ECONOMÍA
Cuando el Estado es mala paga
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 4 Ago 2014 - 10:10 am.
Las instituciones estatales dejan de pagar a los trabajadores de
cooperativas agrícolas, pero los amenaza con decomisos si no pagan sus
impuestos.
Por favor no pensemos en un país capitalista colmado de explotados y
explotadores, antimotines, manifestantes, barricadas, gases
lacrimógenos, porrazos, pedradas, balazos de goma y cañonazos de agua.
Se trata de Cuba socialista, en donde 75 trabajadores agrícolas esperan
desde hace 5 meses que el Gobierno le pague el salario que les debe y ni
siquiera se escucha el zumbido de una mosca.
Acorde a las informaciones del colaborador Yuri Peraza, los
trabajadores de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Julio
Antonio Mella, de la localidad de Tirado, en el municipio San Luis de la
provincia de Pinar del Río, hasta hoy no han recibido un centavo de
salario devengado desde el mes de marzo del presente año.
Según Peraza, dicha cooperativa cumplió su plan de producción de
cultivos varios valorado en 2 millones de pesos, por el cual debe
pagársele a cada obrero un monto de entre 3.000 y 5.000 pesos (cup),
según su desempeño.
Lo desconcertante del caso es que la dirección municipal y provincial de
Agricultura, incluso el propio Ministerio, se han desentendido del
asunto y los angustiados trabajadores se quejan de "no tener dinero ni
para comprar la cuota de pan asignada por la canasta básica".
Al preguntar, vía telefónica, en la Dirección de Atención a la Población
del Ministerio de Agricultura, la funcionaria encargada de recibir las
quejas respondió: "Existe el arreglo con los trabajadores de las UBPC
de dirigirse al sindicato ante estos problemas". Y prometió también
"ocuparse del asunto" ante mi insistencia.
Por otra parte, la secretaria de la Dirección de Base Productiva del
propio Ministerio, alegó "tener conocimiento del impago salarial a los
trabajadores de la UBPC Julio Antonio Mella gracias a la prensa local",
pero el único facultado para dar información sobre el caso era su jefe.
Este señor nunca apareció. "El compañero está reunido", fue la
contestación recibida tras varias llamadas.
Lo comprobado es que a las burocracias climatizadas del Ministerio de la
Agricultura y el Sindicato de Trabajadores Agrícolas les importa un
bledo que estos 75 guajiros reciban el pago por trabajar de sol a sol
sembrando y cosechando malanga, tomates, habichuelas, plátanos y
cuantas viandas y hortalizas llegan atropelladamente a nuestros platos.
En honor a la verdad, debemos declarar que de los 75 trabajadores
perjudicados solo Yosvany Sacramento, Yusbel González, Ana María
Hernández, Osniel Tapia, Mayra Fonte y Pedro González, estuvieron
dispuestos a protestar y recurrir al periodismo independiente. El resto
manifestó "tener miedo". Lastimoso promedio donde los pusilánimes
representan el 92%.
Amén de todas reformas económicas y levantamientos de prohibiciones
instrumentados por el nuevo modelo económico propulsado a paso de
jicotea por el octogenario Raúl Castro, lo cierto es que los burócratas
y sindicalistas del oficialismo siguen siendo los mismos indolentes y
untadores de vaselina de siempre.
Haciendo un sondeo telefónico con algunos colaboradores del municipio
Los Palacios, en la propia provincia de Pinar del Río, se pudo comprobar
que existe un número considerable de campesinos afectados por la falta
de pagos. Incluso algunos esperan desde hace dos años por la
liquidación de las cuentas que el Gobierno les debe, pero dichos
perjudicados le tienen un miedo atroz a las autoridades.
Lo paradójico de la historia es que el Estado cubano exige a los
cuentapropistas el pago puntual de sus impuestos y, para dicho fin
utilizan un conjunto de medidas coercitivas donde sobresalen las
amenazas de decomisos y otras sanciones.
Y, aunque el castrismo no permite ningún tipo de protestas callejeras,
ni el derecho a la huelga institucionalizado por las organizaciones
obreras internacionales radicadas en Ginebra, ya es hora de que los
cubanos exijan esta suerte de escudo para defenderse de los abusos de
poder de aquellos burócratas y funcionarios insensibilizados con sus
problemas.
Si en cualquier parte del mundo capitalista una protesta por falta de
pago es justa, en Cuba debe ser igual. La realidad es que este derecho
no se mendiga, hay que conquistarlo.
Basta ya de que las únicas manifestaciones callejeras permitidas sean
para protestar en contra la homofobia. Es hora de que los trabajadores
cubanos tengan en cuenta, que sus ovarios y testículos no son una
reserva para la práctica del sexo placentero como indica Mariela Castro,
sino que también debemos utilizarlos para exigir nuestros derechos.
Source: Cuando el Estado es mala paga | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1407139851_9787.html
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