Publicado el sábado, 10.27.12
Desolador panorama en oriente de Cuba tras el paso del huracán Sandy
Juan Carlos Chavez
jcchavez@elnuevoherald.com
Cuarenta y ocho horas después del violento paso del huracán Sandy en el
oriente de Cuba, los reportes sobre los daños y las pérdidas materiales
continuaban aumentando con pronósticos desoladores para la economía de
la región, la prestación de servicios básicos y las condiciones de vida,
mientras comenzaban a surgir señales de descontento entre la población.
Fuentes consultadas por El Nuevo Herald dieron cuenta de testimonios
sobre la angustia de las familias afectadas, así como la falta de apoyo
y coordinación en la distribución de alimentos de primera necesidad.
"Me dicen desde el centro de Santiago que no hay pan y que una vela vale
15 pesos. La gente está desesperada, no remueven escombros, no hay luz
ni agua", manifestó el joven opositor Eliécer Avila.
La furia de la tormenta dejó un saldo de al menos 11 personas muertas y
afectó las estructuras y los techos de decenas de miles de viviendas.
Provocó también severos daños en instalaciones comerciales y hospitales,
al tiempo que dejó inservibles redes eléctricas y líneas de comunicación
que requerirán una inversión millonaria del gobierno cubano para ser
restauradas.
Sandy, de categoría 2, tocó tierra en las primeras horas del jueves en
la zona de Playa Mar Verde, ubicada cerca de Santiago de Cuba. Tal como
se temía, arremetió con una intensidad impresionante y rachas de vientos
sostenidos de hasta 175 kilómetros por hora.
Un primer informe de las autoridades registró más de 17,300
interrupciones telefónicas y cortes de energía eléctrica en todos los
municipios orientales, así como daños en centros educacionales,
almacenes y fábricas de alimentos.
Hasta el momento se cuantifican más de 4,000 derrumbes de viviendas y
27,000 techos de casas afectadas.
La bloguera Yoani Sánchez dijo que los reclamos de la población por la
falta de atención comienzan a sentirse con riñas y desmanes callejeros.
"Es dramática la situación alimentaria en las zonas afectadas", declaró
Sánchez. "Varios activistas han reportado asaltos a tiendas y almacenes".
El diario oficialista Granma precisó que en el sector agrícola los
vientos de Sandy barrieron las cosechas de café y 2,695 hectáreas de
plátano de la Empresa de Cultivos Varios de Laguna Blanca. Asimismo dejó
inservibles las instalaciones de numerosas granjas avícolas y
comprometió seriamente la capacidad productiva de tres fábricas de
pienso en Santiago de Cuba "a lo cual deben sumarse las pérdidas
registradas por numerosos usufructuarios", indicó el diario.
En el listado de pérdidas, las autoridades cubanas mencionaron graves
daños en bancos y oficinas de gobierno, instalaciones turísticas y
centros educacionales. Asimismo resultaron perjudicadas aproximadamente
27 toneladas de alimentos en almacenes del gobierno y organizaciones
vecinales.
Poco antes de la llegada del huracán Sandy, la Defensa Civil cubana
declaró alerta en las seis provincias orientales de la isla: Camagüey,
Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo.
La región abarca 47 por ciento del territorio y se calcula que vive 42
por ciento del total de la población cubana.
Las lluvias asociadas al huracán Sandy inundaron calles y provocaron la
saturación de las redes de embalses, así como también pérdidas de
consideración en sembradíos de frijoles, hortalizas y otros alimentos de
la canasta familiar.
El panorama más crítico lo encara Santiago de Cuba. Según las
autoridades, los vientos y aguaceros que acompañaron al paso de Sandy
dejaron en muy mal estado avenidas importantes como Los Libertadores,
Garzón, Manduley, Las Américas y el Paseo Martí.
La mayoría de calles quedaron interrumpidas por el derribo de cientos de
árboles, postes, líneas eléctricas y telefónicas. En Santiago de Cuba y
la provincia de Holguín se reportó el desplome de cuatro torres de onda
media. También colapsaron paredes de viviendas y se registraron
derrumbes parciales en emblemáticas iglesias del centro histórico y sus
alrededores.
Entre las capillas afectadas está la Iglesia de Santa Teresita, de
Santiago de Cuba. La devastación también comprometió los exteriores de
la Catedral Metropolitana y el Santuario de la Virgen de la Caridad, en
El Cobre. Asimismo se reportaron daños en puertas y ventanas de las
iglesias de San Francisco de Asís y San Antonio María Claret, en Santiago.
La situación obligó al gobierno cubano a ordenar desde las primeras
horas del jueves la movilización inmediata de cinco brigadas de la
región militar de Santiago de Cuba con el propósito de reforzar las
tareas de limpieza y recogida de escombros. La orden abarcó el
desplazamiento de otras unidades de las fuerzas militares y
especialistas del Ministerio de la Construcción, Servicios Comunales y
Agricultura.
