Sunday, August 12, 2012

Dayron Robles: las deudas que Cuba prefiere olvidar

Dayron Robles: las deudas que Cuba prefiere olvidar
Publicado el Domingo, 12 Agosto 2012 01:23
Por Ariel Casas

Todavía en Cuba se discute la legitimidad de la lesión de Dayron Robles
en la final de 110 metros con vallas en los Juegos Olimpicos de Londres.
Verlo tocarse el muslo en señal de dolor y abandonar una carrera que
parecía reservarle una medalla, llenó a millones de frustración y desamparo.

Las críticas no están solo en la calle. En un rapto de soberbia oficial,
inusuales artículos de la prensa cubana han fustigado duramente la
actuación del que apenas unas horas antes llamaban "Lord del Guaso",
ahora mencionado solo como Dayron, o Robles.

Pero la ley de causa y efecto no está por gusto y, en este caso, tiene
mucho más peso del que se nota. Antes de lincharlo verbalmente, ¿se han
puesto alguna vez los críticos en su lugar?

Con 25 años, Dayron Robles lo ha ganado todo. El guantanamero es monarca
olímpico, mundial, iberoamericano, panamericano y centroamericano,
nacional y recordista mundial.

Una casa para mamá

En compensación -más allá del cariño de todo su pueblo, un ardid más que
socorrido para enmascarar lo que también merece-, el gobierno le otorgó
una casa en Guantánamo, su tierra natal.

Hasta ahí todo es color de rosa, pues un inmueble confortable, como el
que tiene su madre en la más oriental de las provincias, es un buen
premio. Pero en el mundo actual cada detalle del deportista cuenta, y
otros "pequeños elementos" van haciendo la diferencia en carácter,
conducta y rendimientos.

El centro de entrenamiento del atletismo cubano está en la capital y en
la mentalidad de los orquestadores de todo hasta los extraclases tienen
que convivir en los albergues destinados a los integrantes de la
preselección nacional.

Lo que se les olvida a los "jeques" del Instituto Nacional de Deportes
(INDER) es que la década humillante de los 70 ya es agua pasada, y hay
que ofrecer otras facilidades, otros estímulos, si se quiere tener a los
atletas de buen ánimo.

No es lógico que un campeón, una personalidad reconocida e influyente en
el ambiente deportivo, tenga que pasar meses en albergues que distan
mucho de las comodidades necesarias, aunque ya no son barracas como las
de hace algunos años. Tampoco tiene por qué pasarse horas en un tren en
pésimas condiciones para llegar a casa.

Los $60,000 que le debe el INDER

Por muchos "baños de pueblo" que una figura deportiva cubana quiera
asumir, no es menos cierto que su vida no es ya la misma que la del
resto de la población. Pareciera obvio, pero vale la pena recordarlo en
un país donde muchas de las rutinas normales de los ciudadanos son
consideradas privilegios.

Es un joven que viaja constantemente, se codea con un nivel de vida muy
superior y compara, inevitablemente compara. Y ahí viene el desconcierto.

A Dayron Robles le debe parecer que le están robando -tal y como
descaradamente lo hace la institución deportiva- como a un niño su
chupete, pues cuando gana las más duras competencias y pone el nombre de
Cuba en el concierto atlético universal, no recibe ni la mitad de los
premios en metálico que recibe.

He llegado a oír comentarios en las altas esferas del deporte cubano
como el siguiente: "¿Qué más quiere Dayron? Bastante que viaja todo el
año y que trae pacotilla. Ya se le dio una casa y un carro, que no pida
más".

Lo que sucede es que no se trata de una prebenda gubernamental, sino de
un premio ganado. El gobierno no le está haciendo un favor en darle casa
y carro cuando le quita más del 60 por ciento de lo que se gana con el
sudor de su frente y la destreza de sus piernas.

Y para colmo, el INDER le queda debiendo 60,000 CUC por concepto de
premios en recientes eventos europeos.

La cuenta es muy sencilla y reveladora: Si Cuba le quita mucho más de la
mitad de lo que gana, y le debe semejante cantidad de dinero, ¿cuánto se
embolsó la Caja Central del INDER solo por vía de Dayron Robles?

Realmente es de vergüenza el trato que ha recibido un atleta de su
estirpe. Este es el primer golpe demoledor a la motivación de Dayron Robles.

Idolo con excepciones

Vale relatar que el estelar vallista vive actualmente alquilado en un
edificio en Centro Habana, y necesitó luchar bastante para que le dieran
el auto nuevo que tiene. ¿Cómo se debió sentir Robles si, además de los
desmadres con el dinero, tuvo que aguardar mucho tiempo después de la
Olimpiada de Beijing 2008 para que le entregasen el auto prometido,
mientras peloteros mediocres recibían agasajos inmediatamente?

En cualquier lugar del mundo, un ídolo vive como tal. La regla, sin
embargo, tiene su excepción en Cuba. A pesar de inevitables
modificaciones para detener la hecatombe deportiva nacional, lo
subjetivo sigue prevaleciendo a la vieja usanza implantada por Fidel
Castro. Y aquellos de que todos somos iguales y nadie podía tener más
que otros, permanece en la retórica y el comportamiento de muchos de los
que hoy tienen las riendas del deporte y del país. Claro, ya sabemos que
unos son más iguales que otros.

Dayron Robles no tuvo una buena preparación, evitó todo el año estar en
los principales eventos y dejó de codearse con los mejores. No creo que
haya sido por estrategia, sino porque ya no estaba motivado a dar más
que eso.

Ninguno de sus críticos recuerda ahora que siempre estuvo listo para
obedecer ante cualquier disposición de las autoridades deportivas, que
le impusieron "tareas" como participar en los Juegos Panamericanos y los
Centroamericanos, aún cuando estaba en la élite y no necesitaba
sobrecargarse en competencias, pues sus metas eran otras. Pero la
"patria" lo convocaba y era imperdonable que no asistiera.

¿Desilusionados? ¿Incomodados? ¿Decepcionados con Robles? Me parece que
nuestra decepción no es ni por asomo comparable con la que debe sentir
Dayron Robles hacia aquellos por los que se entregó durante años en las
pistas del mundo.

Podrá optar por retirarse del deporte activo, pero hay que entenderlo.
Yo me inclino ante la dignidad de Dayron Robles.

http://cafefuerte.com/deportes/noticias-deportivas/atletismo/2098-dayron-robles-las-deudas-que-cuba-prefiere-olvidar

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