Wednesday, May 29, 2013

La televisión digital llega a Cuba 55 años después que el color

La televisión digital llega a Cuba 55 años después que el color
[28-05-2013]
Elías Amor Bravo

(www.miscelaneasdecuba.net).- Nunca es tarde si la dicha es buena. Algo
así se podría afirmar en relación con la noticia publicada hoy en el
diario oficial del régimen castrista, Granma, que dice que "Cuba se
prepara para la introducción progresiva de la televisión digital". El
comienzo de pruebas de emisión de la televisión digital en determinadas
zonas de la capital cubana me recuerda otros acontecimientos de la
historia reciente de Cuba. El tema debe ser relevante, como lo de las
placas de matrícula de los automóviles. Dicen que lo van a llevar a la
"mesa redonda".

Y como en ese espacio de la televisión castrista no lo dirán, me voy a
permitir hacer algunas reflexiones.
Para aquellos que no lo sepan, el 24 de octubre de 1950 bajo el mandado
del presidente Prío Socarrás, nació el primer canal de televisión de
Cuba, el canal 4 bajo la iniciativa de Gaspar Pumarejo, un gran
empresario mediático de los que actualmente no suelen existir. En aquel
momento, Cuba se convertía en el segundo país del mundo en inaugurar la
televisión. También es bueno recordar que hace poco más de medio siglo,
la televisión en color había llegado a las pantallas cubanas, y una vez
más, era el segundo país del mundo en hacerlo. Ya en aquel momento,
existían cuatro cadenas de televisión que cubrían la mayor parte del
territorio nacional con sus 25 transmisores.

Las emisiones de la televisión en color en Cuba llegaban en un contexto
de libertad de prensa, a pesar de la acción de Batista, en el que las
empresas privadas de radiodifusión, prensa y televisión iban alcanzando
unas dimensiones cuantitativas y cualitativas que hacían presagiar un
salto espectacular hacia el futuro. Era la vanguardia tecnológica de
mediados de los años 50, y Cuba, como en otros muchos espacios, se
encontraba en posiciones de liderazgo tecnológico internacional.

Después, la historia es bien conocida. En 1960, los llamados
"revolucionarios" iniciaron la confiscación de aquel imperio mediático,
poniendo fin a la pluralidad y libertad informativa, y arrojando a las
sombras de la mediocridad los éxitos de la década anterior. Ahora, de
forma limitada y con muy poca ambición, Granma acoge como si fuera algo
relevante que "se implementará a partir del mes de junio una zona de
demostración del servicio de televisión digital terrestre en La Habana".
Un sistema de emisión que se encuentra prácticamente generalizado a
nivel internacional, en respuesta a las demandas de los consumidores que
quieren en sus hogares disfrutar del espectáculo de la televisión en las
mejores condiciones de calidad.

Pero, ¿qué importa esa demanda social en el régimen castrista? ¿Qué
importancia pueden otorgar los responsables de la planificación central
de una economía que puedan emitirse señales de televisión digital? En
ausencia de libertad de prensa y de libre expresión, y con el monopolio
informativo en manos del estado, que decide a través del partido único
qué es lo que pueden y deben ver o conocer informativamente hablando,
los cubanos, no existe incentivo alguno para modernizar y avanzar
tecnológicamente las emisiones televisivas.

Además, como no podría ser de otro modo, la TDT castrista va a utilizar
la norma china, denominada Transmisión Digital Terrestre Multimedia o
DTMB, por sus siglas en inglés. Los equipos, que se van a vender a 7,35
pesos cubanos, han sido al

parecer donados por los chinos, tal vez interesados en ver como su
tecnología se puede abrir camino en América Latina.

Los expertos en tecnología digital televisiva han llegado a acuerdos
sobre los estándares. Al bloqueo previsiblemente echarán la culpa. No me
extraña. Casi siempre, los niveles de atraso y postración de la economía
castrista cuyo origen obedece al pésimo diseño de una economía sin
derechos de propiedad ni mercado como instrumento de asignación de
recursos, se atribuyen a la acción del embargo o del bloqueo, que ya cansa.

Como ejemplo de que las autoridades castristas no están del todo
convencidas de lo que suponen estas mejoras en la calidad de vida de los
cubanos, se anuncia en Granma que las actuales transmisiones de señales
de televisión analógica, se van a mantener. Ya veremos en qué acaba todo.

Tengo la impresión de que este tipo de iniciativas sirven para superar
la monotonía asfixiante que caracteriza una economía que solo busca
ganar tiempo para sobrevivir. Los responsables del proyecto tendrán
tiempo de entretenerse en la miríada de medidas técnicas, económicas y
organizativas que se anuncian para poner en marcha la televisión
digital, y en su momento, decidir si se extiende al resto del país. Ya
veremos qué dicen en la mesa redonda.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/51a4f7b33a682e133897e9e5#.UaW3HJyKzTo

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