Salir y volver
Las medidas sobre emigración tomadas en Cuba reflejan el gran fracaso
del castrismo
El País 27 OCT 2012 - 00:07 CET
El régimen castrista ha anunciado una serie de medidas que facilitarán a
los castigados ciudadanos salir, y volver, de Cuba a partir de enero. Lo
hizo unas semanas atrás facilitando la obtención de pasaportes. Y las
completó el pasado miércoles favoreciendo el regreso temporal a la isla
incluso de los que salieron de forma "ilegal", es decir, sin permiso, en
los noventa.
No se trata de un ataque de liberalidad del régimen ni de una súbita
conversión a los principios de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, sino de un paso muy estudiado, pero que viene a plasmar el
fracaso de años de errores en política económica, y falta de libertad.
Cuba no sabe qué hacer con esos millares de empleados públicos que ha
puesto en la calle o esa gente bien formada —médicos, ingenieros y
otros— que ahora se busca la vida como "cuentapropistas" en oficios
artesanales.
El castrismo abre la puerta para que se marchen los más frustrados, que
se pueden tornar en los más contestatarios. Y para que otros regresen,
aunque sea de forma temporal (se les va a autorizar hasta 24 meses, una
medida especialmente destinada a los médicos y deportistas que
desertaron en los noventa), con capitales para instalar pequeños
negocios para sus familiares o invertir en una isla que, sin el
castrismo, tiene un gran futuro.
Los que salgan ya no necesitarán la famosa "tarjeta blanca" (para los
que tienen familiares en EE UU) ni la frustrante "carta de invitación"
para obtener su pasaporte. Pero sí tendrán que obtener algo que no
depende de las autoridades cubanas: visados de los países a los que
deseen viajar, con lo que su libertad es limitada. Se plantea así un
reto a España, pues las demandas de visado crecerán aún más.
El objetivo exterior central de estas medidas es Estados Unidos, siempre
en la mira de todo lo cubano. Quizá por eso el régimen no perdona en
estas medidas a los que huyeron a través de la base de Estados Unidos en
Guantánamo. Además, abrir la espita de la emigración en masa ha sido en
más de una ocasión un instrumento primordial de La Habana frente a
Washington y Miami.
Y por si alguien lo dudaba, naturalmente las autoridades cubanas se
reservan razones de "seguridad nacional" o "interés público" para
denegar pasaportes, como el que sigue esperando la periodista Yoani
Sánchez, colaboradora de este periódico.
http://elpais.com/elpais/2012/10/26/opinion/1351277544_737359.html
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