JOSÉ AZEL: Cuba, tres tristes escenarios
Dedicado a los héroes de la Brigada 2506 y del clandestinaje
Tres tristes tigres es un trabalenguas y el título de una magistral
novela de Guillermo Cabrera Infante. Escrita en español de Cuba, la obra
es un experimento lingüístico de eventos caóticos, aparentemente no
relacionados, pero integrados de manera tal que el lector tiene que
descubrirlo por sí mismo. La narración se desarrolla en La Habana
prerrevolucionaria y enmarca la trágica realidad y la perspectiva
sociopolítica de los cubanos de esa generación.
Los coloridos personajes y los juegos del lenguaje de Tres tristes
tigres vienen a mi mente cuando busco visualizar el futuro de Cuba a la
luz de la nueva política EEUU-Cuba, y mi ejercicio analítico origina
tres tristes escenarios.
La nueva política –seguida por la eliminación de Cuba de la lista del
Departamento de Estado de países promotores del terrorismo, la
reapertura de embajadas, una campaña para terminar el embargo, y más– ha
impuesto lo que los analistas llaman "una nueva realidad en el terreno".
Esta nueva realidad obliga a repensar cómo los eventos en Cuba pueden
desarrollarse a corto y medio plazo, digamos en los próximos cinco o 10
años.
Las posibilidades son infinitas, así que pronosticar el futuro es un
ejercicio de simplificación excesiva. Los tres escenarios a continuación
sirven más que todo para enfocar nuestro pensamiento.
Si el general Castro es capaz de orquestar una sucesión relativamente
tranquila sin cambios significativos en el modelo político o económico
cubano, podemos esperar: (1) Continuidad.
Si la muerte de los hermanos Castro resulta en una lucha por el poder y
pérdida de coherencia en la élite militar/partidista, podemos
presenciar: (2) Solidaridad escindida de la élite dirigente.
Si este liderazgo debilitado engendra condiciones económicas
deterioradas y amplio descontento popular, en el mejor de los casos se
puede provocar una reforma orientada a un nuevo modelo
político/económico: (3) Transición. El caso más probable sería alguna
forma de gobierno autoritario, y el peor escenario un estado fallido.
Mis lectores con orientación estadística pueden desear asignar
probabilidades de ocurrencia a cada uno de los escenarios. Me abstengo
de tal ejercicio. Además, la forma en que el gobierno de EEUU responda
con políticas que acomoden u obstruyan los eventos en Cuba desencadenará
otras posibilidades. Dejo ese análisis para otro día.
Si suponemos que el cambio en Cuba no vendrá como resultado de alguna
intervención de EEUU o internacional (de afuera hacia dentro), ni como
resultado de algún acontecimiento de abajo hacia arriba, como la
Primavera Árabe, entonces nos queda el cambio de arriba hacia abajo. Es
decir, un cambio que se origine en el liderazgo cubano.
Pero el liderazgo cubano carece de cultura democrática. Además, la clase
dirigente en Cuba tiene una motivación personal contraria a reformas
democráticas. En cualquier transición genuina la nomenclatura teme su
extinción institucional y la desaparición o disminución de sus
privilegios. Es decir, para ellos las reformas políticas son peligrosas.
Esto no equivale a pronosticar que nada cambiará en Cuba. Habrá cambio,
pero un proceso democrático, competitivo y pluralista parece poco probable.
Por supuesto, el imponderable, la posibilidad de un improbable suceso
tipo cisne negro siempre está presente. Tal acontecimiento "cisne negro"
puede ser un desconocido Václav Havel o Boris Yeltsin entre los
militares cubanos que sea capaz de surgir y consolidar el poder como un
verdadero reformista. Pero en esta coyuntura es difícil visualizar cómo
uno de esos tres escenarios puede ofrecer una ruta realista hacia la
democracia liberal, o cómo la Cuba futura puede escapar de este nudo
gordiano.
Esta nueva realidad debería entristecer a todos los que aman la
libertad, pero es particularmente dolorosa para esa generación de
exiliados históricos cubanos que ha luchado tan valientemente por un
resultado democrático. Somos los tristes tigres.
Cierto, mis escenarios no ofrecen demasiada esperanza para un desenlace
democrático en un plazo razonable. Sin embargo, hacia el final de Tres
Tristes Tigres Cabrera Infante provoca al lector con un capítulo
titulado "Algunas revelaciones", donde el lector anticipa respuestas al
desconcertante enigma de la narración.
Como para recordarnos que el futuro es desconocido e inescrutable, el
capítulo de "Revelaciones" consiste en varias páginas en blanco y
tipografía indescifrable. Igualmente ocurre con mis tres escenarios. La
esperanza de libertad existe en las páginas que aun están por escribir.
El Dr. José Azel es Investigador Senior en el Instituto de Estudios
Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del
libro 'Mañana in Cuba'.
Source: JOSÉ AZEL: Cuba, tres tristes escenarios | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article46122860.html
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