocio de los casinos en La
Habana. "La mafia intenta contactar con Fidel, pero este lo rechaza",
afirma Bosch.

En marzo, solo tres meses después del triunfo de la revolución, la mafia
y los partidarios de Batista, al que había dado cobijo el dictador
dominicano Rafael Leónidas Trujillo, diseñan un complot para acabar con
Castro, que aún no había revelado sus intenciones de implantar el
comunismo en Cuba. La mafia es ahora la que contacta con Morgan, al que
ofrece un millón de dólares por matar al ya líder cubano. En el último,
y quizá principal servicio a la revolución, Morgan cuenta a Castro la
oferta. "Ahí tiene su papel principal en la historia de Cuba", apostilla
Bosch. Castro le dice a Morgan que siga el juego a los conspiradores.
Hace un viaje a Miami donde emisarios de Batista, de Trujillo y de la
mafia le dicen que los planes han cambiado y que el objetivo ahora es
dar un golpe de Estado en el que participarían algunos adeptos que
permanecen en Cuba y militares de la República Dominicana. Morgan, ahora
en papel de espía, revela los nuevos planes a Castro, que decide
mantener todo en silencio.

El entonces director del FBI, el legendario John Edgar Hoover, está al
tanto de la operación en marcha gracias a la información que le daban
los fieles a Batista. "Hoover estaba feliz con el plan porque no se
fiaba de Castro", añade Bosch. Pero hay algo que al director del FBI no
le convence: el papel de Morgan, de quien tenía un dossier con su
trayectoria de desertor, mafioso de poca monta y revolucionario advenedizo.

En su doble juego, Morgan lleva a Cuba cargamentos de armas para la
rebelión que terminan en las manos de Fidel Castro. La conspiración
urdida por Batista y Trujillo fracasa en agosto de 1959 y los
principales promotores dentro de la isla son detenidos. "El 15 de agosto
Fidel revela todo y Morgan es la estrella, un héroe que ha salvado la
revolución", comenta Bosch.

Tras este capítulo, Estados Unidos despoja de la nacionalidad a Morgan,
que se queda en Cuba y monta una granja para criar ranas, cuyas ancas
exporta. Pronto, como les pasó a otros revolucionarios, Morgan sintió
desafección por los pasos que daba Fidel Castro. Cuando este se acerca
definitivamente a la Unión Soviética y se enfrenta a Estados Unidos, el
comandante americano cambia de trinchera. Es junio de 1960. "Morgan es
anticomunista, católico y americano y decide crear su propio ejército
para tumbar a Fidel. Ahí se le va la cabeza", afirma Bosch. Desde las
montañas del Escambray, prepara para una segunda revolución, en la que
colabora la CIA, a la que se suman algunos guerrilleros de la primera y
unos pocos partidarios de Batista. La rebelión es sofocada en poco tiempo.

Tras ser detenido, Morgan fue fusilado por conspirar contra Castro. Su
mujer Olga pasó 10 años en la cárcel y se trasladó durante la crisis
migratoria del Mariel a Estados Unidos, donde aún reside. Desde
entonces, para el régimen cubano, Morgan no es más que un infiltrado de
la CIA al que merece la pena olvidar. Para Estados Unidos, que le
devolvió la nacionalidad en 2007, un personaje de su historia que ha
permanecido en el olvido.

Source: El americano que salvó la Revolución cubana | Internacional | EL
PAÍS -
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/23/actualidad/1448283741_154363.html

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