25 años del Muro de Berlín de La Habana
ELÍAS AMOR | Valencia | 9 Nov 2014 - 2:21 pm.
Retiradas de estudiantes y fuerzas laborales de otros países,
encarcelamiento de opositores y declaración del 'periodo especial': así
reaccionó el régimen cubano a la demolición del muro berlinés.
Aquel 9 de noviembre no se olvidará fácilmente. El día que los
ciudadanos de Alemania Oriental decidieron con valentía romper las
cadenas del muro que los había separado de la sociedad occidental desde
1961 acabó la Guerra Fría. Uno de los períodos más lamentables de la
historia de la humanidad provocado por la desmedida ambición del sistema
comunista soviético. Todo ello ha quedado atrás en la historia, y la
democracia se ha abierto camino en toda Europa.
Sin embargo, al recordar estos hechos, no podemos, como cubanos, menos
que pensar en cuán distinta habría sido la historia de Cuba si este
medio siglo de libertades y democracia hubiera llegado a la Isla también.
Lo cierto es que el "muro de La Habana" no se vino abajo, y desde
entonces, el régimen castrista ha atravesado diversas etapas en las que
ha mostrado una extraordinaria habilidad para ganar tiempo, adaptándose
a los cambios del entorno, sin que ello suponga la renuncia a los
principios básicos que lo sustentan desde 1959: falta de libertades
políticas y pluralismo, ausencia de derechos de propiedad y de mercado
como instrumento de asignación de recursos.
Cualquiera que se detenga a estudiar con cierto detalle los
acontecimientos de aquellos meses de 1989 descubrirá que, incluso en un
momento especialmente complejo e inesperado como fue el derrumbe del
Muro, el régimen castrista fue capaz de afrontar la situación,
permaneciendo como uno de los últimos baluartes de la Guerra Fría. Las
decisiones adoptadas se basaron en un ejercicio de poder procedente de
la cúpula directiva, y en ningún momento se tuvo en cuenta la opinión de
la sociedad.
Poco antes, la situación política en Cuba era alarmante, y en los meses
del verano, el general Ochoa, Tony de la Guardia, J.A. Martínez y A.
Padrón eran fusilados por un pelotón bajo las órdenes del general José
Luis Mesa Delgado, en tanto que el exministro Diocles Torralba era
condenado a 20 años de prisión, tras la ratificación de condenas del
Consejo de Estado por el propio Raúl Castro. La atención mediática
internacional se centró en Cuba.
Alarmado por las corrientes reformistas de la perestroika en el este de
Europa, Fidel Castro ordenó el regreso inmediato a la Isla de 10.000
estudiantes cubanos que se encontraban en distintos países del campo
socialista, así como de otros 10.000 obreros que trabajaban en factorías
de la URSS y del este de Europa. El régimen siempre ha tenido especial
interés en este tipo de "venta de servicios personales" que ahora
traslada a médicos y maestros. También, los contingentes del ejército
castrista comenzaban una salida precipitada de Etiopía, poniendo fin a
las campañas belicistas africanas.
Fue un momento convulso. Las armas de la represión política se lanzaron
sobre la población con especial intensidad. El ministro de Interior
Abrantes era condenado en juicio sumarísimo a 20 años de prisión tras
ser acusado de corrupción y el exjefe de finanzas del Ministerio del
Interior se suicidaba, o al menos eso era lo que informaban los medios.
Era evidente que se pretendía ejercer otro control desde el poderoso MININT.
En ese ambiente social crítico, era detenido Elizardo Sánchez y
condenado a dos años, y también el profesor Esteban González, que había
fundado el Movimiento para la Integración Democrática, y que fue
condenado sumarísimamente a otros 7 años de cárcel.
La sensación de que algo podría producirse en la pétrea
institucionalidad castrista empezó a tomar forma. Incluso, algunos
interpretaron la visita a Cuba del ministro de Exteriores ruso, Edward
Schervadnadze durante los primeros días de octubre, como una huida
adelante del régimen para intentar recuperar un marco de relaciones con
el Este que ya se encontraba en vías de extinción.
No hubo que esperar mucho para conocer la reacción de Fidel Castro. En
diciembre, en un acto organizado para recordar a los caídos en la guerra
de Angola, lanzaba duras críticas a los países del Este de Europa y la
URSS por el camino que habían seguido, trasladando señales nítidas de
que el sistema castrista iba a permanecer inamovible. Pero los problemas
económicos estaban ahí y tan solo dos días más tarde, la dirigencia del
Partido Comunista era convocada a una reunión urgente para afrontar una
crisis alimenticia sin precedentes que pondría contra las cuerdas al
frágil sistema de racionamiento del régimen.
El pánico se instaló en la cúpula dirigente cuando se pudieron ver las
imágenes de indignación del pueblo rumano con el "conducator
Ceauceascu", un viejo amigo de Fidel Castro, cuyo ajusticiamiento
público hizo pensar en un final incruento del régimen castrista. Tan
solo un día después, el diario Granma publicaba una declaración oficial
de Fidel Castro en la que decía explícitamente "primero se hundirá la
Isla en el mar que consentir en arriar las banderas de la revolución y
del socialismo". Y cito, palabras textuales de Fidel Castro pronunciadas
hace 25 años, mientras el muro de Berlín se destrozaba por las máquinas
de obras públicas y Europa del Este iniciaba su evolución democrática.
La historia es bien conocida desde entonces. En un nuevo discurso el 28
de diciembre en la Universidad de La Habana, y con el control absoluto
del poder y ejerciendo la máxima represión sobre la sociedad, Fidel
Castro pronunciaba por primera vez unas palabras que atemorizaron a la
sociedad cubana "el periodo especial en tiempos de paz". Nadie supo
mucho más, porque las explicaciones, como suele suceder casi siempre en
Cuba, no se ofrecieron, pero los más viejos entendieron que en la Isla
jamás se iban a producir los aires frescos de la perestroika y que había
que prepararse para tiempos, sin lugar a dudas, mucho peores.
Source: 25 años del Muro de Berlín de La Habana | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1415535682_11190.html
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