Tuesday, December 17, 2013

Cuba, cuando el miedo cambia de casa

Cuba, cuando el miedo cambia de casa
Posted on 14 diciembre, 2013
Por Carlos Cabrera Pérez

Tú eres pobre, lo soy yo/soy de abajo, lo eres tú.
De dónde has sacado tú/soldado que te odio yo…
Nicolás Guillén

El régimen cubano siente miedo y su miedo evidente provoca que la
actitud ante sus opositores sea desproporcionada, injusta, desigual y
contradictoria. Un día les habilitan el pasaporte a casi todos y cuando
vuelven de viaje los hostigan en el aeropuerto. Otro día dice Raúl
Castro al mundo que la mejor política es la del diálogo y la cooperación
y al día siguiente se suceden detenciones temporales, golpizas y mítines
de repudio.

¿Qué sentido tiene en pleno siglo XXI seguir con la cantinela de que
todos los opositores son agentes pagados por el imperialismo
norteamericano? El que lo sea, es su responsabilidad. Pero no se puede
seguir descalificando a quien no piensa como el Buró Político con el
sanbenito de la CIA.

Un efecto contraproducente

¿Quién ordenó apresar a las cuatro de la mañana a dos jóvenes argentinos
en su hotel y montar todo un numerito absurdo para luego expulsarlos a
Buenos Aires? El efecto fue contraproducente, porque los jóvenes han
contado su experiencia, sin exagerar, desnudando a la dictadura cubana
con el relato de una estúpida represora que les habría avisado de que
"Cuba no es el mundo".

¿Qué sentido tiene movilizar a niños de educación primaria para ir a
corear consignas maoístas frente a casa de Antonio Rodiles que -a su
vez- había organizado actos en el interior de su vivienda para celebrar
el Día de los Derechos Humanos?

La Cuba de la fragmentación, de los odios y de las purgas, tiene que ser
sustituida por una Cuba de diálogo, convivencia respetuosa, libertad
plena y civismo.

¿Cuál es el balance de 54 años de represión de unos cubanos a otros y de
hostilidad mutua? Ruina económica, familias monoparentales femeninas,
alcoholismo y otros trastornos psicológicos; exilio, inxilo, simulación
generalizada y miedo intercambiable. Antes mucha gente temía a la
Seguridad, y ahora la Seguridad y sus jefes temen a que la gente
provoque una salida al estilo Libia, que culminó con el asesinato de
Mammuar El Gadaffi.

¿Es que no hay nadie capaz, honrado y patriota en el Buró Político que
diga, compañeros, sentémonos de una vez a conversar con respeto con
nuestros opositores, incluido el exilio y veamos que Cuba podemos
construir entre todos?

Buenas ideas hay en todo el espectro cubano y el 100 por ciento de la
razón no la tienen los castristas furibundos ni los anticastristas
furibundos. Quizá lo más fácil sea mirar para otro lado y decir, vamos
tirando, los disidentes que viajen para luego intentar desprestigiarlos
y nosotros a lo nuestro.

Diálogo imprescindible

Adversarios de ese imprescindible diálogo nacional abundan y abundarán.
Sobre todo, aquellos que vean peligrar sus prebendas en el actual
estatus quo. Y no me refiero solo a la guara de la dictadura con hábitos
saudíes y carentes de dignidad, sino también a muchos del exilio y del
inxilio cuya suerte empresarial y vital pasa porque Cuba no cambie.

Las imágenes represivas del Día de los Derechos Humanos en Cuba dejan en
muy mal lugar al gobierno y realzan a las figuras y el movimiento
opositor en el ámbito internacional. Nadie en su sano juicio acepta con
normalidad que un ciudadano sea detenido y golpeado porque piense
diferente a su agresor y lo que más espanto produce es ver a esos niños
de nueve o 10 años gritando con odio impostado y agitando banderas de
Venezuela y fotos de Chávez.

Cuba ha dado mucho más a Venezuela que Caracas a La Habana; y si Chávez
llegó a figura regional fue por el apoyo decidido del castrismo a cambio
de petróleo carísimo. De seguir manteniendo al empresariado cubano
maniatado y a los cubanos como rehenes de un régimen totalitario sin
sentido, ¿a qué viene entonces ese chavismo epitelial y oportunista?

Pero el tiempo de una dictadura es finito. Hace muchos años que el mundo
ve a Cuba como un anacronismo insensato y no como la revolución
antiimperialista y de justicia social que alguna vez fue. Un represor
cumple órdenes. Pero el problema no está en "Camilo el esbirro", sino en
sus jefes superiores, incluido Raúl Castro como máximo responsable de
todo, que siguen creyendo en que las ideas se matan.

Source: "Cuba, cuando el miedo cambia de casa | Café Fuerte" -
http://cafefuerte.com/cuba/9833-cuba-cuando-el-miedo-cambia-de-casa/

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