¿Qué está pasando en 'Granma' y en 'The New York Times'?
EL COMECLARIA | Madrid | 10 Nov 2014 - 8:33 pm. µ
No os asombréis de nada, que lo han avisado Jorge Perugorría y Ricardo
Alarcón.
Lo ha dicho bien clarito Jorge Perugorría en su papel de analista
político-aritmético: el embargo está en conteo regresivo. Avanza, pero
como el cangrejo y cada vez le quedan menos patas. Huele mal el
cangrejo, apesta, tiene tufo a siglo pasado. Perugorría lo dijo en su
papel de nariz de Suchel.
"Ahora mismo", declaró, "Cuba y Estados Unidos están más cerca que nunca".
Aclaración: el nunca de un analista de su estatura es del 59 para acá. O
como diría un botero: de 59 pallá son otros veinte pesos.
Tan cerca están ambos países, tan de un pájaro las dos alas, que, en su
papel de analista de mercado, Perugorría pronostica que el público
norteño estaría muy satisfecho de soplarse las películas que se producen
en Cuba (incluso las que él dirige).
Y es ahí donde las autoridades culturales cubanas se afilan las garras,
porque desde la Fundación Ludwig en La Habana y el Ministerio de Cultura
van a prepararles a las audiencias yumas el "paquete contaminado". Algo
equivalente, en materia audiovisual, al café mezclado o el picadillo
enriquecido: delicia para el espíritu.
Tiene el embargo un tufo a viejo del carajo, pero la realidad que se
vive en la Isla es para Jorge Perugorría "muy inspiradora". Claro que en
este punto él habla como director de cine y, mientras pueda sacar
peliculita del asunto, que reviente la gente: serán unos reventados
fotogénicos.
"Pones la cámara en una calle y sale una película de la riqueza que
tienen nuestras vidas y el propio surrealismo que está en las
contradicciones que vivimos nosotros los cubanos", declaró el actor y
realizador y analista político-aritmético y de mercado y nariz de Suchel.
Es, como puede verse, la dirección de cine entendida por la ley del más
mínimo esfuerzo: una cámara, una calle y la película se hace sola. Es
también el castrismo de guilletén, disimulado como corriente estética:
los Castro como los hermanos André y Breton.
Sin embargo, no es de Jorge Perugorría de quien iba a ocuparme aquí.
Ricardo Alarcón, un conocedor tal de lo que es trabazón aérea que no
podría tomarse menos que como indiscutible autoridad en asuntos de
superficie, lo ha dicho bien clarito: "The New York Times rompe el
bloqueo mediático". Alarcón contestó así a uno de los cinco editoriales
que semana tras semana, como capítulos de serie televisiva, nos va
endilgando el importante diario estadounidense.
El capítulo de The Walking Dead que tanto le gustó a Alarcón trataba de
un canje de prisioneros. Y es en este punto donde quería detenerme,
porque he tenido una iluminación comeclaria al juntar, a la ráfaga de
editoriales de The New York Times sobre Cuba, la noticia bomba de que el
órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, Granma, convoca a la
primera encuesta en su medio siglo de existencia y asegura interesarse
ahora por la opinión de la gente.
Recuperado del susto que me diera tal noticia, me he dado a pensar lo
extraño de que mientras el Granma procura adoptar maneras democráticas,
The New York Times publique unos editoriales tan granmísticos. Y me
pregunto si el canje que tanto entusiasmara al empiyamado Ricardo
Alarcón no se habrá producido ya, pero no entre prisioneros sino entre
redacciones, y donde antes estaba la de The New York Times resida ahora
la redacción de Granma y viceversa.
Porque son estos tiempos de confusión y se da el agravante, además, de
que esas dos cabeceras aparecen inscriptas en el mismo idioma. Y así
cualquiera podría confundirse, creo.
Source: ¿Qué está pasando en 'Granma' y en 'The New York Times'? |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1415647993_11205.html
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