En Holguín, las pérdidas por las consistentes lluvias e inundaciones son
cuantiosas, especialmente en los municipios de Cueto y Mayarí, Banes y
Antilla, Báguano y Urbano Noris, reportaron medios oficialistas. El
Ministerio de Transportes suspendió los servicios de autobuses y
ferrocarriles hacia y desde las provincias orientales.
Roberto de Jesús Guerra, portavoz de la agencia de noticias
independiente Hablemos Press, radicada en La Habana, manifestó que la
lentitud y burocracia del gobierno cubano en las tareas de recuperación
comenzaban a repetirse nuevamente.
"Los damnificados por las tormentas Isidore y Lily aun viven en
albergues, los materiales no han llegado para construir sus casas",
explicó Guerra. Los huracanes Isidore y Lili trazaron una ruta casi
idéntica en el 2002 sobre la occidental provincia de Pinar del Río.
Afectaron sembradíos, vías de comunicación y viviendas.
Actualmente Cuba padece una escasez de materiales de construcción,
madera y planchas de metal para reparar los techos. A la falta de
materiales se añade el deterioro y envejecimiento de las viviendas, uno
de los principales problemas sociales y económicos en Cuba.
"Ha pasado el huracán y ha dejado un desastre total. En mi vivienda, me
llevó el techo, me tumbó una pared completamente, me mojaron todos los
colchones de mis niños", dijo Gertrudis Ojeda Suárez desde Banes, en el
sur de Holguín. "Lo poco que he tenido se ha destruido, pero esto no es
solo a mí: dos viviendas más al lado de la mía también las tumbó",
agregó Ojeda al Directorio Democrático Cubano, radicado en Miami.
El gobierno estima que hacen falta unas 600,000 viviendas en un país de
11.2 millones de habitantes. Más de la mitad de las edificaciones
existentes están reportadas como en condición "mala".
Cuba sigue arrastrando además los efectos del paso de huracanes
recientes, tales como Ike, Gustav y Paloma. El impacto de estos tres
sistemas en el año 2008 puso en jaque al sector agrícola y de la
vivienda, afectó el precio de los combustibles y empeoró aún más el
deprimente estado de las carreteras y otras vías de comunicación.
Las pérdidas acumuladas se calcularon en unos $10,000 millones.
A mediados de octubre del 2010 los cubanos recibieron el golpe de la
tormenta tropical Paula en el oeste y centro de la isla. En noviembre
fue el turno de Tomás, un sistema de lluvias y vientos de gran
intensidad. El fenómeno concentró toda su fuerza en varias provincias
orientales. En La Habana provocó 22 derrumbes y afectó más de un
centenar de instalaciones eléctricas.
En ese contexto, opositores y activistas de derechos humanos en Cuba que
integran la llamada Alianza Democrática Cubana (ALDECU) solicitaron al
gobierno cubano que acepte incondicionalmente cualquier ofrecimiento de
ayuda internacional. ALDECU también pidió que se suspenda el cobro de
tarifas impositivas a la importación de alimentos, medicinas y
materiales de construcción.
"Esto debe de incluir la suspensión del cobro de derechos aduanales a
particulares por la introducción de esos tipos de artículo", precisó
ALDECU. "Dada la situación calamitosa existente, es necesario que las
autoridades del país acepten toda la ayuda que ofrezcan organizaciones
internacionales y países extranjeros sin excepciones ni limitaciones y
de manera incondicional".
La petición es respaldada por Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, y José Daniel Ferrer García,
portavoz de la Unión Patriótica Cubana. En la lista también figura el ex
preso político y premio Sajarov del Parlamento Europeo 2010, Guillermo
Fariñas, la bibliotecaria independiente Gisela Delgado, y Héctor
Palacios, entre otros.
Mientras tanto, el gobernante cubano Raúl Castro reiteró el viernes que
el gobierno está movilizando ayuda y anunció que visitará pronto las
zonas afectadas. Castro dijo sentirse confiado en una recuperación
inmediata de la región oriental de la isla.
En el sur de la Florida la organización católica Cáritas de la
Arquidiócesis de Miami anunció la puesta en marcha de una cruzada de
solidaridad y asistencia para los damnificados del oriente cubano.
Rachel Ramjattan, portavoz de Cáritas, dijo que están aceptando
donaciones de dinero a través de su sitio de internet (www.ccadm.org)
para agilizar la asistencia de las familias más necesitadas.
"Es una forma rápida de ayudar", dijo Ramjattan en una conversación
telefónica con El Nuevo Herald. "Estamos identificando las necesidades
más inmediatas de acuerdo a los informes que recibimos. Es una situación
muy difícil".
http://www.elnuevoherald.com/2012/10/27/v-fullstory/1330807/desolador-panorama-en-oriente.html
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