Tuesday, October 27, 2015

En la ONU, los zorros siguen cuidando el gallinero

En la ONU, los zorros siguen cuidando el gallinero
J. EL-HAGE / R. GONZÁLEZ | Nueva York | 27 Oct 2015 - 1:57 pm.

La Asamblea General esté a punto de confiar la defensa y promoción de
los ddhh a algunas de las peores dictaduras y regímenes autoritarios del
mundo.

El día de mañana la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebrará
la elección —para un período de tres años— de 18 Estados que pasarán a
formar parte del organismo más importante de defensa y promoción de los
derechos humanos en la ONU, el Consejo de Derechos Humanos.
Irónicamente, no serán los Estados democráticos y respetuosos de las
libertades fundamentales quienes con seguridad saldrán victoriosos en
esta votación; por el contrario, serán principalmente dictaduras y
autoritarismos como Burundi, Etiopía, Kirguistán, Laos, Pakistán, Togo,
Emiratos Árabes Unidos, Ecuador y Venezuela los electos para integrar
este consejo. Este elenco de regímenes autoritarios se unirá a otros que
ya forman parte del consejo, entre ellos Bolivia, Cuba, China, Vietnam,
Rusia, Argelia, Arabia Saudita y Qatar.

Estos países, a quienes se ha confiado la defensa de los derechos
humanos, encarcelan rutinariamente a periodistas, abogados y a cualquier
persona que se aventure a oponérseles. La semana pasada en China, el
hijo adolescente de dos abogados defensores de derechos humanos presos
fue arrestado por haber intentado huir del país. En Arabia Saudita, un
joven que participó en una protesta pacífica a favor de la democracia a
la edad de 17 años, espera en su celda a ser ejecutado por decapitación
seguida de la crucifixión pública de sus restos. Sin embargo, en vez de
preguntarse qué hacen los zorros cuidando el gallinero, la ONU planea
sumar más Estados autoritarios al Consejo.

En el año 2006, la Asamblea General de la ONU creó el Consejo de
Derechos Humanos como el órgano responsable de promover el respeto
universal y la protección de los derechos humanos y libertades
fundamentales en el mundo. Entre las facultades confiadas al Consejo se
encuentran la responsabilidad y designación de los procedimientos
especiales (grupos de trabajo, expertos independientes, relatores
especiales, etc.), la revisión de los exámenes periódicos universales
sobre la situación de los derechos humanos en los 193 Estados miembros
de la ONU, así como la recepción de denuncias individuales realizadas
por personas —incluidas ONGs— que afirmen ser víctimas de violaciones de
derechos humanos y libertades fundamentales.

A pesar de esto, son 16 regímenes autoritarios —aproximadamente 34% del
total de 47 miembros— quienes controlan gran parte de la agenda del
Consejo. ¿Qué sucede con el 66% restante que está formado por
democracias? Es vergonzoso, pero muchas de ellas, como Argentina o El
Salvador, prefieren votar siempre junto a influyentes dictaduras como la
de Cuba por razones ideológicas, mientras que otras, como Brasil o
India, están simplemente demasiado ocupadas tratando de ser
económicamente relevantes como para atreverse a asumir el riesgo de
oponerse al liderazgo pernicioso de gigantes comerciales como China, que
es el importador mundial más importante de materias primas provenientes
de países en vías de desarrollo.

El secuestro del Consejo por regímenes autoritarios no es algo reciente.
El Consejo de Derechos Humanos fue creado con el objeto de sustituir a
la antigua Comisión de Derechos Humanos, un órgano creado por el Consejo
Económico y Social (ECOSOC) en 1946. Previo a su desaparición, la
Comisión sufrió un proceso gradual de desprestigio, precisamente por el
absurdo de que sus miembros eran mayoritariamente regímenes
dictatoriales que se asociaban para bloquear y neutralizar cualquier
posibilidad de denuncia verdadera sobre la grave situación de los
derechos humanos en sus países. El mismo Kofi Annan, secretario general
de la ONU en ese momento, indicó en el año 2005 que "la disminución de
la credibilidad y el profesionalismo de la Comisión de Derechos Humanos"
había menoscabado progresivamente la capacidad de desempeñar sus
funciones. Específicamente, Annan criticó que algunos Estados se habían
"hecho miembros de la Comisión no para afianzar los derechos humanos
sino para protegerse contra las críticas o para criticar a otros"; dando
como resultado "un déficit de credibilidad" que empañaba "todo el
sistema de las Naciones Unidas".

Para evitar que la desastrosa historia de la Comisión de Derechos
Humanos se repitiera, la Asamblea General estableció estándares mínimos
que los Estados miembros deberían cumplir para pertenecer al recién
creado consejo. La resolución 60/251 estableció que al elegir a los
miembros del Consejo los Estados "deberán tener en cuenta la
contribución de los candidatos a la promoción y protección de los
derechos humanos y las promesas y compromisos voluntarios que hayan
hecho al respecto". La resolución también indicó que se debía tener en
cuenta el mérito de los candidatos para "aplicar las normas más
estrictas en la promoción y protección de los derechos humanos", así
como para "cooperar plenamente con el consejo".

El día de hoy, durante un evento en la sede de la ONU en la ciudad de
Nueva York, Human Rights Foundation (HRF), Lantos Foundation y UN Watch
publicaron un informe jurídico denunciando las candidaturas por parte de
Estados autoritarios que buscan un asiento en el Consejo. El informe
evaluó la idoneidad de cada uno de los candidatos de acuerdo a un
análisis de dos fases basado en los criterios de selección desarrollados
en la propia resolución de la asamblea general.

La primera fase del análisis consistió en examinar las credenciales de
cada país en relación al respeto por los derechos humanos dentro de su
territorio. La segunda fase consistió en examinar los antecedentes de
cada país con respecto a la promoción de los derechos humanos en la ONU,
bajo la premisa de que ésta no debe elegir Estados que probablemente
utilizarán su puesto privilegiado en el consejo para impedir
resoluciones a favor de las víctimas de violaciones de derechos humanos
en países donde estos son violados sistemáticamente.

Después de evaluar ambos aspectos entre las 21 candidaturas que este año
pugnaron por 18 puestos, el informe determinó que solamente las
democracias de Alemania, las Bahamas, Bélgica, Corea del Sur, Eslovenia,
Georgia, Mongolia, Panamá y Suiza estaban "calificadas" para integrar el
Consejo; que el régimen autoritario de Costa de Marfil, así como los
gobiernos democráticos de Kenia y Filipinas eran candidatos
"cuestionables", y que las dictaduras y autoritarismos de Burundi,
Etiopía, Kirguistán, Laos, Pakistán, Togo, Emiratos Árabes Unidos,
Ecuador y Venezuela eran candidatos "no calificados".

Resulta escandaloso, por ejemplo, que la Asamblea General esté a punto
de confiar la defensa y promoción de los derechos humanos a algunas de
las peores dictaduras y regímenes autoritarios del mundo.

Es el caso de Burundi, cuyo Gobierno tiene un largo historial de
represión y abuso en contra de defensores de derechos humanos. Hace
apenas dos meses, Pierre Claver Mbonimpa, uno de los defensores más
importantes del país fue víctima de un intento de asesinato en
Bujumbura, capital de Burundi. El hecho se produjo tan solo nueve meses
después de que Mbonimpa fuese puesto en libertad condicional, tras haber
permanecido detenido arbitrariamente durante casi cinco meses bajo tipos
penales amplios e imprecisos que incluían el delito de "alteración del
orden público".

Lo mismo aplica para Venezuela, cuyo Gobierno autoritario está a las
puertas de convertirse en una dictadura totalitaria; el único caso en el
Hemisferio Occidental después de Cuba, quien también es miembro del
Consejo. Durante los últimos 15 años el régimen chavista ha cerrado
todos los canales de televisión de línea editorial independiente;
eliminado la independencia del poder judicial; amañado elecciones;
promulgado numerosas "leyes habilitantes" a través de las cuales Hugo
Chávez, y ahora Nicolás Maduro, han podido gobernar por decreto durante
años (de la misma forma como los generales Augusto Pinochet y Rafael
Videla hicieron en la década de los 70); reprimido sistemáticamente y
etiquetado a manifestantes pacíficos como "asesinos", "nazis" y
"fascistas"; y encarcelado y/o inhabilitado a casi todos los líderes de
la oposición.

También resulta lamentable que se vaya a elegir a países como Kenia y
Filipinas, quienes a pesar de ser democracias que generalmente respetan
los derechos de sus ciudadanos, constituyen candidaturas
"cuestionables", ya que frecuentemente votan junto a las dictaduras que
dominan el consejo bloqueando cualquier resolución a favor de las
víctimas de violaciones a los derechos humanos en países dictatoriales.

La elección casi segura de Burundi, Etiopía, Kirguistán, Laos, Pakistán,
Togo, Emiratos Árabes Unidos, Ecuador y Venezuela al Consejo de Derechos
Humanos hacen recordar la lamentable historia que llevó al desprestigio
y desaparición de la Comisión que lo antecedió. A tan solo nueve años de
su creación, el Consejo ya presenta el mismo cuadro de enfermedad
terminal que puso a los países democráticos en la disyuntiva de
continuar participando o no de aquel circo.

Por principio, las democracias del mundo deben utilizar sus asientos en
la ONU de manera responsable, elevando sus voces en contra de los
Estados autoritarios que utilizan esa misma tribuna para silenciar a las
víctimas de sus abusos a nivel internacional.

*Javier El-Hage es director jurídico y Roberto González abogado
asociado de Human Rights Foundation, organización internacional de
derechos humanos con sede en Nueva York. Sígalos en
Twitter: @JavierElHage y @RobCGonzalez

Source: En la ONU, los zorros siguen cuidando el gallinero | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1445941994_17744.html

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